Pies Descalzos, una historia de Hiroshima: necesaria y pedagógica crudeza

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El 6 de agosto de 1945 supuso un antes y un después en la historia. Fue el día que, a las 8:15, “Little Boy”, la bomba de uranio era lanzada por el avión estadounidense “Enola Gay” sobre la población de Hiroshima, causando al instante una explosión de 16 kilotones y matando de forma inmediata a 70.000 personas, cifra que ascendió a las 140.000 aproximadamente si sumamos todas las consecuencias de las quemaduras, radiación y demás efectos que el arma definitiva desató entre sus víctimas. Ese fue el momento del “aviso a navegantes” que lanzó Estados Unidos al mundo: ellos tenían la bomba atómica. E hicieron uso de ella. Tras eso, el 9 de agosto “Fat Man” impactó contra Nagasaki. El 15 de agosto el otrora orgulloso Japón declaraba su rendición incondicional poniendo fin a la parte asiática de la Segunda Guerra Mundial. El resultado de los sueños imperialistas en Asia del totalitarismo nipón había acabado en una tragedia que sufrieron, como suele ser habitual, sus pobres ciudadanos. Tanto por todos los soldados enviados a la muerte, como por los efectos de los dos ataques nucleares de aquel agosto de 1945.

Esto es lo que nos espera en el clásico que nos ocupa hoy: “Pies Descalzos, una historia de Hiroshima” (“Hadashi no Gen”, はだしのゲン) de Keiji Nakazawa, que acaba de reeditar en una ambiciosa edición de 4 volúmenes Distrito Manga. Un manga de los que no dejan indiferente y que se pueden englobar en el apartado de “obligada lectura”, por todo lo que encierra en sus páginas.

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Keiji Nakazawa (Hiroshima, 1939 – Tokio, 2012) fue uno de los supervivientes de aquel brutal genocidio. El tenía seis años cuando “Little Boy” estalló, matando a toda su familia menos a su madre. Siendo testigo de los horrores de aquel 6 de agosto, Nakazawa exorcizó sus recuerdos y vivencias tras morir su madre en 1966, publicando varios relatos que dan testimonio de aquellos días. De toda aquella producción, quizá la más significativa es la obra que hoy nos ocupa, publicada originariamente por Shūeisha de forma serializada en el magazine «Shōnen Jump» entre 1973 y 1974. «Pies Descalzos» es sin duda el punto cumbre de Nakazawa, por lo ambicioso de su planteamiento y por los resultados conseguidos. Casi tres mil páginas de la historia de un niño que sobrevivió a la bomba atómica.

Gen, el protagonista de la obra, es en parte el alter ego de Nakazawa para verter en viñetas todo lo vivido y sufrido y sintetizarlo en viñetas de trazo sencillo pero contundentes efectos. Donde no hay maniqueísmos y dualismos infantiles, donde nos expone con realista crudeza que supuso todo aquello. Antes y después de que los relojes se pararan en Hiroshima a las 8:15.

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Así en este primer volumen conoceremos el totalitarismo bajo el que vivían los japoneses antes de la bomba, en un ambiente “bélico” que participaban la mayoría de ciudadanos y el “conmigo o contra mi” era la consigna para estigmatizar a cualquiera que pusiera en tela de juicio los delirios imperialistas del país nipón. Los desvaríos supremacistas japoneses de la época también están presentes, sirva de ejemplo el trato vejatorio que mostraban muchos de los ciudadanos de Hiroshima a los coreanos. Ese era el clima autoritario que se vivía en las calles antes de la bomba, todo mediatizado por una aguda campaña oficial de odio contra el enemigo y contra el sometido. Un ambiente bélico en el que la sociedad era la carne de cañón de los poderosos empeñados en veleidades de conquista y en el que al diferente o crítico se le consideraba traidor.

Todo eso lo retrata a la perfección Nakazawa en este manga, pues este es un manga complejo, duro y crudo. Antes y después de que la bomba estallara, no endulza la historia en ningún momento. Si en los días previos a la tragedia muestra los efectos de una sociedad envilecida por las ansias bélicas de sus dirigentes, en los días posteriores no escatima detalles para mostrarnos el horror que supuso la bomba entre los habitantes de Hiroshima, con episodios tan duros como contundentes, todos relatados con verosimilitud y letal crudeza. Tras ello una voluntad pedagógica, la de no esconder lo que supuso aquel desastre. Y todo mediante los ojos de un niño, Gen, el que también en parte fue Nakazawa, que protagoniza este relato de tragedia y dolor, pero también de vida y superación a la adversidad.

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Todo esto espera en esta nueva edición de “Pies Descalzos, una historia de Hiroshima”, de la que Distrito Manga ya ha lanzado un robusto primer volumen, que cuenta con un prólogo firmado por Art Spiegelman. Tras las palabras del autor de “Maus”, nos esperan 774 páginas que nos meten de lleno este relato de supervivencia al primer ataque nuclear de la historia. Un tebeo crudo, rudo, pero necesario, por todo lo que cuenta, advierte y pone de relieve. Donde no esconde ni los horrores del desastre nuclear ni los excesos de los totalitarismos. Donde nos recuerda que las guerras de los poderosos no llevan más que a tragedias humanas, las que sufren los pueblos. Por todo ello, mangas así merecen estar disponibles en las librerías. Tanto por la solidez literaria que poseen como por el valor testimonial y pedagógico que aportan.

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