Lobezno de Daniel Way: Orígenes y Finales. El mejor en su trabajo

Daniel Way se ganó una reputación como escritor que no teme adentrarse en los rincones más oscuros y primitivos de los personajes que maneja. Y con Lobezno, uno de los héroes más complejos y atormentados del cómic, Way encontró la oportunidad perfecta para explorar la dualidad entre el hombre y la bestia. Desde sus primeras incursiones en la serie de “Lobezno” («Wolverine»),  Way dejó en claro que no tenía miedo de hacer que el personaje se enfrentara a sus peores pesadillas y deseos más oscuros. Y eso fue solo el comienzo de una serie de grandes tebeos que Panini acaba de compilar en su volumen de Marvel Héroes: «Lobezno de Daniel Way«.

Desde el inicio de este tomo, vemos a Logan como va encontrándose con situaciones problemáticas y forjando esa memoria tan deteriorada que posee el mutante canadiense. Sin embargo, según avanzamos en las páginas tendremos los eventos de «Dinastía de M«, un crossover que sacudió el Universo Marvel por aquella época, donde Lobezno recupera la totalidad de sus recuerdos, desbloqueando así un pasado lleno de dolor, manipulación y violencia. Teniendo consciencia de su pasado, Logan se encuentra en una encrucijada, impulsado por una necesidad ardiente de enfrentarse a aquellos que han controlado su vida. Queda pues preparado el escenario para el clímax: los cinco números de la saga “Origins”.

Desde el inicio, Way establece un tono sombrío y cargado de suspense, catapultando a Lobezno hacia un camino lleno de traición, desafíos mortales y mucha sangre. La trama se desarrolla con una cuidadosa amalgama de acción desenfrenada y revelaciones que al nuevo lector le pueden sorprender. De esa manera, uno de los puntos centrales de la trama es la revelación de Itsu, la esposa secreta de Logan, cuya existencia y trágico destino se desvelan de manera sorprendente. Su brutal asesinato, junto con el de su hijo no nato, actúa como un catalizador para la sed de venganza de Logan, desencadenando una serie de eventos que lo llevarán a enfrentarse con sus demonios internos y externos. Way utiliza magistralmente la estructura narrativa para entrelazar diversos elementos del pasado de Lobezno, desde su asociación con el Departamento H y el proyecto Arma-X, hasta sus vínculos en Madripur y las profundidades de sus relaciones perdidas. Cada escenario y cada encuentro están imbuidos de nostalgia y peligro, mientras Logan desentraña la verdad detrás del asesinato de su familia. Way va a aprovechar todo el bagaje previo del canadiense para organizar una especie de año uno cronológico en forma de flashback, mientras la trama principal avanza de manera lenta pero inexorable, con un enfrentamiento final entre Frank Simpson, el Capitán América y parte de la Patrulla X. Y para finalizar el tomo tenemos el añadido de la miniserie de Dientes de Sable, que culmina con un enfrentamiento muy disfrutable con el Wendigo.

En el aspecto gráfico tenemos a varios autores que resuelven la papeleta de manera muy convincente, entre los que están Mark Texeira, Ken Knudtsen, Steve Dillon, Javier Saltares, Bart Sears, John McCrea y Staz Johnson. Dentro de este pequeño grupo el dibujante que más destaca es el fallecido Steve Dillon («Juez Dredd«, «Predicador» o «El Castigador«, entre otras). Con un estilo que se caracterizaba por su enfoque en los detalles expresivos y una narrativa visual dinámica, con Lobezno, Dillon logró capturar la intensidad y la complejidad emocional del personaje de una manera única. Sus líneas limpias, pero detalladas, daban vida a la ferocidad del héroe, al tiempo que transmitían su lucha interna y su humanidad oculta bajo una fachada de dureza. Uno de los mayores logros de Dillon fue su capacidad para profundizar en la psicología de Lobezno a través de su arte. No se limitaba a dibujar a un superhéroe; mostraba a un hombre atormentado por su pasado, constantemente luchando contra sus demonios internos mientras enfrentaba desafíos externos. Dillon retrataba así la dualidad de Lobezno con maestría, alternando entre momentos de calma reflexiva y explosiones de ira desenfrenada. Además, capturaba la naturaleza animal de Lobezno de manera excepcional. Su habilidad para representar los sentidos agudizados del personaje, su instinto de caza y su naturaleza depredadora contribuían a crear una representación visualmente impactante y fiel al espíritu del personaje creado por Len Wein, Herb Trimpe y John Romita Sr. para Marvel.

Esta edición integral, que edita Panini Comics, abarca los números americanos “Wolverine 187-189”, “Wolverine 33-40”, “Wolverine Origins 1-5”, “Sabretooth 1-4” y material de “I ♥ Marvel: My Mutant Heart”, con traducción de Santiago García y David Hernández Ortega. Además, se incluye un prólogo de Pedro Monje y un texto con el guion original del número uno de Origins y comentarios al respecto de Daniel Way. Y para finalizar, pero no menos importantes tenemos portadas alternativas tanto a color como algunas solamente en tinta de Joe Quesada, Michael Turner y algunas muy llamativas de Simone Bianchi y Gabriele Dell´Otto.   

En última instancia, este tebeo es una historia sobre la búsqueda de identidad, la lucha contra los demonios internos y la redención. Un viaje que lleva a Logan a través de algunos de los momentos más oscuros y reveladores de su vida, confrontándolo con las realidades de su propia naturaleza y las manipulaciones de aquellos que han tratado de controlarlo. A través de todo esto, Logan emerge no solo como un guerrero y un superviviente, sino como un ser humano en busca de paz, que solamente encuentra venganza. “Lobezno de Daniel Way” se erige como un tomo muy recomendable para cualquier fan del mutante canadiense que desee comprender completamente al personaje, así como para los lectores que busquen un buen tebeo del mutante más icónico de Marvel.

“Soy el mejor en lo que hago, pero lo que hago no es muy agradable”.

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