El primer Dumas: el Diablo Negro

Su hijo escribió grandes aventuras que han quedado para la posteridad, pero él las protagonizó. Fue considerado un héroe de la Francia Revolucionaria, no solo por sus dotes militares sino por una inquebrantable integridad en la que los ideales estaban por delante de las lealtades. Letal para el enemigo, que lo apodó “El Diablo negro” (“Le Diable noir”), su código ético era férreo: una vez obtenida la victoria, no permitía abusos de sus soldados con el enemigo. Hecho que se pudo comprobar en el poco tiempo que estuvo en “La Guerra de la Vendée”. Su valor y coraje también era conocido por las veces que se puso en riesgo para lograr llevar a buen puerto las batallas que participó.

Estamos hablando del General Dumas, Thomas-Alexandre Dumas Davy de la Pailleterie (Jérémie, Saint-Domingue, 25 de marzo de 1762-Villers-Cotterêts, Francia 26 de febrero de 1806), más conocido como Alexandre Dumas. Padre del insigne escritor autor de “El conde de Montecristo” o “Los tres mosqueteros”, su vida estuvo llena de aventuras, épica y tragedia, además de cosechar grandes logros, como ser el primer hombre negro en lograr un puesto de oficial en el estamento militar francés.

Una vida cuyo recuerdo, conforme han pasado los siglos, ha ido diluyéndose en el olvido. Un hecho en ocasiones forzado por los rivales que tuvo Dumas en vida, que intentaron invisibilizar la huella de un hombre valiente e inquebrantable, con una biografía digna de contar. Esa es la que han llevado a las viñetas Salva Rubio y Rubén del Rincón en El Primer Dumas” (“Le premier Dumas”), recién editado en castellano por Norma Editorial en un cuidado volumen integral que aglutina los tres álbumes publicados en Francia: “El Dragón negro” (“Le Dragón noir”), “El Diablo negro” (“Le Diable noir”) y “El Conde negro” (“Le Comte noir”).

Así se presenta esta trilogía en el mercado en castellano, ya editada en formato integral. Hecho acertado, pues esta biografía en viñetas se disfruta mejor si se lee de forma continuada. Con las licencias pertinentes y plagado de detalles, Salva Rubio ha compuesto un sólido guion en el que la épica está presente mientras muestra la forja de un carácter aventurero con un elevado sentido de la justicia. Es el que desprende la forma de ser de Alexandre Dumas. Uno que le valió la admiración de muchos, también la animadversión de otros tantos. Con un coraje solo equiparable a un fuerte sentido ético es presentado este personaje histórico, injustamente olvidado por el gran público. Merecedor del recuerdo por sus méritos y logros, y un sentido de la justicia inquebrantable.

Ese es el protagonista de este volumen donde la aventura y la historia se entremezclan en un guion más que solvente, de los que atrapan conforme se desarrollan. Hábilmente llevado a las viñetas por Rubén del Rincón, que dota de una expresiva humanidad y vitalidad a los personajes en unas páginas fluidas y certeras. Queda así, en perfecta simbiosis, el trabajo de ambos autores, con una solidez narrativa notable, tanto en lo gráfico como en lo textual. Donde cabalga el protagonista a lo largo de su vida, repasando los hechos más destacados de la misma mientras la épica, la Historia y la emoción se dan cita en cada página del cómic.

Uno que, como digo, es más gustoso de recorrer si se puede leer la trilogía completa. Y así se ha estrenado «El Primer Dumas» en castellano por Norma: en un cuidado volumen de 220 páginas que es pura aventura histórica. Que rezuma épica y valores elevados, como los mejores textos del hijo del protagonista del tebeo, pero que está a su vez impregnado de los hechos históricos que vivió un hombre insigne, quizá desconocido para muchos, pero cuyo recuerdo merece mantenerse. Por todo lo que significa e implica. Por todo lo que logró y por como lo logró. Siempre siendo fiel a unos ideales. Quizá por ello hay en el horizonte una adaptación al cine de este cómic, que correrá a cargo de Ladj Ly. Por lo pronto, lo que ya es una saludable realidad es el soberbio tebeo de Salva Rubio y Rubén del Rincón. Uno que se disfruta página a página mientras se descubre la vida de un hombre insigne. De los que merece el recuerdo inmortal por lo que implica su figura.

Deja un comentario