
«Melodía Sentimental» (“Natsukashi no Melody, 懐かしのメロディ”) es una antología de historias cortas escritas y dibujadas por Tadao Tsuge, publicadas entre 1969 y 1972. Esta colección es un reflejo de las duras realidades de la vida en Tokio en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, un periodo marcado por la devastación de la bomba atómica y las profundas cicatrices sociales y psicológicas que dejó. Tsuge, conocido por su enfoque crudo y realista, utiliza su obra para explorar la vida de los marginados y olvidados de la sociedad japonesa: veteranos de guerra, delincuentes menores y habitantes de los barrios más pobres de la ciudad.
El trasfondo histórico de este manga es fundamental para comprender la obra de Tsuge. Japón, tras su rendición en 1945, quedó sumido en una crisis económica y moral. La ocupación aliada, liderada por Estados Unidos, trajo consigo una serie de reformas, pero también un periodo de gran incertidumbre y sufrimiento para la población japonesa. La bomba atómica, lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki, no solo causó una destrucción física sin precedentes, sino que dejó profundas heridas psicológicas y culturales en el pueblo japonés. Tadao Tsuge, nacido en 1941, creció en este ambiente de posguerra. Su experiencia personal, incluyendo el trabajo en un banco de sangre, donde encontró la insólita inscripción: «Incluso yo, que era teniente de la Marina, he tenido que vender mi sangre«. De ahí surgió una visión íntima y desgarradora de la desesperación y el empobrecimiento de la gente común. Este episodio se convirtió en un catalizador para su obra, impulsándolo a retratar las historias de los desfavorecidos.

Explorando en viñetas los márgenes de la sociedad japonesa, Tsuge se centra en personajes que han sido relegados al olvido: veteranos de guerra, delincuentes de poca monta, prostitutas y habitantes de los barrios marginales de Tokio. Ciudadanos que no son nada para alguien que lo tenga todo; individuos atrapados en una lucha constante por la supervivencia, marcados por sus experiencias pasadas y un presente sin esperanza. A través de estas historias, se ilumina las injusticias sociales y económicas que perpetúan la marginalización. A pesar del tono sombrío y la naturaleza brutal de muchas de las historias, hay un hilo de resiliencia que atraviesa la obra. Los personajes de este creador, aunque profundamente afectados por sus circunstancias, encuentran formas de seguir adelante. Esta resiliencia, sin embargo, no siempre se presenta de manera heroica o noble; a menudo, es simplemente una cuestión de supervivencia. Tsuge no idealiza a sus personajes ni sus situaciones, pero reconoce su capacidad para resistir a pesar de todo en sus vidas. Así se conforma este drama en seis actos, bastante dantesco.
En el aspecto gráfico, el estilo de dibujo es directo y sin adornos, lo que refleja la dureza de los temas que aborda. Utiliza una narrativa visual poderosa, que se deriva de su experiencia como mangaka, para crear imágenes a menudo inquietantes. Sus descripciones de los bares en barrios marginales, las calles con sus pequeños canales donde suceden peleas callejeras y los rostros de las personas que no tienen dinero, transportan al lector a la cruda realidad de la posguerra japonesa. Además, Tsuge juega con la línea entre la ficción y la no ficción. Muchas de las historias están basadas en experiencias personales o relatos reales, lo que añade ese momento de contexto a un relato muy duro según avanzas en las páginas. Este enfoque híbrido le permite capturar tanto la verdad emocional como los detalles que fracturaron la vida de la gente en esa época, ofreciendo una visión compleja y matizada de ese momento y lugar.

Editada en Japón por Kadokawa Shoten , esta obra llega ahora a España de la mano de Gallo Nero. Con 248 páginas y traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés. Un manga vigente, pues en estas historias sobre marginados y olvidados encuentran eco en muchas sociedades contemporáneas, donde la desigualdad y la injusticia siguen siendo problemas persistentes y actuales. Todo perfilado por la habilidad de Tsuge para humanizar a sus personajes, sin importar cuán oscuros o trágicos sean sus destinos, fortalece los rasgos empáticos del relato, así como el profundo entendimiento de la condición humana por parte del autor. Así suena esta «Melodía Sentimental«, un manga donde ficción y no ficción se entrelazan en una amalgama que respira verdad. La de aquellos que que quedan olvidados, al margen de la Historia.
