Una de las constantes que ha acompañado a la humanidad a lo largo de la historia es el uso del humor para poner de relieve muchas de las conductas que se practican. Algunas discriminatorias, otras llenas de prejuicios hacia cualquier cosa que sea diferente. Además de provocar la carcajada, la comedia sirve como catarsis en el momento que llega el gag. Pero también para exponer hechos que, de no revestirse de ese modo, bien pudieran no haberse manifestado. Ahí quedan, a lo largo de nuestra historia ejemplos claros de comediantes, bardos, bufones, escritores que, con el mecanismo de la comedia, han plasmado con sus artes las desigualdades y prejuicios de cada una de las épocas. Entre ellos, está la homofobia, aún mal vista en muchas partes del planeta. De forma absurda, pues no hay nada más estúpido que intentar prohibir las relaciones que cada cual elige libre y voluntariamente, con la ridícula pretensión de regular lo que pasa en cada alcoba.

Así es el ser humano, con sus cosas buenas y malas. Entre éstas últimas, la cantidad de tópicos y lugares comunes que se levantan contra “el diferente”. Utilizado como chivo expiatorio en muchas ocasiones desde que el mundo es mundo, todo en aras de un bienestar mayor, ya fuera material o espiritual. O simplemente para “reírse de lo que se sale de la norma”, como mecanismo que da seguridad de formar parte de un rebaño.
Aún con ello, la diversidad es algo tan natural en el ser humano como respirar. Y si cada cual es como es, la capacidad de sentir y relacionarse también es inherente a cada persona. Son cuestiones que, a día de hoy, tienen una gran aceptación. Aunque ha veces se mantengan corrientes retrogradas, en occidente fundamentalmente, las sociedades avanzan viviendo y dejando vivir.

Estas reflexiones vienen al hilo del tebeo que hoy nos ocupa. “Puede contener trazas de homosexualidad”, de Juanjo Cuerda, recién editado por Fandogamia, que en esta ocasión, y siguiendo el tono de humor irreverente del cómic, transmuta su nombre a “Fandogaymia” en la portada.
No hay nada como la comedia, como ya hemos dicho, para combatir falsos mitos y prejuicios. De ello se sirve el autor de esta grapa para mostrar, sin tapujos, varios absurdos de nuestros días: como esas leyendas urbanas que son repetidas como consignas por varios “macarras de la política nacional”. Haciendo reir en cada gag, y con la lucidez necesaria para retratar una homofobia llena de ignorantes prejuicios, pero también señalando a quienes intentar utilizar la diversidad como arma en el congreso. Aquí no se salva nadie de estar en el punto de mira. Y ese hecho hace que gane enteros esta grapa cuya finalidad no es otra que hacer reír.

Con un espíritu que bebe de “El Jueves”, donde Cuerda colabora regularmente, este tebeo destila un humor lúcido y sin tapujos, de tono adulto. Conviene recordarlo esto último, por si alguien confunde vehementemente “velocidad y tocino”. Por eso, las 24 páginas de “Puede contener trazas de homosexualidad” conviene leerlas y disfrutar de lo que, en resumidas cuentas, ofrece: un alto nivel de comedia contra prejuicios y tópicos.
