Pound for pound: los golpes que da el desierto [Reseña]

Llegó la segunda ola de títulos de TKO Studios, y obviando el evidente y merecido ruido mediático que está haciendo el Sentient de Jeff Lemire y Gabriel Hernández Walta, desde que se anunció esta remesa puse mi punto de mira en Pound for pound. Las historias fronterizas me atraen, y la obra de Natalie Chaidez y Andy Belanger prometía ese sucio aire del desierto que lo cubre todo de polvo y crudeza, y ese eterno enfrentamiento entre el Sur y lo que está por debajo. Una vez leída, en cierto modo Pound for pound se interna en esos terrenos que anticipaba, aunque la manera en que se desarrolla su trama termina generando sensaciones encontradas.

Nos situamos en el mundo de la MMA —artes marciales mixtas—, donde Dani, la protagonista, sobrevive haciéndose un nombre gracias a su récord de victorias. En una de las peleas, amañada para que la pierda, Dani sufre uno de sus habituales blackouts y termina derrotando a su rival. Esto le va a acarrear una tremenda deuda, y Dani va a tener que hacer frente a una consecuencia terrible: el rapto de su hermana pequeña.
Tenemos por tanto una historia de venganza. Venganza por una serie de malas decisiones, de esas que pueden truncar vidas. El carácter luchador de Dani le va a llevar a emprender una odisea salvaje aún a sabiendas de que su coste puede ser inmenso. A todo ello asistimos mientras se nos escupen recurrentes imágenes del pasado, un pasado distorsionado en el que la familia de Dani atraviesa el desierto con la intención de llegar a la tierra prometida, solo para encontrarse con un monstruo que acabó con ese sueño en un abrir y cerrar de ojos.

PoundForPoundNatalie Chaidez es una guionista de variada experiencia televisiva, habiendo trabajado en series como Terminator: las crónicas de Sarah Connor, Hunger o 12 monos. Sin embargo, el germen de Pound for pound puede encontrarse en la serie Queen of the South (La reina del Sur), de la que Chaidez es showrunner. Allí tenemos a una protagonista que comparte ciertos rasgos con Dani, y que igualmente se ve obligada a embarcarse en una espiral de venganza y violencia bajo un trasfondo dominado por los narcos. En el cómic también visitamos ese tipo de bajos fondos, y el guion sabe adentrarse en esos turbios ambientes para resultar verosímil en algunos aspectos. Quizá el gran acierto del guion está en el tino con que se entremezcla la trama principal con los recuerdos de Dani, omnipresentes en cada capítulo como un pasado traumático que anticipa un futuro de color muy oscuro.

El problema viene con algunas decisiones de guion discutibles. Además de presentar el ya típico cliffhanger al final de cada uno de los seis números de que consta la miniserie, encontramos un puñado de deus ex machina que se utilizan para resolver situaciones delicadas. No estoy en contra de su uso, pero creo que en este caso se abusa en exceso de tal recurso. De igual modo, el guion se empeña en retorcerse demasiado a base de giros un tanto inverosímiles. Bajo mi punto de vista, la reducción de muchos de estos puntos de giro hubiera dotado al cómic de un carácter más serio y apropiado para una historia de este tipo. Todo ello le resta credibilidad a la trama, y acerca la obra a un tono más pulp, y en ocasiones desenfadado, que al realismo que pide la historia. El contraste resulta extraño, aunque se agradecen mucho las reminiscencias noir y, por qué no, western, que se ponen en liza en sus páginas.

PoundForPound3Con el dibujo de Andy Belanger sucede algo parecido. El artista canadiense me conquistó con su trabajo en Southern Cross, y aquí despliega un estilo algo más irregular. Es cierto que encuentro muy bien compenetrado el color de Daniela Miwa con el arte de Belanger, dotando así al cómic de un aspecto visual en el que la paleta de colores resulta importante en el desarrollo de la historia, pero algo hay en el dibujo que no termina de romper del todo. Esto se ve claramente en las viñetas más trabajadas, donde el estilo de Andy Belanger luce esplendoroso, y ese contraste desluce ligeramente el acabado final. Pese a ello, estamos ante un trabajo interesante tanto en diseño de personajes y terrosidad de escenarios, como en la implementación de detalles estéticos tales como las máscaras que utilizan los protagonistas en determinados momentos. También hay estructuras de páginas, especialmente en las que se recurre a flashbacks, realmente llamativas, y que demuestran la validez narrativa de una buena maquetación de viñetas. Igualmente, hay que destacar las escenas de acción, en las que el arte incide en ese toque pulp que mencionaba anteriormente, y que sin duda resultan espectaculares.

Con todo ello, podemos concluir que Pound for pound condensa mucho en sus páginas y tal vez ello le impida ser una obra redonda. Aunque hay momentos evidentes de crítica social respecto al concepto de frontera, tan en boga actualmente, y en los que incluso se hace mención indirecta a crímenes tan macabros como los de Ciudad Juárez, el cómic se decanta más por una historia con muchos soplos de acción y con un desarrollo que, a la larga, se hace bastante previsible. Pese a los problemillas de tono, nada impide que Pound for pound sea un cómic plenamente disfrutable, ya que nos proporciona una propuesta muy entretenida y plena de momentos potentes, agresivos y violentos. Golpes contundentes, al fin y al cabo, como los que propina la propia y salvaje frontera.

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