Hay dos palabras que convierten a un cómic en algo especial, algo que no es fácil en este mercado que a veces parece saturado y en el que pocas obras dejan realmente poso en nuestro cerebro. Una es calidad. La otra, originalidad. Como en cualquier obra artística, la calidad, depende directamente de sus autores. Algo que distinguió el Conan de Dark Horse fue la selección de sus autores, no solamente por su indiscutible maestría, sino además por su compatibilidad con el personaje. Conan y las canciones de los muertos, nos muestra a nuestro protagonista, siendo duro, muy duro casi cercano al original concebido por Robert E. Howard, su creador literario. Y a la vez estamos ante una obra plagada de humor negro, con unos diálogos muy divertidos que más que apoyar la acción, hacen que esta trascienda más allá de las convenciones del género; la historia tiene guerreros poderosos, mujeres muy bellas, hechiceros demoníacos, grimorios místicos, objetos de poder, monstruos horripilantes, y grandes búsquedas a través de parajes desconocidos. Todo ello mejora considerablemente por las conversaciones que se producen entre Conan y su compañero de armas Alvazar donde nos muestra como, en cierto modo, a la vez que ambos guerreros cumplen a la perfección con su papel, en su fuero interno se ríen de una serie de situaciones a las que, a fuerza de la experiencia, ya están acostumbrados, desmitificando los tópicos del género.

La serie «Conan y las canciones de los muertos» cuenta con un grupo de artistas hecho a medida del cimmerio: Joe R. Lansdale (Jonah Hex, Flinch, Deadwood Dick, Pigeons from Hell) al guion, un veterano escritor estadounidense especialista en fantasía y terror cuyo talento y estilo personal, entre lo absurdo y lo irónico, ha llenado de premios su carrera profesional. Gracias a su talento, supo adaptar sus escritos en el mundo del audiovisual, y ser conocido, por ser el guionista de las series animadas de Batman y Superman. En esta miniserie de Conan derrocha todo su talento para llevar al cimmerio a cotas que pocas veces se habían visto antes. Además de aportar, una ristra llena de referencias; los pictos, los gusanos de la tierra, los mitos de Cthulhu (del escritor H.P. Lovecraft), menciones a Thot-Amon que consigue ese sazonado de una aventura, que muestran que el guionista sabe el terreno que está pisando. A los lápices tenemos al sin par Timothy Truman, escritor, dibujante, colorista y portadista. Este artesano magistral del cómic, cuyas obras hablan por si mismas (GrimJack, Scout, Hankworld, Wilderness), consigue en esta historia impregnar de una esencia especial sus viñetas. Se puede observar lo cuidado del dibujo: los rostros, expresivos y realistas, empezando por el propio Conan: anguloso, siniestro, cuajado de cicatrices; los vestuarios, muy detallados y con un estilo creíble; los fondos están llenos de detalles. Y por último pero no menos importante, tenemos al colorista Dave Stewart (Hellboy, Alien, Rorschach, Gideon Falls o «Un Cesto lleno de Cabezas«), que como es habitual en él realza y embellece el dibujo de forma espectacular.

La edición original fue publicada por Dark Horse y se compuso de cinco entregas entre julio y noviembre de 2006, mucho antes que Marvel Comics recuperara los derechos sobre Conan el Bárbaro. A España llegó en 2007, de la mano de Planeta deAgostini, en un tomo de tapa dura que recogía toda la miniserie de “Conan and the song of the dead”, incluidas las portadas al final del mismo. La originalidad de esta historia se va alimentando según vamos avanzando en las páginas, reflejado en los toques de humor negro que surgen de los bocadillos de los personajes. En la inhóspitas tierras, veremos donde el cimerio acude a la llamada de un viejo aliado, Aunque Conan es un personaje muy conocido con miles de historias escritas y dibujadas, por los más grandes autores, este tebeo no tiene nada que envidiarlos. Gracias a un guion tan basado en el diálogo como en la propia acción, lleno de frases duras, sentenciosas, de las que arrancan una gran sonrisa y que se quedan en la memoria del lector. Seguro que con este cómic os lo vais a pasar mejor que un cimmerio en la más fiera de las luchas.