El clima de Sarajevo es muy continental, el verano es corto, cálido y las noches son frías debido a la brisa constante que sopla desde las montañas que la rodean. La nieve es abundante en invierno, que dura desde noviembre hasta abril. Se han registrado nevadas en junio, un hecho que puede comprobarse en las crónicas de la antigua Sarajevo. Hasta ahora la guerra no ha cambiado el clima. La luna sigue brillando, el sol sigue saliendo y la lluvia sigue cayendo. Nuestra historia comienza con el envío del primer fax entre dos amigos, con ese envío también llegaron cuatro paquetes de fotografiás (de un hombre que nunca llego a conocer nuestro autor) que fueron tomadas en Sarajevo en marzo de 1995.
El primer fax decía: “Queridos Joe y Muriel: Aunque la situación en Bosnia no es que esté muy clara ni calmada, he decidido volver a casa. Saldré en coche el domingo por la mañana acompañado por mi ayudante, Butzo, que vino aquí hace dos semanas para ultimar unos detalles y preparar las maletas para el viaje. Pasaremos la noche del domingo en Alemania y casi seguro la noche siguiente en Austria o Eslovenia. Por este motivo os ruego que remitáis vuestras cartas, faxes o llamadas de teléfono a nuestra oficina de Sarajevo.”
Pocos días después llegaron a su destino, mientras la luz del sol brillaba entre el metal y las piedras de la ciudad. Todo parecía extrañamente silencioso hasta que se encontró con la familia. Su mujer le informó de los bombardeos en la zona exterior de la capital y del ataque de los serbios a los pueblos más cercanos a la frontera.

Esa noche, de repente comenzaron las explosiones. Los comerciantes comenzaban a abrir sus locales, cuando un vendaval de acero y fuego abrasador destrozaba a hombres, mujeres y niños con indiscriminada selectividad. Nuestro protagonista, Ervin Rustemagic, enviaba un nuevo fax a sus amigos para contarles la situación actual.
“Queridos Joe y Muriel: ¿Quién hubiese podido imaginar alguna vez que esto podía ocurrir? Es como una pesadilla. Las explosiones son continuas. El suministro eléctrico se interrumpe cada poco tiempo. Las tuberías del agua se han roto. La gente hace cola durante todo el día para conseguir sus raciones de agua. Es muy difícil conseguir combustible para poder cocinar. Los niños arriesgan sus vidas ayudando a sus padres a encontrar algo que poder quemar. Da la impresión de que los francotiradores disfrutan matando niños. Quizá lo hacen para poder matar después a los adultos que corren a socorrer a sus hijos malheridos”.
Por la noche continuaron los bombardeos, toda la familia fue al sótano, a un lavabo pequeño de fria piedra en el suelo. Cada bomba provocó un pequeño temblor, sin saber si la siguiente explosión significará la destrucción de todo. Solamente fue el principio de un horror que se contará en el siguiente fax desde Sarajevo.

Joe Kubert nos brinda en este magnifico relato a todo color una de las mejores y más personales obra de toda su larga y distinguida carrera. Kubert, fue un artista, profesor y dibujante de cómics nacido en Polonia, que emigró cuando era un bebé a Brooklyn, en Estados Unidos. Se le conoce por su trabajo en DC Comics con personajes como Sargento Rock, Hawkman o independiente como Tarzán. La mayor influencia de este autor esta enfocada en los tebeos bélicos y tras muchos años trabajando para DC se convierte en editor de la distinguida competencia en 1970. En esa década conoce al protagonista de nuestra historia, Ervin Rustemagic. Se conocieron en alguna convención de cómic europea, como Lucca o Angulema y después de estar conectados durante muchos años, en 1990 Joe Kubert realiza tres novelas gráficas de una nueva serie llamada ‘Abraham Stone’ para la empresa de su amigo conocida como Strip Art Features (SAF). Mientras Kubert trabajaba en el tercer volumen de esta serie, la guerra estalló entre Bosnia y Herzegovina. Eso hace que después de pasado un tiempo y todos los faxes que recibió, Joe Kubert quiera reflejar esa realidad en el tebeo que tenemos entre manos. Aquí tenemos a este dibujante encargándose de todos los aspectos del tebeo desde el guion hasta el color. El estilo de dibujo del autor es nervudo, dramático y dinámico; con su máxima expresión en los tebeos relacionados con los ambientes bélicos.
Desde que Dark Horse publicó en octubre de 1996 la primera edición de “Fax desde Sarajevo” en Estados Unidos, el cómic ha sido traducido a numerosos idiomas y publicado en múltiples países. La primera edición traducida que llegó a nuestro país, vino de la mano de Planeta De Agostini en mayo de 1999. Y la última edición publicada nos la trajo ECC ediciones en el año 2017. Esta última publicación viene a un tamaño superior al comic book y más cercano al estilo europeo, con tapas duras y 208 páginas. Además, aparece un epilogo con las fotografías originales que le mandaron a Kubert para realizar esta novela gráfica. Incluye también un relato del protagonista de la historia y su relación con Joe Kubert, incluyendo fotografías de los mismos.
A partir de decenas de faxes, en los que se describía con todo detalle desde las atrocidades cometidas en nombre de la “limpieza etnica” hasta los miedos y las frustraciones siempre presentes de la familia Rustemagic, Kubert construyó con gran habilidad una historia desgarradora de una auténtica tragedia y en última instancia, de una esperanza inquebrantable. De momento, todo está en silencio en Sarajevo… excepto por el lúgubre sonido de un solitario trombón que flota por la asolada ciudad. Un símbolo de dolor infligido a una población indefensa. Un grito de ayuda desesperado a un mundo que parece no escuchar.