Casanova 3. Avaritia: sofisticado entretenimiento

No era fácil continuar la saga de Casanova Quinn. Matt Fraction era consciente de ello. La glamourosa combinación de espías, irreverencia, sensualidad y ciencia ficción desquiciada que suponían los anteriores arcos argumentales (“Luxuria” y, sobre todo, “Gula”) habían dejado un listón muy alto por lo personal de lo mostrado. Una suerte de propuesta que, en manos de Gabriel Bá y Fábio Moon, explotaba como una sensual combinación pop de entretenimiento estimulante.

Ese es el juego de “Casanova”. Uno que, conceptualmente, no es para cualquiera. Moviéndose en los límites de lo que podría entenderse como comercial para germinar en esos terrenos difusos donde la creatividad es más fértil. Así pues, el tercer pecado debía de estar a la altura de los dos anteriores. El parto no fue fácil, como confiesa Fraction en los textos que acompañan como extras al volumen que hoy nos ocupa, pero “Casanova 3. Avaritia” se hizo carne y papel. Textura, trazo y dibujo para componer una trama tan desquiciada como sofisticada, perfilada por Gabriel Bà con la elegancia que caracteriza su magnético y sintético estilo. Bañado por los efectivos colores de Cris Peter, la tercera transgresión vio la luz para seguir dando una buena ración de espionaje, ciencia ficción y desparpajo.

Fue hace catorce años, durante el verano de 2011, cuando apareció la primera grapa en Estados Unidos de la mano de Image Comics. Un año después, “Luxuria” vió la luz en España de la mano de Panini. Sin embargo, la serie quedó colgada. Hubo que esperar a la siguiente década para que en 2022 Norma la recuperara con todo su irreverente esplendor, demostrando que el tiempo no pasa por estas páginas y que lo mostrado aquí sigue siendo tan excitante como cuando se creó. Tanto conceptual como gráficamente.

Tras retornar “Luxuria” a las estanterías españolas durante el verano de 2022, el pasado año llegó la inédita “Gula” y este mayo Norma ha hecho lo propio con “Avaritia”, traducido por Albert Agut en una cuidada edición en cartoné de 200 páginas, donde, además de las cuatro entregas del arco, hay una deliciosa galería de cubiertas, diseños, bocetos y páginas a lápiz de Gabriel Ba junto a los jugosos textos que Matt Fraction incluyó en los correos de las ediciones estadounidenses en grapa.

Queda así cerrada en castellano la trilogía del primer volumen de “Casanova” Al igual que sus dos primeros arcos, no hay solemnidad en las páginas de “Avaritia”, pero si conceptos potentes que subyacen en una trama donde lo desquiciado convive con una fantástica sofisticación. Donde los viajes en el tiempo y las infinitas dimensiones sirven para que Cass encuentre sentido y solución al enigma que tiene que resolver. En una trama en la que, por momentos, no sabes donde te llevará. Señal de que vale la pena recorrerla.


En primera línea, sensual espionaje y desmedida ciencia ficción visten la aventura. Una en la que Gabriel Bá dota de una atractiva vitalidad gráfica cada página, invitando a sumergirse en este delirante viaje hecho tebeo. Uno no reservado para quien busque terrenos ya recorridos, pues este tebeo no es para quien prefiera zonas de confort. Lo que hay aquí queda alejado de lo esperable, pues se sitúa en sus antípodas, donde aún hay momentos en los que la sorpresa aguarda. Facturada con solvente savoir faire.

Se puede entretener con eficacia, planteando relatos que se salgan de lo previsible. Ejemplo de ello es esta “Avaritia”. Más que un pecado, es una delicia. Un buen coctel mezclado con elegancia y agitado en su justa medida, dejando buen sabor de boca.

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