I Hate Fairyland: El Infierno de Gert. ¡Bienvenidos de nuevo, Pufos Críos!

«You’re out here on the grind
Rolling fearless stone by stone
Take us for ride
And save us from our lives
Feeling low and alone
But you’re here to take us home
This world is not
This world is not
This world’s not made for me»

!Atención! ¡Gertrude está de vuelta! Que mejor que conectar la música para iniciar este viaje lunático por las páginas del tebeo que vamos a reseñar. Las palabras del inicio de este texto vienen del tema “This World”, que ha sido escrita por George Hage e interpretada por Jack the Radio específicamente para acompañar “I Hate Fairyland: El Infierno de Gert”(“I Hate Fairyland”) escrito por Skottie Young y dibujado por Brett Bean junto con Jean-Francois Beaulieu. Así que preparénse para presenciar las aventuras de Gert haciendo las cosas que solo puede hacer Gert en el País de las Hadas.

«It’s time to pay the toll
We’ll play a tune to take our woes
In a land of make believe
You are the one we need
This world is not, This world is not
This world’s not made for me
«

Así dio comienzo el segundo volumen “I Hate FairyLand”, actualmente abierta en Estados Unidos con Image Comics. Si bien en España, el sello de Evolution de Panini cómics continúan con acierto la numeración del primer volumen, siendo este el quinto tomo. Vuelve nuestra querida Gertrude, pero esta vez fuera del País de las Hadas e intentando sobrevivir como puede en la tierra donde nació. Sin ninguna habilidad y sin ningún tipo de estudio ni formación, va saltando de un empleo a otro. Con el paso del tiempo, su aparente dulzura infantil se desvaneció, reemplazado éste por un carácter amargado y violento, Todo parece apuntar que la solución de su vida es volver al sitio que odia con toda su alma. Son tiempos duros y el único trabajo para el que parece estar cualificada es intentar encontrar a un muchacho en el País de las Hadas o eso es lo que le han contado para que lla acepte buscarlo. A partir de ahí comienza un viaje psicodélico y muy rockero.

Para quienes han seguido la saga desde sus inicios, no será una sorpresa descubrir que la serie continúa manteniendo su estilo irreverente y desenfrenado que ya nos sorprendió gratamente en su primer volumen: Sin ninguna pizca de vergüenza, ofreciendo situaciones descabelladas y con una protagonista aún más salvaje, la irrupción de «I Hate Fairyland» ya fue un irreverente y acertado soplo de aire fresco. Y lo sigue siendo: Gert ha madurado, ha crecido, pero su regreso al centro de la acción no significa en absoluto un cambio en su comportamiento desenfrenado. La premisa de la serie, aunque puede parecer una excusa, simplemente sirve como plataforma para una sucesión interminable de episodios, cada uno más salvaje que el anterior, en los que Gert se enfrenta a toda clase de obstáculos y enemigos sin mostrar la menor piedad. Humor extremo y situaciones grotescas con una protagonista que no conoce límites en su búsqueda de salir del País de las Hadas. Si no lograste conectar con el estilo descarado y exagerado que caracteriza a “I Hate FairyLand” previamente, es poco probable que este nuevo tomo te haga cambiar de opinión. Pero si quedaste seducido por esta fórmula, en este nuevo volumen te brindará auténticos momentos delirantes.

Desde el concepto inicial hasta la ejecución final, Skottie Young mantiene su estilo en cada página del guion, creando un mundo vibrante y disparatado. Lleno de vitalidad y delirio. Ya sea una situación absurda, un personaje excéntrico o una premisa extravagante, Young tiene el don para concebir conceptos únicos y originales que atrapan con sarcasmo, ironía y comedia. Tiene una habilidad maravillosa para combinar el humor negro con situaciones descabelladas y personajes delirantes. Es la seña de identidad de la serie y una de las principales razones de su éxito. Y todo eso se mantiene: Gertrude sigue siendo la misma fuerza imparable de caos y destrucción que conocimos en los primeros volúmenes, pero ahora con un toque adicional de madurez y autoconciencia que la hace capaz de llegar a mayores cotas demenciales.

En el aspecto gráfico, el testigo pasa a Brett Bean que, junto con el color de Jean-Francois Beaulieu Desde el primer vistazo, queda claro que el estilo de Bean es fiel al de Young, pero con su propia firma. Es desmedido, caricaturesco y muy desvergonzado, con una tendencia a exagerar los rasgos y expresiones de los personajes para resaltar aún más su personalidad extravagante. Sus ilustraciones rebosan de energía y vitalidad, capturando la esencia caótica y desquiciada del universo Fairyland, siendo a la vez fiel al espíritu original de la serie. Con la paleta de colores que aplica Beaulieu tenemos la sensación de déjà vu. Los tonos vibrantes y saturados han sido una marca registrada de la serie desde el principio y aquí se mantienen intactos. Skottie Young se ha reservado en esta ocasión su arte para alguna portada que otra.

i-hate-fairyland texto 4

I Hate FairyLand” no pretende ser una obra profunda o reflexiva. Es un cómic que se deleita en la extravagancia, la violencia exagerada y el humor negro, sin disculpas ni pretensiones artísticas. Es una montaña rusa de caos y diversión, diseñada para entretener y sorprender a su audiencia, sin importar las convenciones o las expectativas preexistentes. Que mejor que escanees el código QR que te ofrecen en “I Hate Fairyland: El Infierno de Gert” y te pongas a disfrutar de la música de Jack The Radio a la vez que contemplas las locuras de Gertrude.

Gertrude ha vuelto…. y nos encanta…

«This world
This world
This world’s not made for me
«

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