“Tierra de leyendas ancestrales que se mezclan con tradiciones seculares…
Situada entre un desierto rocoso sembrado de Cactus
y en una extensa sábana herbosa dominada por impresionantes macizos montañosos, que albergan el misterioso lago Harum-Bayac…»
En lo más profundo de la selva de Palombia, los Chautas y el clan Kouyonés se disputan la posesión de un terreno considerado sagrado desde tiempos ancestrales. Para resolverlo, un combate decidirá a quien corresponde esos trozos de tierra. Adorada por unos y codiciada por otros. Es la tierra donde la naturaleza sigue fluyendo, lejos de la avaricia del hombre civilizado. Donde multitud de especies cohabitan en un mar de biodiversidad. Entre ellas, una especie muy extraña y propia de este hábitat: el “Marsupilamus Franquini«. El rey de esta selva: un animal hábil, inteligente, sensible y alegre por naturaleza, dotado de una fuerza extraordinaria. Un ser en plena conexión con su especie y entorno. De todos ellos, destaca el celebre “Marsupilami”, el inmortal personaje creado por Franquin en 1952, en el álbum de Spirou y Fantasio, el célebre “Spirou et les Héritiers”.
Con una longevidad tan grande como su larga cola, el entrañable animal creado por Franquin es historia de la Bande Dessinée, junto a otras célebres creaciones de su autor: Gaston Lagaffe («Tomás el Gafe«). Si bien, el éxito profesional le impidió a Franquin poder dedicarle más páginas a su entrañable mamífero. En 1987 la cuenta quedó saldada cuando Marsupilami estrenó serie propia, donde bajo la tutela del propio Franquin, Batem tomó las riendas gráficas de la cabecera. Una serie que es considerada como el canon del personaje, apta para todos los públicos y que refleja valores de respeto al medio ambiente mientras que página a página ensancha y recrea su universo.
Así ha ocurrido durante más de 30 años, con entregas casi anuales durante este periodo de tiempo. Para el 2017, coincidiendo con las trés décadas de la serie, Dupuis lanzó el trigésimo álbum de la serie, “Palombia Secreta” (“Palombie Secrète”), de Batem y Colman que Editorial Base nos brindó una edición del mismo en castellano y catalán al final del pasado año, prosiguiendo con su labor de ir publicando todos los títulos de esta cabecera a este lado de los pirineos.
Un álbum que es una auténtica celebración del personaje y su entorno natural. Si bien no estamos ante la típica entrega conmemorativa, la premisa de partida es más sutil y sencilla: Colman parte de un argumento deudor de muchos estándares del género, llevando al lector a recorrer los parajes de esa Palombia pendiente de explorar, donde lo natural y lo ancestral se confunden, y donde los marsupilamis van a tener más de una oportunidad de lucirse.
Batem, con su trazo, ya indisoluble a Marsulipami, aprovecha el guion para desarrollar en plenitud todo lo que estos personajes y entorno pueden ofrecer, alumbrando páginas que son un absoluto deleite para el fan de la creación de Franquin. El color de Cerise mantiene el clasicismo que necesita una serie como esta, resultando el tebeo una delicia para cualquier fan de la Bande Dessinée.
Estos son algunos de los tesoros que esconde esta “Palombia Secreta”. 48 páginas que Editorial Base ha editado en formato álbum europeo, donde planea en todo momento la celebración que suponen los treinta años de la serie y donde en un primer plano queda lo contemplativo. Conforme el argumento se desarrolla, veremos que hay algo más importante para Marsupilami (e interesante para el lector) que el conflicto entre los clanes de indígenas: y es la selva en sí misma y la singular especie de la que forma parte Marsupilami. Y así, mediante espectaculares páginas, Batem nos lo va a mostrar en este tebeo que celebra la vida, la de los nuevos seres que nacen en la selva, y la de un personaje que sigue manteniendo la fuerza y encanto con el que lo creó hace casi setenta años Franquin.
«Huba… ¡ Hop !!!»