Por la actividad en la que anda inmerso, no parece que vaya a cumplir tres décadas profesionales dedicadas al noveno arte. Data su debut en un ya lejano 13 de enero de 1991 con la tira cómica “Los Saurios” en “Crónica”, un semanario local de Albacete. Desde entonces, su lápiz y pinceles han ido ganando fuerza y personalidad paseando su arte por diferentes géneros, cruzando nuestras fronteras y seduciendo a lectores de distintos idiomas con ese personal magnetismo que desprenden sus acuarelas. Todo esto no le impide a Sergio Bleda mantener estos días un ritmo de trabajo contundente: a las labores de promoción de la campaña de crowfunding de su nueva obra “Ruina Motium” ( esta vez junto a los guiones de Francisco Ruizge) se les suman eventos en los que participa, como las 9ª Jornadas de Comics de Valencia, recién finalizadas. Entre tanto ajetreo Sergio ha tenido a bien mantener esta charla sobre el momento presente de su carrera, la vuelta a las estanterías de “El Baile del Vampiro” y su inminente continuación.
“El Baile del Vampiro” es considerado como muchos un clásico de culto del tebeo español de finales de los ´90. Una obra que parecía cerrada y el 2019 llega la sorpresa con la publicación de “Redes” y ahora con el crowfunding de “Ruina Motium”, títulos donde amplias el universo vampírico de Inés, Jakob y compañía. ¿A que es debido este retorno?
En realidad desde el principio estuvo previsto que la serie tuviera continuidad. Ya en la Línea Laberinto, debido al éxito de la primera miniserie, me propusieron escribir y dibujar una serie regular de comic-books que tendría que empezar a publicarse después del especial “Inés 1994”. Por desgracia la Línea Laberinto se cerró y todos los autores que teníamos proyectos a largo plazo nos quedamos a dos velas. Durante todos estos años, mientras trabajaba para el mercado francés, he seguido escribiendo nuevas aventuras para mis vampiros y ahora, dado que ese mercado se ha vuelto cada vez más complicado, con tiradas cada vez más pequeñas y una saturación mensual de novedades insostenible, parecía el momento adecuado para intentar la autogestión editorial en mi país y con mis propios personajes.
Un retorno que vemos que se ha materializado desde la independencia, mediante la autogestión y el crowfunding, sin un apoyo editorial que respaldase el proyecto. ¿Cómo tomaste la decisión de autopublicarte?
Es una cuestión de supervivencia. En España los cómics son algo muy minoritario. Te sorprendería conocer las escasas tiradas de editoriales que publican en nuestro país títulos de personajes muy conocidos. Hace tiempo que el cómic español no puede dar de comer, salvo honrosas excepciones, a dibujantes y editores. Así que o los editores aprenden a dibujar o los dibujantes aprendemos a editarnos.
La autoedición supone mucho trabajo, pero al eliminar intermediarios y trabajar directamente para mis lectores, también la recompensa es mucho mayor. Y no me refiero únicamente a la compensación económica, estoy hablando sobre todo de libertad creativa. Cuando un editor que sólo lleva unos añitos desarrollando esa tarea mira tu proyecto y te pide que hagas cambios absurdos en tu trabajo, a ti que llevas casi 30 años viviendo de esto, ves que ha llegado el momento de tomar las riendas. Si yo no les digo como deben hacer su trabajo ellos no tienen por qué meterse en el mío. Al autoeditarme soy yo quien tomo todas las decisiones creativas sobre mi obra. Claro que puedo equivocarme, pero al menos será mi propio error el que cometa y no el error del editor.
Sin duda esta obra sirvió en su momento para darte a conocer a un público más amplio y posiblemente fue la puerta de entrada a otros proyectos. ¿Qué supone para ti “El Baile del Vampiro”?
Como bien dices esta serie supuso para mí el darme a conocer a los lectores españoles. Es verdad que ya llevaba varios años trabajando en la revista Kiss Cómix, con tiradas de 25.000 o 30.000 ejemplares mensuales, pero el cómic erótico siempre parece estar oculto de alguna manera. Por mucho que se consumiera no parecía darnos demasiada visibilidad, entre el lector habitual de cómics, a quienes lo dibujábamos. Trabajar en una empresa como Planeta hacía que los cómics de la Línea Laberinto estuvieran muy bien promocionados y distribuidos, eso es algo innegable.
“Redes” ahonda en la figura de Ana y “Ruina Motium” parece que hará lo propio con el Vampiro Blanco. Personajes ambos que mostraban un potencial en la saga original ahora tendrán más recorrido y profundidad. Todo ello nos hace pensar que en “Baile del Vampiro” cabe la posibilidad de expandir el concepto en varias direcciones y momentos de tiempo. ¿Es esa tu idea?
Has dado en el clavo. Siempre me planteé la miniserie original como la pieza central de un gigantesco puzle que nos lleva adelante y atrás en el tiempo. Tengo mucho escrito y mucho más planificado. Quiero volver al siglo 18 y contar el origen de Jakob y adelantarme al año 2030 a una sociedad donde los vampiros están inmersos en la cultura y la sociedad. Cada vez se me ocurren más ideas y estoy deseando poder desarrollarlas. Mientras siga teniendo el apoyo de los lectores seguiré haciendo más obras de la saga.
Para “Ruina Motium” cuentas con los guiones de Francisco Ruizge. ¿Cómo surge esta colaboración?
Francisco y yo nos conocemos desde hace años y somos muy buenos amigos. Hemos colaborado en alguna otra ocasión (yo fui su colorista en la serie “Mendoza” editada por Glénat) y, de hecho, tenemos varios proyectos (él como guionista y yo como dibujante) que no hemos conseguido sacar adelante. Así que tenía tantas ganas de trabajar con él que le ofrecí escribir esta historia. Y no me arrepiento. Ha sabido coger las cuatro directrices que le dije y hacerlas crecer de un modo que yo mismo no habría sido capaz.
Otro de los elementos que nos parece definitorios de la obra es que dotas a la ambientación de un peso específico. La Barcelona de la saga original era un personaje más de la obra, por lo reconocible que resultaba. Lo mismo se puede decir de Valencia en “Redes”. ¿Es algo por tu parte deliberado?
Sí. La ciudad tiene que ser determinante para muchas de las acciones de mis historias. No se trata de un decorado, es un personaje más para mí. Cada ciudad tiene sus características y su propia identidad, y trato de que eso quede reflejado en mis obras.
Otra cuestión que no podemos pasar por alto es la historia de complemento de “Redes”: “La Primera Vez”, protagonizada por Inés y Jakob, los personajes principales de la saga original. Creaciones que son las favoritas de muchos y que obliga a una pregunta: ¿Hay en la recámara más historias por contar de esta pareja?
Desde luego. Todavía me queda mucho por contar de estos dos. Pero de momento no puedo desvelar nada.
Al igual que el género de terror, el erotismo es otro de los géneros a los que tu nombre está asociado para los aficionados. Me viene a la mente “Il Faudra me Passer Sur le Corps” con Katia Even para Tabou Editions en el mercado francés o las maravillosas ilustraciones que acompañaban a los “Cinco Relatos Apasionados” de Ricardo Esteban, por citar unos pocos. Aún con la versatilidad temática que has desarrollado a lo largo de tu carrera, entendemos que el género erótico es donde más han brillado tus pinceles, dando una rotunda personalidad a tus obras. ¿Qué opinas al respecto?
En realidad el erotismo siempre ha estado presente en mi obra. Como te comentaba antes lo primero que publiqué a nivel nacional fueron mis historietas para el Kiss Comix. El sexo, claro, también tiene una gran importancia en mi vida. Así que era inevitable que se reflejara en mis dibujos. Supongo que soy una especie de pervertido fetichista con ganas de contarlo.
Este año también nos ha deparado la aparición de “Fetish Brush”, el libro que has editado recopilando ilustraciones eróticas de toda tu carrera y que ha tenido una excelente acogida. Lo cual nos lleva a pensar que tus siguientes pasos se moverán entre lo vampírico y lo erótico. ¿Quizá sean éstos los géneros donde hayas desarrollado obras de mayor calado para el aficionado?
Es verdad que es lo que más se recuerda de mi trayectoria, pero en realidad he dibujado mucho más. He tratado el thriller con “Bloody Winter”, “Dolls Killer” y “NSA” (esas dos últimas con guionistas franceses), también la ilustración infantil con “Evemoon”, “33 abuelas” o “De bruces”, el humor (“Pablito, dibujante español”, “Los Saurios”) y los poderes paranormales (“La conjura de cada miércoles”).
Me considero un autor todoterreno por una cuestión, una vez más, de supervivencia. Y también, claro, porque me interesan muchas cosas diferentes y me gusta tratar de abarcar el máximo posible.
Aunando las temáticas de tus dos obras recientes en España, ¿Has pensado alguna vez en llevar a cabo un cómic donde lo vampírico se entremezcle con lo erótico? ¿Habría posibilidad de ello?
Pues la verdad es que sí, y de hecho en la serie de “El baile del vampiro” suele haber alguna escena de sexo en varios episodios. Quizá en el futuro salga algo en plan “vampiros y culos” aunque de momento ya tengo planes para varios años y no contemplo esa posibilidad.
Y desglosando lo vampírico de lo erótico damos por concluida esta charla con Sergio, agradeciendo el tiempo que nos ha dedicado en plena recta final del crowfunding de “Ruina Motium”, cuya campaña se prevé finalizar el próximo 29 de septiembre. y a fecha de hoy va a un considerable buen ritmo, tanto por el contenido ofertado como por las jugosas recompensas de las distintas modalidades de mecenazgo. Un título que se sumará a “Redes«, el celebrado retorno del autor albaceteño a una de sus creaciones más celebradas. Un retorno que no va a ser efímero y que producirá, si los lectores así lo demandan, más relatos para que Jakob, Inés, Ana y El Vampiro Blanco sigan bailando. En ese caso, que no cese la música que provoca la plasticidad de Bleda con sus lápices y pinceles.