Conan. Clavos Rojos: La cumbre del cimmerio en viñetas

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“¡Cinco hombres”
¡Cinco clavos rojos para el pilar de la venganza!”


Para muchos aficionados al cómic que crecieron al calor de las ediciones Forum de Conan, “Clavos Rojos” (“Red Nails”) les evoca fechas navideñas. La conexión viene dada porque en aquel ya lejano final de 1987 editaron, en su tanda de “especiales de navidad” uno dedicado a “Conan el Bárbaro” que realmente hacia justicia a la categoría de especial, pues contenía nada más y nada menos que el material de “Conan Special Edition: Robert E. Howard’s Conan The Barbarian – Red Nails”, quizá el mejor tebeo protagonizado por Conan, donde un superlativo Barry Windsor-Smith derrochaba magnética alquimia con su arte en los relatos que contenían: nada más y nada menos que “Clavos Rojos” y “Cimmeria”.


Cierto es que muchos aficionados de la generación fórum habían podido contemplar en el #8 de la edición española de “La Espada Salvaje de Conan”, en 1982, la versión de “Clavos Rojos” en blanco y negro, pero ese especial donde Marvel reprodujo esos materiales a color en 1983 era una autentica delicatessen que merecía una edición en condiciones. Y aquel especial del ’87, coordinado por Mariano Ayuso y con traducción de Beatriz Oberlander y rotulación de Joséluis lo fue, desde el texto de Alan Zelenetz que precedía al relato hasta la contraportada, donde Forum nos emplazaba para la primavera del siguiente año a la boda de Peter Parker con Mary Jane, pero eso es otra historia.

“Red Nails” es quizá de lo mejor que dejó escrito Robert Ervin Howard. Publicado de forma póstuma, muestra la evolución del creador de Conan en un relato que, como siempre ocurre con Howard, discurre a varios niveles de lectura. Hecho remarcable frente a todos aquellos que negaron la brillantez del escritor tejano a lo largo del siglo XX, considerando sus obras como “arte menor” al ser relatos pulps. Un prejuicio, avivado por lo más snob del mundo cultural, que le ha negado los méritos y hallazgos que hay en su literatura de espada y brujería, de relatos de frontera, que apelan al instinto y desprenden un halo poético y épico. Algo parecido ocurrió con la obra de HP Lovecraft y el tiempo va haciendo justicia. Ahora ya hay círculos “serios” que comienzan a valorar el trabajo de Howard, pero en 1987 estos prejuicios eran aún mayores.

“Es el último relato que le he vendido a Weird Tales, y tal vez la última historia de fantasia que escribo; una historia seriada, en tres partes de Conan. La historia fantástica con mas partes de sangre y sexo que he escrito.”

Así se lo comunicó por carta Howard a Lovecraft y así lo transcribía el propio Roy Thomas en el texto que acompañaba el número 22 del volumen 2 de Conan El Barbaro de Forum de 1998, que reproducía íntegramente los mismos materiales del “ Conan Special Edition: Robert E. Howard’s Conan The Barbarian – Red Nails”, aprovechando en la edición cronológica de Conan The Barbarian, que el #22 usa fue una reedición del primer número y cubrieron «el hueco» con esta joya. Como curiosidad en la portada se indicaba también “Especial Invierno”, reforzando más si cabe en España la asociación de las fiestas de fin año con esta obra.

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Aparecida en «Weird Tales» el mismo año que Howard se quitó la vida, 1936, fue quizá de lo mejor de su carrera, tanto por el tempo como por el tono con el que conformó el texto original de “Red Nails”. Un relato sangriento con las dosis exactas de Espada y Brujería; también sexual, pero en los términos de los años ´30 del siglo XX. En la actualidad, el sutil erotismo soterrado que lleva implícita esta novela corta a muchos les pasaría desapercibido. Al igual que el lesbianismo que sugiere Howard en algún pasaje. Sin duda están ahí, como elementos dentro del conjunto que resulta “Red Nails”, entre otras constantes del Conan literario: la dicotomía entre lo salvaje y lo civilizado, el instinto frente a lo perversamente sofisticado y ese existencialismo primario. Todo ello anida en estos “Clavos Rojos” para hacer de este relato algo imperecedero. Y del que muchas generaciones han quedado subyugadas por la potencia literaria que desprende.

Entre ellas se puede incluir a Roy Thomas, el editor y guionista que tuvo el buen olfato de llevar a las viñetas a Conan, adaptando en los primeros años ’70 varios relatos de Howard al noveno arte junto a dibujantes colosales como John Buscema, Neal Adams y Barry Windsor-Smith, entre otros. Fue precisamente este último, Barry Windsor-Smith quien, en 1973, dibujó y secuenció de forma magistral “Clavos Rojos” en el magazine “Savage Tales” en las entregas segunda y tercera de la cabecera, dividiendo la historia en tres partes: “Clavos Rojos” (“Red Nails”) “La cosa de las catatumbas” (“The Lurker from the Catacombs») y “Llegado de la oscuridad” (“He comes from the Dark”), donde Pablo Marcos llevó a cabo, para cumplir con la fecha de entrega, las tintas en algunas páginas. Apareció en el #2 de Savage Tales “Clavos Rojos” y los dos capítulos siguientes en el tercer número. Además, en el segundo número de esta mítica y breve cabecera se incluía también poema “Cimmeria” de Howard, que el lápiz del propio WIndsor-Smith junto a la tinta de Tim Conrad se encargaron de llevarlo a lo más alto en un relato que también se recuperó en 1983 en el especial de Clavos Rojos de Marvel, al igual que en el especial navideño español de 1987 y el número 22 del volumen 2 de Fórum de “Conan, el bárbaro”, condensando en una sola entrega lo mejor del Conan de Barry Windsor-Smith.

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El propio Roy Thomas, que dio el acertado tono épico al texto del cómic, considera que el mejor trabajo que realizó el artista británico en su etapa conjunta en Conan fue “Red Nails”. Así lo dejó por escrito en la edición de Forum del 98. No es para menos esa afirmación. En estas páginas, Windsor-Smith brinda viñetas plagadas de detalles y de embrujo, con un estilo que ya ha evolucionado desde la primera entrega de “Conan The Barbarian” hacia un trazo muchísimo más elaborado y detallado, de influjo prerrafaelita y magnética belleza, casi lírica en su plasmación con tinta y lápiz, pero conservando toda la espectacularidad que se espera en un tebeo de Espada y Brujería. Muchas de las viñetas aquí contenidas son lecciones magistrales de encuadres y de fuerza plástica, de poesía gráfica y épica desbordante.

Tras esas páginas había un trabajo detallado, meticuloso, que comunicaba y transmitía. A día de hoy lo sigue haciendo, pues adentrarse en la ciudad fortaleza de Xuchotl para revivir el conflicto entre los Xotalancas y Tecuhltlis sigue siendo fascinante. Entre la magia y las luchas cainitas, con un erotismo latente y soterrado, tan a flor de piel como el peligro y horror que reside entre las sombras de esa ciudad maldita. Con la brujería “civilizada” dispuesta a vampirizar el ímpetu bárbaro. Todo está en estos “Clavos Rojos” donde Windor Smith hizo alquimia con su arte. Incluso se perdona “la elipsis” tras la batalla entre los bandos de la ciudad maldita, en los que de una página a otra Conan y Valeria pasan de estar cubiertos de sangre de sus enemigos a estar limpios. Tal era el poder desplegado por la magia gráfica de estas páginas: estabas tan metido en el relato que ese “detalle” se pasaba por alto.

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En la propia Marvel no pasó mucho tiempo para que reeditaran estas historias en el Marvel Treasury Edition #4 en 1975, sacando ya la edición definitiva a color en 1983 en el ya citado “Conan Special Edition: Robert E. Howard’s Conan The Barbarian – Red Nails”, aunque el arriba firmante recomienda también la edición en blanco y negro de “Savage Tales”, ya que una no excluye a la otra, la complementa.

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Después han venido reediciones por doquier. Como la acertada recopilación de todo el trabajo de Barry Windsor-Smith con Conan que editó Forum. O la que Planeta editó junto a Timun Mas en 2007 en una valiosa edición limitada en la que el cómic compartía espacio junto al texto original de Robert E. Howard, adelantándose a la propia Dark Horse en la materialización física de este formato (si bien utilizó sus materiales recoloreados por Richard Isanove). En la actualidad es fácil hacerse con “Clavos Rojos” tanto a color como en versión “savage” en blanco y negro, en las ediciones recientes del material clásico. Pero en aquellos años ´80 y ´90 haberse encontrado aquellos especiales de navidad (’87) e invierno (’98) fueron hitos. Y de los grandes, ¡por Crom!

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