«Casacas Azules» («Les Tuniques Bleues»») es una serie de historietas creada por el guionista belga Raoul Cauvin y el dibujante Louis Salverius, más tarde sucedido por Willy Lambil. La acción se sitúa en plena Guerra Civil estadounidense y sigue las aventuras de dos soldados de la Unión, el sargento Cornelius Chesterfield y el cabo Blutch. Surgida en 1968 en las páginas de la revista «Spirou», a lo largo de los años ha cosechado gran reconocimiento, tanto por su humor como por su representación histórica. Prueba de ello es que en 2016 Denis Bodart, Thierry Gloris, Hamo, Denis Goulet, Sti, José Luis Munuera, Sedyas, Renaud Collin, Oliver Dutto, Ben BK, Aimée de Jongh, Pau, Denis Lapiére, Oliver Schwartz, Laurence Croix, Clarke, Cerise, Baba, Lapuss´,Tartuff, Oliver Frasier, Joris Chamblain, Maltaite, Zidrou, Blutch e Isabelle Merlet se unieron para rendir homenaje a los icónicos personajes del sargento y el cabo en un compendio de historias cortas y autoconclusivas : “Casacas Azules: Historias Cortas”(“Les Tuniques Bleues: Des histories courtes”).

Este homenaje representa un hito importante en la historia de «Casacas Azules«, ya que reúne a algunos de los mejores talentos del cómic para reinterpretar y celebrar el legado de la serie. Cada autor aporta su propio estilo artístico y enfoque narrativo a las historias, lo que resulta en una colección diversa y emocionante que captura la esencia de los personajes mientras ofrece nuevas perspectivas y emocionantes aventuras. La idea de historias cortas permite a los autores explorar diferentes aspectos de los personajes y el mundo en el que viven sin estar limitados por una trama principal continua. Esto da lugar a una variedad de narrativas que van desde lo cómico hasta lo dramático, desde lo introspectivo hasta lo épico. Cada historia es una ventana diferente al mundo de «Casacas Azules«, ofreciendo a los lectores una experiencia variada y enriquecedora. Según avanzamos en las páginas iremos desgranando relato tras relato, nombrando a esos grandes creadores que hacen posible este tebeo. En total son trece homenajes que pasamos a comentar.

«Tirador de élite»: Con ilustraciones a cargo de Denis Bodart y un guion elaborado por Thierry Gloris. Se posiciona como una apertura extraordinaria para este volumen. Sirviendo como un preludio que insinúa un profundo afecto y respeto por los personajes principales, la dinámica entre Blutch y Chesterfield evoca de manera inconfundible el estilo característico de Cauvin, que impregnará cada página de «Casacas Azules». La trama principal se centra en una crítica sutil hacia los altos mandos militares que buscan despersonalizar a los soldados. Es un excelente prólogo para lo que está por venir en el volumen.

Continuamos con «Los azules arman jaleo«, donde Denis Goulet y Sti nos proponen una narrativa llena de diversión y guiños al legado de la serie. La colaboración entre estos autores resulta una fusión perfecta de talento creativo, con cada página rebosante de energía y vitalidad. El estilo visual adoptado se acerca al del dibujo animado, lo que añade un encanto único, resaltando su tono humorístico. La abundancia de momentos desternillantes garantiza risas constantes, mientras que las referencias a décadas de historias anteriores añaden esos detalles tan cariñosos para los lectores más familiarizados con la serie.

En tercer lugar, se ubica «La victoria de Corned-Beef«, donde José Luis Munuera nos regala una de las historias más destacadas del volumen. Desde el primer momento, la trama se desenvuelve con un ritmo trepidante que mantiene al lector en vilo hasta el final, mientras que el arte deslumbrante eleva la experiencia visual a nuevas alturas. Munuera logra un equilibrio magistral entre la acción espectacular, un mensaje desgarrador y un contexto histórico que se enmarca perfectamente en la rica tradición de la serie. Esta historia no solo rinde homenaje a los elementos característicos de la historia original, sino que también los moderniza con maestría. Munuera logra capturar todas las señas de identidad reconocibles de la serie y las revitaliza con un enfoque fresco y contemporáneo.

Sigue el recorrido con «La cicatriz» de Renaud Collin, que nos sumerge de manera cruda y directa en la deshumanización y brutalidad inherentes a la guerra. Sin concesiones ni respiros humorísticos, este es un relato que golpea duro, exponiendo los horrores de la guerra, las profundidades de la desesperación y el sufrimiento humano. La crudeza de la historia no se atenúa en ningún momento, lo que resulta en una experiencia de lectura poderosa, que a buen seguro dejará marca en el lector, al igual que las cicatrices de Chesterfield

A continuación, «Palabras azules»: Olivier Dutto, encargado tanto del guion como de los dibujos, junto con Ben Bk, responsable de los colores, nos regalan una reflexión conmovedora sobre la humanidad que yace bajo los uniformes militares y las complejas relaciones humanas durante los tiempos de guerra. A pesar de su dibujo infantil, esta historia logra capturar magistralmente el espíritu de nuestros queridos protagonistas y de toda la serie en las pocas paginas que se desarrolla la historia. Dutto y Bk nos sumergen en un relato que se despliega con una delicadeza sorprendente, explorando temas profundos con una sutileza que toca el corazón del lector. A través de cada viñeta, nos invitan a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de la humanidad, mostrándonos que incluso en medio de la guerra, la empatía y la compasión pueden florecer entre aquellos que visten uniformes opuestos.

Es el turno de Aimée de Jongh y «El tamborilero«, con una trama sobrenatural en torno al cuidado de los animales, particularmente del caballo arabesco y a la dura realidad de la guerra. La amalgama que nos propone en este relato, entre lo sobrenatural y el tono característico de la serie no logra establecer una armonía adecuada. Con una calidad técnica admirable respecto al dibujo, se queda un poco coja en su desarrollo, si bien es otra visión que merece la pena contemplar.

Denis Lapière y Pau (“Las Cinco Banderas”) recojen el testigo con «Diez toneladas de madera y acero: Un testimonio del talento de sus creadores y de su profundo respeto por la serie original. Para los aficionados de «Casacas Azules», esta historia es una delicia absoluta; y para aquellos que se acercan por primera vez a la serie, representa una introducción perfecta a su encantador universo. En definitiva, es un relato que no se puede pasar por alto y que merece ser celebrada como una de las mejores dentro de este recopilatorio.

Olivier Schwartz, respaldado por la habilidad de Laurence Croix en el apartado de colores, retoman en «Nuestro Primo Americano» la tradición de «Casacas Azules» de integrar la realidad histórica del período en el que se desarrolla la serie. Esta historia está impregnada de elementos característicos de la serie: humor, acción y una profunda reflexión sobre temas como el racismo. Schwartz logra combinar estos aspectos de manera magistral, ofreciendo una experiencia de lectura que es tanto entretenida como estimulante intelectualmente. Además, el apartado gráfico es excepcional, con cada viñeta cuidadosamente diseñada para capturar la esencia del período histórico y la personalidad de los personajes.

«Los azules y los Dalton» es la siguiente parada. Donde a Clarke se embarca en la aventura de crear una historia completa, contando con la colaboración de Cerise para dar vida a los colores. La trama de esta historia se centra en una premisa única que combina los horrores de la guerra con una enfermedad visual particularmente característica, que juega con el título del relato. Desde el primer trazo, Clarke demuestra su destreza tanto en el guion como en el arte, llevando al lector a un viaje emocionante. La narrativa es sólida, con un argumento que se desarrolla con fluidez y que mantiene el interés del lector en todo momento. Los personajes cobran vida en estas páginas, y la dinámica entre ellos es palpable, añadiendo esos toques de humor y seriedad tan característicos de la obra madre.

Ubicado en la novena posición está «Azules en rosa y blanco»: Baba, con su talento en el dibujo, se une a Lapuss, quien se encarga del guion, y a Tartuff en los colores, para revivir el espíritu juguetón de la revista Spirou con una historieta que destaca por su humor desenfadado y su tono ligero. Esta obra es un claro ejemplo de cómo el cómic puede ser una experiencia divertida y entretenida, manteniendo al lector enganchado con su trama ingeniosa y sus situaciones cómicas. Los personajes, que ya son familiares para los seguidores de la serie, se desenvuelven en un escenario lleno de enredos y confusiones, lo que garantiza risas y diversión en cada página.

En «La última bala» Olivier Frasier y Joris Chamblain se unen para ofrecer lo que posiblemente sea la historia más desgarradora del recopilatorio, despojando a «Casacas Azules» de su característico humor para centrarse en una trama que se desenvuelve en medio de una búsqueda desesperada. Los diálogos entre Chesterfield y Blutch resultan aquí escalofriantes, no solo por su impacto en los personajes, sino también por su crítica al absurdo de la guerra. Además, el final de la historia encapsula perfectamente la relación de décadas entre los protagonistas.

Zidrou, Maltaite y Cerise se encargan de «The End by Richard Badhead and Ben Mczid«, presentando una profunda reflexión sobre la esencia humana y la absurda naturaleza de la guerra, todo ello envuelto en un manto de humor que no disminuye en absoluto su impacto. Esta historia consigue emitir de manera magistral el mensaje que ha caracterizado a la serie durante décadas, pero lo hace de una manera fresca y original que evita caer en la repetición o en lo ya conocido. Es otro de los relatos destacados que hacen de este tomo una lectura imprescindible.

Cierra el volumen «Futuro Azul«, donde Blutch nos brinda en este volumen la historia más breve pero igualmente genial como el resto. A través de once viñetas magistrales, el autor nos sumerge en un mundo lleno de preguntas y reflexiones, culminando en una sentencia lapidaria que deja perplejo al lector. Lo que hace que «Futuro Azul» destaque no es solo la genialidad y el estilo personalísimo de Blutch, sino también su profundo conocimiento de los personajes y su habilidad para capturar la esencia de su relación en tan pocas palabras y dibujos. Cada viñeta está cuidadosamente elaborada, con un poderío gráfico que es testimonio del talento indiscutible del historietista. Merece especial atención el uso del color, aportado por Isabelle Merlet, que logra complementar a la perfección el estilo de Blutch, poniendo en lo más alto esta historia.

Todos estos relatos fueron publicados por la editorial Dupuis en el mercado franco belga. Recién editado en castellano por Dolmen Editorial en un tomo de 128 páginas a color con traducción de Juancho Ferrús, «Casacas Azules: Historias Cortas» deleitará a los seguidores más acérrimos de la serie, así como a aquellos que se aventuren por primera vez en el mundo de Blutch, el Sargento Chesterfield, Arabesco y el resto de inolvidables personajes. Cada relato ofrece una visión única del universo de «Casacas Azules«, manteniendo viva la esencia que ha encantado a generaciones de lectores, pero manteniendo la esencia en todo caso. Variado, con material muy diverso que nos lleva desde la acción y el humor hasta la reflexión y la emoción, es un homenaje acertado al maravilloso mundo creado por Raoul Cauvin y Louis Salverius.