
Comenzamos este artículo lanzando una pregunta al aire: ¿Se hacen en España buenos cómics? La pregunta es fácil de responder. Sí, en nuestro país se hacen muy buenos cómics y, mes tras mes, nos llegan jugosas novedades. Tenemos grandes guionistas, dibujantes, coloristas, rotulistas, etcétera. Y nada tenemos que envidiar a otros mercados comiqueros.
Este es el caso del título que traemos hoy a la web: ‘Subnormal, una historia de acoso escolar’, escrito por el prolífico guionista Fernando Llor (adaptando la historia de Iñaki Zubizarreta) y con dibujo de Miguel Porto. Publicado por la línea Evolution de Panini Cómics (no sólo de «supers» con capa vive el aficionado), en un tomo de tapa dura a un precio de 18 euros.
Nos encontramos con una historia dura y real, muy real. De hecho, es la historia de la infancia del anteriormente citado Iñaki Zubizarreta, ex jugador de baloncesto de la ACB. Una infancia marcada por una de las peores lacras que existen: el acoso escolar. Algo que existe desde hace mucho tiempo y que, por desgracia, no tiene visos de terminar en nuestra sociedad.
La historia arranca con un joven Iñaki en el borde de un precipicio dispuesto a saltar y terminar con todo. Y es que, sólo los que han sufrido algo parecido pueden entender a la perfección la desesperación y lo que se puede llegar a pensar y a hacer para dar fin a la pesadilla que se está viviendo. En el caso de Iñaki su único pecado es ser alto, muy alto para su edad. Es la excusa que buscan sus acosadores para realizar sus abusos. En realidad, siempre hay una excusa para ello, da igual ser alto, bajo, gordo, flaco, una orientación sexual diferente a los demás, tener algún defecto físico… Siempre habrá algo que te “diferencie” del resto y algunas personas, por llamarles de alguna manera, piensan que se debe pagar por ello.
Llor realiza un guión en el que se van desgranando las vejaciones y humillaciones que sufre Iñaki con el beneplácito de buena parte de sus compañeros e introduce, creo que de forma acertada, las nuevas tecnologías a la historia (no hay que olvidar que la historia original transcurre en los años 80). Los móviles inteligentes, las redes sociales son herramientas muy útiles para la sociedad de hoy en día siempre que se utilicen de forma adecuada. Por desgracia no suele ser así y todos sabemos a lo que me refiero: ciber-acoso, odio escupido a base de tweet, intolerancia, toda la estupidez humana reunida en unos pocos caracteres.
El dibujo de Porto es muy efectivo y nos muestra un montón de emociones en los rostros y acciones de los personajes como el miedo de Iñaki, el odio de los acosadores, la rabia de los familiares del protagonista, la ilusión y la vía de escape en el baloncesto del acosado, la comprensión de su entrenador y de sus compañeros de equipo, las ganas de revancha y venganza de un Iñaki adulto, el mirar hacia otro lado de profesores, la admiración del hermano pequeño de Iñaki al que idolatra como si fuera un superhéroe.
Como extras al final del tomo nos encontramos con varias fotografías de la vida de Iñaki: infancia, su paso por la ACB y sus enfrentamientos con grandes ases del baloncesto de la época y varias instantáneas de su lucha a diario contra el bullying en charlas y campañas que suele realizar en colegios e institutos. Porque Iñaki consiguió salir de aquella pesadilla y dedica su vida a ayudar a chavales que están sufriendo lo que él pasó en sus primeros años de vida.
En resumen, un cómic muy necesario que debería llegar a colegios, escuelas e institutos para hacer ver y recordar a los más jóvenes que sus acciones pueden tener consecuencias funestas y que no deben hacer lo que no les gustaría que les hicieran a ellos. Ojalá sea así y que, poco a poco, vayamos construyendo un futuro mejor, más justo e igualitario.
Post Scrip: Permitidme confesaros una cosa: yo también fui Iñaki y debo reconocer que leí esta historia con el corazón en un puño y que derramé alguna que otra lágrima, me sentí muy identificado con sus vivencias y espero que su lectura pueda ayudar a mucha gente. Decía Garth Ennis en su obra Predicador que “hay que ser de los buenos porque ya hay demasiados malos”.
¡Qué ganas tengo de hacerme con él!
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