
Estos dos últimos años Norma ha elegido el periodo estival para estrenar las ediciones integrales de un personaje entrañable del universo de Hellboy: Bogavante Johnson. Si el año pasado pudimos degustar el primero de los dos volúmenes, el verano del 2025 ha traído consigo “Bogavante Johnson Integral 2”, instaurando una saludable costumbre para quien guste de resolutivos relatos con sabor a pulp clásico y fresca ejecución.
El menú del segundo integral es tan apetecible a priori como gustoso cuando se paladea. Aquí nos esperan un buen puñado de historias cortas (“Una cadena forjada en vida”, “El hombre olvidado”, “La mantis de cristal”, “Jardín de huesos” “Mangekyō”) que sirven como aperitivo de tres series limitadas notables (“Los monstruos de metal del centro de la ciudad”, “El fantasma del pirata” y “El Prometeo de hierro”) para cerrar, a modo de postre con “El asesino de mi cabeza”, aparecida en el #1 de «Hellboy: Box Full of Evil«.

Todo un festín en toda regla, cuyos cocineros no son otros que John Arcudi, Tonci Zonjic, Jason Armstrong, Troy Nixey, Kevin Nowlan, Peter Snejberg, Toni Fejzula, Stephen Green, Ben Stenbeck, Matthew Dow Smith, Ryan Sook y Dave Stewart, capitaneados por Mike Mignola, que demuestra una vez más su excelente olfato para elegir colaboradores, además de brindar excelentes portadas que aparecen separando cada capítulo en grapa, junto a las del propio Zonjic.
De todos los nombres citados, destacan por méritos propios dos. El primero es el de John Arcudi, auténtico artesano que pone todas sus habilidades para que estos guiones funcionen y diviertan. Maestro de la elipsis argumental, sabe huir de los elementos más trillados del género para presentar relatos que aprovechan sus lugares comunes pero sin resultar obvios. Dando el necesario soplo de frescura para producir entretenimiento notable. Que bebe de la esencia de los personajes enmascarados que aparecieron en estas páginas de pulpa de la primera mitad del siglo XX estadounidense, ya fuera en párrafos de relatos cortos o en viñetas plagadas de misterio y encanto. Todo eso aparece aquí, bien digerido, para seducir a cualquiera que tenga querencia por las buenas aventuras.

Junto a Arcudi y Mignola, una alineación notable de artistas ponen a disposición su arte para que “sintamos la pinza” de forma efectiva. Destaca, por méritos propios, Tonci Zonjic. El serbio es el encargado de ilustrar los dos relatos con más peso del volumen: “Los monstruos de metal del centro de la ciudad” (“Metal Monsters of Midtown”) y “El fantasma del pirata” (“The Pirate’s Ghost”), demostrando nuevamente que no hay nadie mejor para dibujar el clima y ambiente que rodea esa Nueva York de los años treinta donde Bogavante protagoniza sus aventuras.
Sin desmerecer al resto de artistas que dibujan en este integral, el lápiz de Zonjic es el que tiene la esencia de lo que representa Bogavante Johnson, el que le dota de mayor encanto y vida. Baste para ello sumergirse en esa ciencia ficción vintage que desprenden “Los monstruos de metal del centro de la ciudad”, donde la conexión pulp del universo de Hellboy se encuentra con su parte más mágica, la que viene de la edad Hyboria. Al igual que “El Prometeo de Hierro” (“The Iron Prometeus”) donde el trazo de Jason Armstrong perfila las dosis de emoción, aventura y sentido de la maravilla precisas para que el guion de Arcudi haga su magia.

Dejamos para el final la cumbre, en nuestra humilde opinión, que se ha alcanzado con el personaje: “El fantasma del pirata”. Un relato donde todo encaja con precisión y la simbiosis entre Arcudi y Zonjic es literalmente perfecta. Donde por supuesto no se inventa la rueda, pero lo que presentan está realizado con tal efectividad que siempre es un placer volver a recorrer sus viñetas.

Ese es el menú de gourmet que espera en las 472 páginas del justiciero de la pinza que acaba de editar Norma. Con traducción de Héctor Lorda y editado en cartoné, su presentación está a la altura del encantador entrenamiento que proporcionará para los amantes de la aventura atemporal. Así que abran «Bogavante Johnson Integral 2» y prepárense para ¡sentir la pinza!
