En la vida las cosas grandes ocurren sin más. No se prevén ni se calculan, simplemente suceden. Aparecen a menudo de forma discreta y es cuando reparas atención en ellas. En ese momento, el gran momento, descubres poco o poco lo que estas viviendo o presenciando, tomando consciencia de la magnitud que contienen y atesoran.
Algo similar ocurre con el personaje y cómic que tratamos hoy: Imbatible (“Imbattable”), una creación de Pascal Jousselin que desde las páginas del magazine “Spirou” ha ido conquistando adeptos página a página a través de altas dosis de creatividad. Aventuras de tono amable, con gran sentido del humor y dirigidas a todos los públicos. Con altas dosis creativas encerradas en sus viñetas, que el personaje traspasa con sus poderes para deleite de lectores de cualquier edad, porque como con las cosas buenas de la vida, da igual la edad que tengas: en este tebeo hay algo reservado para que lo disfrutes. Así es lo que nos prepara Jousselin en su propuesta.
He de confesar que estos dos últimos años, cuando algún niño me pregunta por qué me gustan los cómics y por qué de todos los medios de expresión prefiero el noveno arte, les respondo citando este personaje y diciéndoles que lo que consigue Jousselin en sus viñetas no se puede lograr ni en un videojuego ni en una película. Que este nivel de creatividad solo puede venir plasmado en las dimensiones de una página de cómic. Quizá esta anécdota resuma mejor lo que se desprende Imbatible, el tebeo donde se explora de forma solvente el juego gráfico y narrativo que puede dar de sí una página de comic y las viñetas que lo componen.
Ya quedamos prendados de “Justicia y Verduras frescas”, cuando Editorial Base nos trajo en el 2019 el primer álbum editado en Francia por Dupuis. En 2020 nos maravillamos con la expansión conceptual que suponía el segundo. “Superhéroe de proximidad” y este año, recién estrenada la tercera entrega que nos ocupamos hoy, “La pesadilla de los maleantes” (“Le cauchemar des malfrats”) seguimos maravillándonos con lo que nos tiene reservada en cada página la creatividad de Jousselin.
Editado en Francia el pasado abril, Editorial Base nos ha brindado el tercer volumen en castellano y catalán con celeridad, apareciendo en las librerías de este lado de los pirineos este mismo noviembre para deleite de los fans, no solo de la mejor Bande Dessinée y línea clara, sino de cualquier aficionado de los mejores tebeos. Y soy así de rotundo porque lo que te da “imbatible” no te lo da cualquier tebeo. Lo que esconde estas páginas son la demostración de que en los límites de expresión artística que da un medio de expresión como el noveno arte aún hay mucho por explorar y ofrecer. Es lo que hace Jousselin, que sigue subiendo el listón creativo de su propuesta. Y todo ello a través de historias amables, para todos los públicos. Con una brillantez que se adapta a cualquier lector que coja este volumen. Porque lo que es magnifico lo ha de ser para cualquiera que se cruce en su camino. No hace falta tener un bagaje previo de nada para disfrutarlo y reconocerlo. Y así ocurre con Imbatible, un tebeo que se disfruta de forma máxima, da igual que quien lo lea esté aprendiendo a leer o sea ya un experimentado y maduro lector. Lo que es grande, repito, es grande objetivamente de por sí.
Así de rotundos nos expresamos tras acabar de leer las 48 páginas de muchos quilates que conforman “La pesadilla de los maleantes”, un tebeo en el que Imbatible no solo traspasará viñetas, sino que llegará al mundo real (concretamente a Saint Malo en una historieta que debiera de ser premiada y galardonada por la vía de máxima urgencia), será confundido con un hincha del Borussia Dortmund y se enfrentará a un enemigo invencible. Todo bajo los parámetros de lo extraordinario y lo cotidiano que diseña Jousselin en su creación, todo con una desbordante creatividad que hace de este tebeo uno de los mejores publicados en Europa. Un tebeo que tal como entra en muchos sitios es leído por las diferentes generaciones que viven en cada hogar. Un tebeo que como lo bueno de la vida, aparece sin más y se nos revela cuando lo leemos como un imprescindible del noveno arte.