Panya. La maldición de la momia: un pasado con un rico potencial

En torno a Hellboy, Mike Mignola diseñó un rico universo con sabores que remiten al pulp y los folletines de un penique, salpimentado por muchos elementos provenientes del folclore. Mitos anclados en lo popular que han servido para dotar de un rico contexto y trasfondo a las aventuras de Anung Un Rama y la A.I.D.P., expandiendo las posibilidades creativas de todo lo que les envuelve. Ahí están las ramificaciones tejidas con los años, que trazan un ancho mapa que nos llevan desde el lejano pasado – Hiperbórea – hasta el nuevo mundo que queda tras “Demonio Conocido”, haciendo escala en la época victoriana (“Sir Edward Grey”) y en la que los héroes enmascarados aparecieron (“Bogavante Johnson”).

Épocas que no solo han sido recreadas para presentar nuevas aventuras y personajes, sino que cuando han servido para presentar relatos ambientados en ellas, se ha aprovechado las posibilidades de las modas que había en cada momento. Si nos vamos a la época vitoriana, además de los ambientes siniestros del Londres de la Revolución Industrial, hay rastros de la fascinación por el antiguo Egipto que se dio en aquel momento. Todo eso se materializó en la “Hermandad Heliópica de Ra”, una secta que conserva en secreto los saberes ancestrales e inmemoriales de antiguas civilizaciones y cuenta, entre sus filas, con un distinguido personaje: Panya, la milenaria momia que tendrán recluida hasta que, siglos después, la A.I.D.P. intervenga.

Ya sabíamos entonces el futuro de este curioso personaje, pero quedaba por explorar su pasado. Y eso es lo que hace Panya. La maldición de la momia” (“Panya. The Mummy’s Curse”), de Mike Mignola, Chris Roberson, Christopher Mitten y Michelle Madsen, recién editado por Norma en castellano. En el nos esperan las cuatro entregas de la serie limitada publicada por Dark Horse que nos llevan a la infancia y desarrollo de este personaje, porque antes de ser momia, fue una curiosa niña que tuvo que hacer frente a una maldición en la que la luz y la oscuridad fueron determinantes.

Es, en consecuencia, este tebeo un relato iniciatico. Uno que nos lleva al pasado infantil del personaje, envuelto en la mitología egipcia y con una fuerte carga simbólica, que Mitten aprovecha en cada página recreando una excelente ambientación con sus lápices. Elemento esencial para que el guion de Chris Roberson fluya, donde la sugerencia toma más cuerpo que la exposición explícita. Facilitando así un mayor empaque a este viaje hacia la eternidad, que es el emprendido por Panya hasta ser la momia que hoy todos conocemos.

En estas páginas lo onírico se envuelve con lo mágico y lo sobrenatural, en un relato en cuatro actos que despliega sus encantos de forma efectiva. Con ecos pulp, como no podía ser de otra manera. Y con la funcional paleta de colores que ha aplicado Michelle Madsen, que sin buscar rupturas evidentes, baña de magia el tebeo tantas veces como lo sobrenatural está presente en sus páginas.

Recién editado por Norma en formato TPB, las 112 páginas que lo componen, traducidas por Héctor Lorda, constituyen un notable viaje a un Egipto legendario. Entre lo mágico y lo paranormal, bien anclado en lo mitológico. Como, en definitiva, muchos de los elementos que han logrado distinguir al universo de ficción que creó Mignola en torno a Hellboy. Uno que merece la pena visitar de vez en cuando por las posibilidades que ofrece. Convirtiéndose así en un buen destino para quien busque relatos en los que lo sobrenatural y lo simbólico sean piezas esenciales. Esas son las armas que guarda en sus páginas “Panya. La maldición de la momia

Deja un comentario