Jiro Taniguchi (1947-2017) fue uno de los grandes autores que nos dio el país del sol naciente. Autor incombustible, nos legó una cincuentena de obras en su prolífica carrera. Nacido y criado en un pequeño pueblo, Tottori, una de sus pasiones fue la naturaleza y la relación de los seres humanos con ella. Muchas de sus obras giran en torno a esa temática («El viajero de la tundra», «Mundo salvaje» o «La montaña mágica«), aunque sobre todo con lo que destacó fue con obras más intimistas y de corte costumbrista. En ese aspecto destacan títulos como «El almanaque de mi padre«, «El caminante», «Furari» o «Mascotas». También tocó otros palos como la ciencia ficción («Crónicas de la era glacial»), el género detectivesco («Hotel Harbour View»), el histórico («Sky Hawk«, «La época del Botchan«), la fantasía («Barrio Lejano») o el montañismo («La cumbre de los dioses«). Fue considerado como uno de los mangakas más europeos (no en vano fue consumidor y amante del cómic europeo durante toda su vida) y sus obras fueron casi más leídas y premiadas fuera de su país natal. Observador de lo cotidiano y de las pequeñas cosas que pueden permanecer ocultas al resto de los ojos, su estilo preciosista y de ritmo pausado cautivó tanto a público como a crítica. Su repentina y temprana muerte a los 69 años fue un jarro de agua fría para todos los seguidores y amantes de su obra. Una auténtica tragedia ya que nos podría haber seguido trayendo grandes obras. Por lo menos nos queda su legado. Hoy traemos a la web una de sus obras de principios de este siglo.
«El rastreador» (“Sosakusha”) fue publicada en Japón en el año 2000 y en nuestro país llegaría en 2006 de la mano de Ediciones Ponent Mon con un precio de 18 euros, título que con buen criterio la editorial mantiene en catálogo. En esta obra Taniguchi mezclaría varias de sus pasiones, que ya hemos citado un poco más arriba, como la naturaleza, la escalada y el género policíaco. La historia nos narra la desaparición de una joven estudiante de instituto de 14 años llamada Megumi en las abarrotadas calles de Tokio. Nuestro protagonista, Shiga, deberá abandonar su querido refugio en la montaña e iniciar la búsqueda de Megumi. Hija de su mejor amigo, le hizo la promesa en su lecho de muerte en las faldas del Himalaya que siempre cuidaría de ella y la protegería, pasara lo que pasara. Comenzará entonces una desesperada carrera contrarreloj para encontrar a la joven antes de que sea demasiado tarde. Acostumbrado a la tranquila vida en las cumbres, Shiga deberá recorrer un terreno desconocido para él, una metrópolis que puede llegar a ser mucho más peligrosa y hostil que las propias montañas. Tendrá que introducirse en círculos y ambientes marginales, como los conflictivos barrios de Shibuya, repletos de pandilleros y de gente de mal vivir. En su camino encontrará inesperados aliados y también enemigos que pondrán todas las trabas posibles en su investigación. ¿Conseguirá Shiga el objetivo de rescatar a su querida “sobrina”? ¿Qué precio deberá pagar por ello? ¿Dejará a un lado su tortuoso pasado, que nos irá siendo mostrado poco a poco en pequeños flashbacks,? Preguntas cuyas respuestas solo serán respondidas si los lectores deciden meterse de lleno en esta frenética aventura…
Taniguchi nos introducirá con esta historia en el triste tema de las desapariciones de chicas jóvenes tanto en su país como en todo el mundo. Una de esas lacras, tan difíciles de erradicar, que, por desgracia, siguen ocurriendo día tras día. Grupos mafiosos, gente malvada, depravada e interesada que se aprovechan de la inocencia de adolescentes con problemas afectivos y familiares, y que por unos cuantos yenes o euros destrozan sus vidas a cambio de prostituirlas u obligarlas a hacer cosas en contra de su voluntad. Una de esas esclavitudes que no cesa…
El apartado gráfico, como siempre, es sobresaliente. Taniguchi fue un narrador fabuloso y nos mantendrá en vilo durante toda la historia. En la obra encontraremos esos rostros cuadrados, marca de la casa, repletos de diferentes emociones en ellos, una anatomía perfecta y unas escenas de escalada sobrecogedoras, todo un espectáculo visual para gozo y disfrute de los lectores. Una lectura recomendada para los amantes de las emociones fuertes y de historias trepidantes.