Eight Billion Genies: Los deseos son peligrosos

«Si tuvieras un deseo… ¿qué desearías? Ahora, ¿qué pasaría si todos los demás también tuvieran un deseo?»

Eso es «Eight Billion Genies«, la serie de Charles Soule y Ryan Browne. Exactamente al mismo tiempo, todos en la Tierra reciben un genio y un deseo. Todo se descontrola, de una manera muy entretenida… y eso es solo el comienzo. Las historias de genios y deseos a menudo llevan consigo moralejas importantes. En muchos casos, los deseos concedidos traen consigo consecuencias inesperadas, subrayando la importancia de ser cuidadoso con lo que se desea. Y de ese contexto sale este interesante tebeo.

La trama se inicia con el nacimiento del humano número ocho mil millones. A partir de ese momento todos reciben un genio. Sin embargo, hay una trampa: en lugar de tres deseos, todos en la Tierra solo obtienen un deseo singular. Y aquí los creadores Soule y Browne juegan a los dados en un caos total, donde cualquier cosa es posible. Cuando lees la premisa por primera vez, el apocalipsis no es necesariamente el género que viene a la mente. ¿Cómo podría tener lo que tu corazón desea producir algo que no sea un mundo de diversión? Pero cuando el deseo se descontrola, todo comienza a tener sentido. En esas páginas coloridas y vibrantes de un mundo obteniendo lo que quiere, ves exactamente cuáles son las consecuencias no deseadas de no tener límites. Dinosaurios comiendo gente, jets estrellándose contra personas que desearon volar, adolescentes angustiados matando a sus padres. Todo sucede tan rápidamente y caóticamente que todo comienza a hacer clic. Cuando solo te importa el deseo de tu corazón, no piensas en los demás.

Soule se toma su tiempo construyendo un pequeño elenco de personajes: Una pequeña banda preparándose para un concierto en un bar local, una pareja de turistas chinos perdidos buscando la Taberna Lamplight, un niño recogiendo a su padre borracho y un barman que, a lo largo de la historia, sorprende con su variada fuente de conocimiento. Rápidamente aprendes sobre las luchas de la banda, el punto débil del Sr. Williams por Robbie y la frustración de una pareja por no llegar al lugar que esperaban. Soule hace un trabajo excepcional al presentar y desarrollar a los personajes en un corto período de tiempo. Cada uno de ellos tiene su propia historia y motivación, lo que añade esos detalles tan interesantes a la narrativa y acerca al lector a alguno de ellos. La banda, los turistas chinos, el niño y su padre borracho, y el sabio cantinero forman ese grupo ecléctico que se convierte en el corazón de la historia. La taberna Lampwick, dirigida por el enigmático Sr. Williams, se convierte así en el refugio crucial en medio del caos. Este espacio protegido, donde los deseos externos no pueden afectar a los que están dentro, ofrece un contraste interesante con el mundo exterior. La taberna no solo es un lugar físico seguro, sino también un símbolo de esperanza y comunidad en un mundo cada vez más fragmentado.

Vale la pena decir lo bien que se complementan Soule y Browne, introduciendo la magia a lo mundano. Una de las cosas que hace que «Eight Billion Genies» destaque es cómo Browne retrata a los genios. Hay algo caprichoso y querubinesco en sus diseños. Son casi caricaturescos, con sus líneas simples y su representación infantiloide. Pero tan los diseña llenándolos con toda la vastedad de la galaxia que los hace casi aterradores. Las páginas están llenas de imágenes vibrantes y caóticas que capturan la esencia de un mundo donde cualquier cosa es posible. Los deseos de las personas se manifiestan de maneras sorprendentes y visualmente espectaculares, creando un festín para los ojos. Esta riqueza visual no solo añade al entretenimiento, sino que también sirve para subrayar la locura y las consecuencias imprevistas de un mundo con deseos sin restricciones.

La edición original se publicó en ocho números bajo el sello editorial Image Comics en Estados Unidos. En España, tenemos una edición integral de la serie, editada por Panini Comics en formato de tapa dura con toda la serie y varios extras al final del mismo tomo. Entre ellos se encuentran las portadas alternativas realizadas por Jenny Frison, Steve Seeley, Declan Shalvey, Andrew Maclean, James Harren, Christian Ward, Tradd Moore, Jim Rugg, Giuseppe Camuncoli, Paolo Rivera y Rosemary Soule. Además de incluir una pequeña historia donde se explica la evolución de los genios y un desarrollo de la “versión del director” del primer número americano.

En definitiva, aquí espera una lectura de una aventura fascinante y entretenida, con una pequeña reflexión sobre la naturaleza del deseo humano y las implicaciones de tener el poder absoluto. Estos seres omnipotentes nos recuerdan que, a pesar de su capacidad para otorgar deseos, no son necesariamente benevolentes ni malvados; simplemente existen para cumplir los anhelos de sus humanos. Esto plantea una pregunta interesante: ¿es el poder en sí mismo el problema, o lo son la naturaleza humana y nuestros deseos inherentes? La serie no ofrece respuestas fáciles, pero si buscas una lectura que desafíe tus expectativas y te lleve en un viaje salvaje e introspectivo, «Eight Billion Genies» es una opción muy deseable.

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