No hay tumba: cabalgando hacia el averno


“There ain’t no grave can hold my body down”
Ain´t no Grave (Claude Ely)

Suena de fondo este espiritual al que Johnny Cash dio nueva vida en su disco póstumo “American VI: Ain´t no grave”. Un trabajo que comparte título con el tebeo que hoy nos ocupa “No hay tumba” (“Ain´t no Grave”), de Skottie Young, Jorge Corona y Jean-François Beaulieu, editado en castellano por Norma. Mientras la voz de “The Man in Black” inunda el espacio sonoro, abrimos las páginas de esta suerte de Weird Western que trata uno de los temas esenciales que afectan a la vida humana, como es el del final de la misma.

La muerte. Ese es el enemigo y destino del “viaje del héroe” que espera a la protagonista del cómic. Ryder, otrora forajida, es una ama de casa que cuida de su rancho junto a su marido e hija. Un día descubre señales inequívocas de que va a morir. Pero en lugar de resignarse, Ryder es una mujer con agallas y no se va limitar a aceptarlo. Al contrario, enfundará su caballo para ir más allá de Cypress Hill y enfrentarse a la misma muerte con tal de poder pasar más tiempo con los suyos.

“… has venido al lugar adecuado a buscar problemas.”

Así comienza esta odisea crepuscular como metáfora del último viaje de un ser humano. Un viaje al averno, ambientado en ese periodo difuso entre el siglo XIX y XX estadounidense. En el oeste, donde el polvo del desierto y los mitos de frontera aún conviven entre la fe y lo pagano. Por esos terrenos cabalga Ryder, llevaba en volandas por Skottie Young en un guion certero y espoleada por antiguos socios que ya han demostrado una gran solvencia cuando colaboran juntos, como son Jorge Corona (“Midlewest” o “Soy quien amas en la sombra”) y Jean-François Beaulieu (“OZ” y “I Hate Fairyland).

Las praderas, el polvo del desierto y el resto de localizaciones son, en este caso, metáforas de un viaje hacia al ocaso. El que emprende Ryder y dibuja con magistral creatividad Jorge Corona, que ha desarrollado un concepto y diseño que potencia lo que implica el guion de Skottie Young. Uno donde lo sobrenatural coquetea con lo íntimo de los temores más profundos. Bañado por los acertados tonos con los que Jean-François Beaulieu pinta cada página. Uno que remite al ocaso, también a la melancolía y refuerza la sensación de rebelarse ante lo inevitable que mueve al relato. De ese punto parte y coge empaque este viaje sobrenatural hacia el final…

“No estoy buscando problemas…
¡…Yo soy los problemas!»

Editado en Estados Unidos por Image comics en cinco grapas, Norma nos lo presenta en castellano ya compilado en un volumen en cartoné de 152 páginas, traducidas por Mario Rodríguez. Junto a las cinco entregas, diseños de Jorge Corona complementan como extras el tomo, permitiendo ahondar en el imaginario gráfico del dibujante. Todo un buen broche a este western sobrenatural donde lo fantástico convive con lo emocional. Donde, ante lo inevitable solo queda la determinación y coraje. Elementos esenciales todos ellos para que “No hay tumba” se erija como un solvente relato que esconde metáforas contundentes entre la fantasía – conceptual y artística – de sus páginas.

“There ain’t no grave can hold my body down”

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