“¿Cómo crees que terminará el mundo?”
Da la sensación de que James Tynion IV no tiene techo creativo. El escritor de New York cuenta con una carrera ascendente en la industria del comic-book estadounidense desde que sorprendió a propios y extraños con “The Wood”. Una carrera que este mismo año se ha visto premiada con el Eisner al mejor guionista. Un premio no solo merecido por su labor en Batman, muy reconocida y valorada por los fans del Caballero Oscuro. Gran parte del logro también reside en sus excelentes relatos alejados del hombre murciélago. Ahí están títulos como la ascendente “Something Is Killing the Children” («Hay algo matando niños») para Boom! Studios o “The Department of Truth” para Image comics.
Sin duda, como suele pasar a muchos de los guionistas que están en el top de la industria mainstream norteamericana, Tynion brilla más cuanto más se aleja de los parámetros clásicos superheroicos. El tebeo que hoy analizamos es otra buena muestra de ello: “The Nice House on The Lake”, donde Tynion une sus fuerzas a Álvaro Martínez Bueno para sumar otra referencia notable al sello de DC Comics reservado a los tebeos de mayor empaque y solvencia de su producción regular: DC Black Label.
Una etiqueta negra debidamente justificada en las seis entregas que lleva la serie publicadas en Estados Unidos. Cimentada en el solvente trabajo demostrado hasta el momento por James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordie Bellaire. Que en cada entregan marcan la trayectoria ascendente de esta serie con varios aspectos positivos a destacar. A continuación trataremos algunos de ellos con la premisa de no desvelar casi nada del argumento, pues la clave esencial es saber lo mínimo cuando el lector se acerque a estas páginas.
Tynion nos va plantear un escenario terrorífico ambientado paradójicamente en un lugar de ensueño. Una paradoja que de por sí va a llevar a los personajes principales a estar en un estado de inquietud permanente. Ellos van a ser invitados a esa bonita casa al lado del lago para ser testigos del apocalipsis, pero confinados y encerrados en la casa. En un principio sin más información del exterior de la que reciben a través de sus móviles. En un espacio seguro y confortable, con todas las comodidades del mundo. Pero fuera las cosas están cambiando…
Así seremos testigos, desde la óptica de cada uno de los personajes (pues hasta la fecha cada entrega está centrada en uno de los diez invitados a la casa), de cómo se desarrolla ese confinamiento en la cárcel de lujo en que se encuentran. A la vez observaremos la evolución del estado de ánimo de cada uno de los invitados conforme van conociendo realmente lo que está ocurriendo y como evolucionan las interacciones entre ellos. En medio de todo estará Walter, el anfitrión que ya juega un papel decisivo en la primera grapa de la serie.
Así un ambiente aparentemente de ensueño se irá volviendo un infierno y el terror, en su vertiente más descarnada, irá tomando forma. Como la bonita casa, que se revela un personaje activo más de la trama, siempre presente gracias al trabajo de Álvaro Martínez Bueno, que nos brinda quizá las mejores páginas que ha hecho en su carrera. Dando la sensación de que su arte está en perfecta simbiosis con lo que plantea Tynnion y el color que aplica Jordie Bellaire.
Inquietante es la palabra que mejor resume lo recorrido por esta serie en sus seis entregas hasta la fecha. Elevando el listón número tras número, “The Nice House on the Lake” se ha postulado como una de las revelaciones del cómic book estadounidense en este año. Cada entrega consigue, en apenas muy pocas páginas, meter de lleno al lector en la historia y en el ambiente angustioso que se respira en sus páginas. Cabe destacar esto porque, por un lado, tampoco estamos ante una temática que sea novedosa ni, por otros lado, los recursos que se utilizan son rupturistas. En todo caso siguen territorios ya transitados, como por ejemplo utilizar algún los medios de comunicación para dotar de mayor contexto a la historia (que desde que Howard Chaykin lo hiciera con la televisión en «American Flagg» ya está plenamente integrado en la industria, e incluso ha evolucionado a la par que la tecnología y ahora se muestran mails, aplicaciones de mensajería móvil y redes sociales) o la combinación de símbolos para enriquecer el simbolismo de lo que se quiere transmitir ( y que nos remite a Jonathan Hickman como el máximo exponente en su uso). Es decir: no hay ningún ingrediente nuevo en esta obra, pero la forma de mezclarlos y presentarlos da un resultado de precisión milimétrica que lleva al lector a sumergirse de lleno en lo contado. Y eso es la mayor fortaleza que presenta esta “bonita casa al lado del lago”: que está muy bien construida.
Para la edición en castellano que se pone a la venta estos días, ECC ha optado acertadamente por el formato grapa similar al del original de DC Comics. En la primera entrega, que hoy se estrena en las librerías españolas, se incluye como extra la reproducción a página completa de la portada variante a cargo de Martin Simmonds. Así que hagan sus maletas para pasar unos días en esa bonita mansión cerca del lago. Seguro que tras su lectura no quieren (o no pueden) dejar de seguir esta serie….