
La transgresión es una de las palabras que más se usa en los fenómenos populares de la música. Siempre referida tanto a esos espacios y audiencias donde llegan las melodías de las bandas y artsitas en ascenso mediático como, en ocasiones, en las formas en que se expresan o relacionan. Consiguiendo así un efecto “de novedad” que hace pasar por caja a todos aquellos que quieren formar parte “del asunto”. Normalmente no suele suponer ningún tipo de revolución de fondo, es más una cuestión de mercadotecnia que ha encandilado a las masas. Aún con eso, en esencia tiene que haber algo que decir, algo que expresar, algo que seduzca a esas legiones de asistentes a macroconciertos. Ya sea talento o ego desmedido… Un poder que conlleve, más que una responsabilidad, un apetito por salir de las pequeñas salas de conciertos donde todo artista comienza sus pasos.

Poder. Ese es concepto necesario. Si a ese verbo le sumásemos un significado relacionado con lo extraordinario, como las capacidades fantásticas de muchos superhéroes, nos encontraríamos con “Diamond Stars”, la banda pop que protagoniza “Vicious Pop”, el fresco cómic de Antonio Sachs y Dunia Navinés, editado por Nuevo Nueve.
Más que un irreverente relato sobre los excesos de una joven banda de éxito, este tebeo esconde entre sus páginas muchas agradables sorpresas. La primera, un sólido guion por parte de Antonio Sachs, quizá de los más compactos que haya escrito. Bien estructurado, captura la atención de quien lo lea con golpes de efecto y un desarrollo notable, tanto de la trama como de los personajes que la protagonizan. De forma certera y sin estridencias, la historia va sumergiendo al lector en ese ambiente desquiciado donde los miembros de la banda van perpetrando sus “actuaciones”, tanto las musicales como las que llevan el arte al límite, por decirlo de alguna manera que no destripe ningún elemento de la trama.

«Esto se nos ha ido de las manos, zorras.»
Las páginas van acertadamente, “in crescendo”, consiguiendo destilar la sensación de vértigo, egos desmedidos y juguetes rotos que produce su lectura. Unas páginas abordadas de forma soberbia por Dunia Navinés, que logra dar una personalidad propia a la obra, que la distingue del resto tanto por trazo – donde se ven influencias bien asimiladas como, por citar un ejemplo, Pasqual Ferry, por algunos angulosos perfiles de los personajes dibujados – como por los atractivos colores con los que baña la historia. Todo en unas composiciones de página que saben sacar el máximo jugo posible a lo que cuenta, que suenan a concierto, donde se siente la emoción de la interpretación, la tensión del backstage, los fluidos carnales y los excesos de cualquier tipo. Páginas vivas, en definitiva, que conforman una lectura notable.

Auge y caída de una banda pop. Quizá quedarse en esa referencia no logre abarcar todo lo que apunta el tebeo en sus páginas. Pues en ellas, entre lo fantástico y lo excesivo, queda latente un análisis sobre los fenómenos populares. Tan ácido como certero. Esas son las sensaciones que deja la lectura de “Vicious Pop”, un tebeo que, sin duda, entra entre lo más fresco de lo publicado en España este 2025. 104 páginas editadas por Nuevo Nueve en un cuidado formato cartoné que suponen mucho más que sexo, drogas y rock’n roll. Estos elementos sin duda están, y de forma acertadamente explícita, pero solo son el vehículo para hablar de egos frágiles y manipulación de juguetes rotos en un ambiente decadente mientras “arde el mundo”. Y es ahí donde se gesta la magia que desprenden estas páginas.
