
El “relato”. Es lo que está sustituyendo a la noble tarea de simplemente narrar los hechos en muchos medios de comunicación. Condicionando de esta forma el mensaje y buscando intencionadamente una reacción. Realmente se trata de manipulación de masas, al mas puro estilo Goebbels, sin recato ni vergüenza, añadiendo los ingredientes que sean precisos para lograr el objetivo que se busca. El relato, cuyas acepciones son la descripción detallada de un hecho o la narración de una historia, tiene herido su nombre al haber sido prostituido y manoseado por diversos intereses, en aras de intereses políticos, económicos y de otra índole. Esa es la sociedad de la (des)información en la que occidente se anda metido, con eslóganes vacíos que solo buscan resultados electorales, en ocasiones alentando instintos primarios como el miedo y la rabia, aunque lleven a fracturas sociales. Sembrando fuegos de cizañas, estigmatizando criminalizando a los que piensan o son diferentes. Ya sea por cuestiones ideológicas, étnicas o de diferencias, suele salir rentable abrir esas brechas en las sociedades. Aunque luego haya víctimas.

De este modo se construyen de tragedias pasadas se construyen discursos marcados a fuego por el agravio, con el fin de que pese más las afrentas. Estas son las que avivan el odio y refuerzan el sentimiento de pertenencia y diferencia, permitiendo enarbolar un “ellos contra nosotros”. De ahí a la ira solo hay un paso para comenzar una espiral que no beneficie a nadie a pie de calle. Muestras de ello hay por doquier a lo largo de la Historia de la Humanidad.
“Pero lo que buscamos no es el recuerdo de un suceso real que se desvanece; queremos la ficción, el mito que está ocupando su lugar.”
Por suerte siguen existiendo trabajos periodísticos que van más allá de la consigna, para llegar a la complejidad de los matices. Pues solo así se pueden abordar con garantías cuestiones de esta índole, como la que aborda Joe Sacco en “El Disturbio Eterno” (“The Once and Future Riot”), recién editado por Reservoir Books en castellano, con traducción de Montserrat Meneses Vilar.

A lo largo de los años Joe Sacco se ha labrado a pulso una merecida fama de solvente periodista gráfico con sus cómics, donde nos ha mostrado las entrañas de muchos conflictos ocurridos en la Era Contemporánea. Tras el urgente y necesario “La guerra de Gaza” llega este nuevo trabajo, editado en Estados Unidos por Metropolitan Books. En esta ocasión Joe Sacco centra el foco en los disturbios de Muzaffarnagar, ocurridos en el estado de Uttar Pradesh en 2013 y que han tenido consecuencias tanto políticas como sociales en la India actual.
A modo de reportaje gráfico y con una marcada vocación investigadora, Sacco se adentra en las entrañas del conflicto entre hindúes y musulmanes, entrevistando a personas de ambas religiones, víctimas y líderes locales. De esta manera, y a pie de campo, se va conformando un mosaico de realidad que va más allá de la consigna, la creencia religiosa o el odio tribal. Uno que describe testimonios y retrata con nitidez como el odio mezclado con agravios y diferencias de clase genera ira, materializada en los estallidos de sectaria furia comunal que fueron (y son) los disturbios.

Como ya hemos dicho, por suerte sigue existiendo periodismo con mayúsculas. Trabajos que van más allá de las vísceras sin estar cautivos del clikbait. Que aportan luz ante la oscuridad del shock de cualquier tragedia humana. Que sirven para comprender y descubrir causas y motivos de cómo el odio se puede transformar en violencia. Que ilustran con rigor, en definitiva. Como “ El Disturbio eterno”. Donde no hay rastro alguno de “relato”, sino hechos y testimonios.
