De todos los relatos que llevó a cabo Edgar Rice Burroughs con Tarzán, uno de los que ocupa un lugar destacado fue “Tarzan at the Earths Core” (“Tarzán en el centro de la Tierra”). La treceava novela de la serie original llevaba a Lord Greystoke, ya convertido en “un buen salvaje” en el mejor canon ilustrado de Jean-Jacques Rousseau, al centro de la Tierra en un viaje imaginario donde Jules Verne se mezclaba con Arthur Conan Doyle, situándose ambas influencias en una amalgama Pulp donde todo era posible. Así fue en esta novela, serializada primero entre septiembre de 1929 y marzo de 1930, para posteriormente editarse compilada.
Una novela donde Pellucidar, ese fantástico y salvaje mundo interior, seguía seduciendo a los lectores y fans de Tarzán. Relato tras relato iba forjándose el halo icónico del personaje, ese influjo que hoy todavía perdura en la cultura popular. Muestra de ello es que Christophe Bec, ante la fría acogida en Francia del primer volumen de su adaptación a viñetas lanzada con Soleil, decidiera cerrar sus aventuras con el personaje de Burroughs tomando como base este volumen. Para ello se acompañó por el arte de Roberto de la Torre y Stefano Raffaele, y el color de Dave Stewart. Una despedida por todo lo alto es lo que nos espera en el tebeo que nos ocupa hoy: “Tarzán 2. En el centro de la Tierra”, que Yermo Ediciones editó en castellano el pasado año.
Decimos «despedida por todo lo alto» porque da la sensación que Bec echa el resto en este guion, adaptando una de las aventuras más icónicas del personaje. Yendo, como en el anterior volumen, a la esencia del personaje, la que dejó escrita Burroughs. Pero a la vez tomándose las licencias necesarias, que lejos de desdibujar la premisa de fidelidad conceptual, la afianzan y justifican la existencia de este tebeo. Así Bec hace participar a otros personajes célebres de la serie del buen salvaje que en el texto original sin que chirríe el resultado final.
Es más, este cómic rezuma la esencia Pulp de aquellos relatos de revistas baratas de la primera mitad del siglo XX: Aquellas fantásticas historias impresas en papel de pulpa que, lejos de envejecer, han logrado hacerse inmortales mientras mucha de la literatura seria de su época caía en el olvido. Sin duda una poética lección ante todos aquellos que miraron por encima del hombro a toda esta literatura “barata”, considerada durante casi todo el siglo XX un subproducto. Este cómic es ejemplo y señal de que aquellos relatos serializados dejaron huella en el imaginario popular, siendo germen y referencia para mucho de lo que vino después en los géneros fantásticos.
Todo eso está “en el centro de la Tierra”, en este cómic donde Tarzán luce mejor que nunca. En parte gracias al vigoroso lápiz de Roberto de la Torre, quizá el más “Buscemiano” de los artistas actuales. Quienes hemos degustado este Tarzán o su “Diezmo” contamos los días para ver que nos espera en su versión de Conan, que llevará a cabo en Titan Comics a partir de este próximo mayo.
Junto a de la Torre, Stefano Raffaele comparte páginas en esta aventura. Sin perder el estándar de calidad con el que inaugura el tebeo Roberto de la Torre, si se advierte la ruptura gráfica en el momento del cambio, aunque en ningún momento este hecho saca al lector de la historia. Tanto Raffaele como de la Torre son artistas notables. Quizá lo suyo hubiera sido que cada uno hubiera podido emplearse en un álbum de Tarzán al completo, pero Soleil ya había mostrado la voluntad de cerrar la serie.
Aún con dos artistas diferenciados, estas páginas siguen cautivando. El lector advertirá el cambio en trazo y estilo, pero en ese momento puede que ya esté seducido por el influjo Pulp con el que impregna todo el guion de Bec. Un influjo que refuerzan los pinceles de Dave Stewart, que como artesano del oficio que es, sabe potenciar el genero que pinta con los colores que elige en cada página.
Para finalizar, la portada, a cargo de Éric Bourgier, sintetiza de forma resolutiva lo que espera en las 80 páginas en formato álbum europeo que ha editado con mimo Yermo Ediciones. Un relato fantástico en la mejor tradición Pulp, que recoge la esencia de Burroughs y que sirve para despedirse a Bec del personaje. Una despedida, como ya hemos dicho, por todo lo alto, por el “savoir faire” que demuestran estas páginas. Más que la revitalización de un clásico, este álbum es el ejemplo de recoger la esencia de un personaje y mostrarlo fresco manteniendo la estela de Burroughs. Ha sido breve la aventura de Bec con Tarzán, pero visto el resultado del “Tarzán 1. Señor de la Jungla” y de este “Tarzán en el centro de la Tierra” no caerá en el olvido de los lectores que sepan valorar los buenos tebeos de aventuras.