A finales del siglo XX irrumpió en el tebeo aragonés un curioso personaje en el que la aventura y la historia se daban la mano. Era Altar d’Escuer, una creación de Carlos Polite y Daniel Viñuales. Un almogávar escéptico y descreído. Un infanzón aragonés del siglo XIII, con más valor que renta, al que la necesidad le lleva a ser almocadén (capitán de tropa) de su propia compañía de almogávares.

Artal inició su periplo en 1996 de la mano de una publicación que llevaba su nombre por título., inaugurando la colección Salbachinas de Rolde de Estudios Aragoneses. Con el cambio de siglo, en pleno año 2000, llegaría “Artal d’ Escuer. El Tesoro de Aquitania”, una secuela que daba mayor consistencia a esta obra. Esas fueron las dos publicaciones que situaron a este personaje de culto en el mundo del tebeo aragonés.

Hasta ahora. Ya que Daniel Viñuales («¿A dónde vas Labordeta?«, «13 grados 13 millas«, «Saputo«, o, entre otros «La bondad y la ira«) ha recuperado todo este material para darle una nueva vida con su editorial, GP Ediciones, en una edición que hace justicia a todo el potencial que tenía y tiene esta creación. Así nace “Almogávar”, contando en esta ocasión con el color de Marta Domínguez en una épica portada con el lápiz de Viñuales. Un tebeo que nace con vocación de edición definitiva, pues el editor y creador de GP ediciones ha llevado a cabo una labor de rediseños de páginas y restauración de viñetas, dándole un mayor vistosidad a las páginas creadas hace más de veinte años. Una labor que, sin duda, dota de mayor consistencia a la propuesta.

Dentro nos espera la Europa medieval del siglo XIII, plagada de aventuras. Recorreremos varios escenarios de la entonces Corona de Aragón junto al mercenario Artal, en unas páginas a las que Polite proporciona un excelente contexto histórico para llevarnos por las peripecias del protagonista. Peripecias bien trazadas en el guion, cuyas mayores bazas son una certera dosificación de lo histórico y la aventura en sí para dotar de brío y ritmo la trama. Todo ello plasmado con el trazo en grafito de Viñuales, cuyos cuidados lápices nos llevan de lleno a la Baja Edad Media, revistiendo de personalidad a Altar y al resto de personajes, con algunas viñetas con encuadres que mantienen la fuerza de cuando fueron creados décadas atrás.

Así cabalga de nuevo Altar d’ Escuer en “Almogávar”. En las 80 páginas de la edición en tapa dura de GP ediciones hay mucho más que nostalgia. Hay una puesta en valor de una pequeña joyita olvidada del tebeo aragonés. Un ejemplo de un buen tebeo de aventuras histórico que, desde lo autóctono, es una puerta a la historia y la aventura. Muy disfrutable para cualquier aficionado con querencia a bucear en el pasado medieval. También para quien busque relatos de entrenamiento bien construidos, contextualizados y con un solvente y personal lápiz en sus páginas.