“No tendré piedad con los que destruyan mi territorio”.

Tras reencarnarse en la princesa Ryuu, el viejo yakuza Ryûmatsu Nagamasa ha de acostumbrarse al cambio de cuerpo, de género y de edad. No solo eso, pues no ha aparecido en su mundo natal, sino en uno fantástico en el que hay monstruos por doquier, que amenazaran la integridad y seguridad del reino. Pero Ryuu cuenta con su filosofía para hacer frente a todos esos desafíos, que no es otro que el «Ninkyō-do”: el camino de los ninkyō dantai (任侠団体), la senda de honor de los yakuza clásicos.

Así continua el segundo volumen de “La Reencarnación del Yakuza” («Ninkyou Tensei: Isekai no Yakuzahime-» ,» 任侠転生 -異世界のヤクザ姫-«), de Takeshi Natsuhara e Hiroki Miyashita. Un isekai editado en castellano por Distrito Manga, que con su segunda entrega consolida la propuesta argumental de la cabecera. Despejada la sorpresa de la primera entrega, toca ahondar en la trama y el mundo de fantasía que rodea a Ryûmatsu Nagamasa en su nueva vida.

No obstante, aunque sea un nuevo mundo, los viejos “hábitos” no se olvidan. Y esos son los que aplicará Ryûmatsu para solventar los retos que se le presenten. Así pondrá en su sitio a algún subalterno que otro y se enfrentará a algunos monstruos que amenacen su territorio. También habrá tiempo para el juego de azar en un mundo en el que las trampas se hacen con magia, aunque Ryûmatsu tiene otros trucos más terrenales para ganar la partida que juegue.

Todo esto nos espera en la segunda entrega de la serie, donde Takeshi Natsuhara sigue los patrones clásicos del Isekai, es decir: relatos donde se transportan los personajes a un mundo paralelo de corte fantástico. Si bien “La Reencarnación del Yakuza” es un isekai tensei (異世界転生, “reencarnación en otro mundo”) de manual por las coordenadas en que se desarrolla, Natsuhara siembra los suficientes elementos de interés para que su lectura sea fresca y amena.

Dosis de humor, épica y fantasía se entrelazan de esta manera en esta aventura que recrea de forma explícita algunos de los recovecos oscuros del alma humana, algo no muy habitual en los isekai. Explorándose éstos de forma explícita, pero sin excesos. Esos están reservados a las escenas de acción que acomete Hiroki Miyashita, rayando el extremo en ocasiones y demostrando el potencial que tiene este mangaka, teniedo su punto fuerte en los diseños imposibles de monstruos y encuadres y poses llamativamente excesivas. Se le vislumbra a un camino aun por recorrer y madurar, pero lo que aporta en este volumen, aun con aspectos mejorables, va en buena dirección y, ante todo, intensifica en todo momento la trama.

Eso nos esperan en las 176 páginas que componen “La reencarnación del Yakuza 2”. Editado por Distrito Manga en un formato manga de tapa blanda con sobrecubierta, cuenta con la traducción de Patricia Ridao. Al acabar el volumen, además de por el cliffhanger bien construido en la trama, el volumen deja con ganas de saber más de Ryuu y su mundo. Señal de que la serie va por buen camino.