Gil Pupila Detective Privado, 1956-1960: el traje azul y la inseparable pajarita roja

«Gil Pupila«, conocido en su idioma original como «Gil Jourdan«, es una serie de cómic franco-belga creada por el talentoso guionista y dibujante Maurice Tillieux. Publicada por primera vez en el número 926 en la famosa revista Le Journal de Spirou en 1956, la serie rápidamente ganó popularidad gracias a su mezcla única de elementos de género noir, humor y aventuras detectivescas. Antes de crear a «Gil Pupila», Tillieux ya había trabajado en varias series y tenía una reputación establecida en la industria del cómic. Su estilo, caracterizado por una narrativa ágil y un sentido del humor irónico, se perfeccionó en estas historias, donde logró una síntesis perfecta de sus habilidades.

La década de los cincuenta fue una época de oro para los cómics franco-belgas. Publicaciones como Spirou y Tintin eran plataformas influyentes que impulsaban nuevas series y talentos. En este entorno vibrante, Tillieux introdujo «Gil Pupila«, una serie que no solo reflejaba el optimismo y la innovación de la época, sino que también abordaba temas más oscuros y maduros, elevando el estándar del cómic juvenil. Gil Pupila no es, en un sentido estricto, una creación netamente original pues Tillieux lo que hizo fue adaptar una creación suya previa, Félix«, que aparecía en «Heroïc-Albums» desde 1949 y le dio nuevos aires para «Spirou» de otro personaje del mismo autor, «Félix«, que venía desarrollando en «Heroïc-Albums» desde 1949. Comparada con otras series de su tiempo, este tebeo se destaca por su tono único y su enfoque en el humor combinado con el suspense. Mientras que otras series de la revista Spirou, como «Spirou et Fantasio«, también eran populares, Gil Pupila ofrecía una mezcla de misterio y comedia que cubría otro espectro y atraía más lectores.

El protagonista, Gil Pupila, es un joven detective privado cuya astucia, valentía y sentido del humor lo convierten en un personaje entrañable. A lo largo de la serie, Pupila se enfrenta a una amplia variedad de misterios y peligros, siempre con una mezcla de ingenio y temeridad. Su carácter es multidimensional: metódico y racional en su trabajo, pero también muestra una faceta más relajada y humorística en su vida personal. Su principal secundario Libélula, un ex ladrón con traje amarillo, camisa blanca, corbata negra y calvo, es el compañero de aventuras de Gil Pupila. Es un piloto habilidoso y un mecánico experto, lo que lo convierte en un recurso valioso para las investigaciones de Pupila. Además de sus habilidades técnicas, Libélula aporta un toque cómico a la serie con su personalidad despreocupada y su tendencia a meterse en problemas. Como no, también cabe mencionar a Cerecita, la secretaria de Gil Pupila que aparece en la serie de manera esporádica. Y por último, pero no menos importante el inspector CorruscoCrouton«), creación en origen humorística que poco a poco se volvió más seria. Como curiosidad, las dos primeras ocasiones que aparece estuvieron censuradas en Francia hasta el año 1971, al considerarse que daba una imagen poco respetuosa de la policía.

En “La Fuga de Libélula”(«Libélula se dessoude«) y ”El Paso del Ahogado” («La voiture immergée«), Gil Pupila y su equipo se enfrentan a casos relativamente sencillos. Son las historias iniciales que sirven para establecer los personajes y el tono de la serie, poniendo en marcha las dinámicas entre los personajes principales y sus personalidades. Con una narrativa fluida y un buen equilibrio entre la acción y el desarrollo de la trama, estas primeras aventuras permiten a los lectores familiarizarse con el universo de Pupila. A medida que la serie avanza, las historias se vuelven más complejas y multifacéticas. Tillieux introduce elementos de thriller y suspense, elevando las apuestas para Gil Pupila y sus compañeros. Ejemplo de ello lo vemos en ”Arte y Popaína” («Popaïne et vieux tableaux«), donde Pupila se ve envuelto en una trama de tráfico de drogas y falsificación de arte, un caso que combina la acción con un desafío intelectual. La narrativa a partir de esta aventura es más intrincada, con múltiples subtramas que se entrelazan y giros inesperados que mantienen al lector con más interés por estos relatos pensados con ideas adultas.

El estilo de dibujo de Maurice Tillieux es otro de los aspectos destacados de Gil Pupila. Sus ilustraciones son detalladas y expresivas, con una composición de viñetas donde prima el dinamismo de la narrativa. Tillieux utiliza el sombreado y la iluminación de manera efectiva para crear atmósferas que reflejan el tono de cada escena, ya sea una secuencia de acción intensa o un momento de humor ligero. Una atención al detalle del autor que también es trasladada a los personajes. El protagonista, Gil Pupila, con su aspecto juvenil y su vestimenta característica, es fácilmente reconocible, al igual que el resto de secundarios que tenemos en la serie. En cuanto a la ambientación, desde las bulliciosas calles urbanas hasta lugares exóticos y peligrosos, están bastante cuidados, pues Tillieux dota a cada viñeta de fondos detallados que enriquecen la narrativa y ayudan a situar al lector en el mundo de Pupila. Ya sea una oficina llena de papeles y archivos o una zona de embarcaciones en un puerto.

Recientemente se ha publicado en castellano el integral con las cuatro primeras aventuras de Gil Pupila: La fuga de Libélula (Libellule s’évade), Arte y popaína (Popaïne et vieux tableaux), El paso del ahogado (La Voiture immergée) y Los barcos del crepúsculo (Les Cargos du crépuscule). Una oportunidad para disfrutar de este material aparecido entre 1956 y 1960 en «Le Journal de Spirou» que Dupuis ha conservado y que Dolmen Editorial nos lo presenta en una cuidada edición de 224 páginas, con artículos sobre la serie y autor, además de varios bocetos y estudios de personajes y serie. Dentro de las páginas de esta edición de «Gil Pupila» se encuentran las razones de porqué la creación de Tillieux sigue manteniendo y ampliando su público, conservando en sus páginas la emoción, comedia y diversión del primer día.

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