Gunslingers: Esencia western

El doceavo cumpleaños de Josephine Fuller no será como ella esperaba. En lugar de un vestido nuevo, el día vendrá marcado por el asesinato de sus padres en manos de la banda Andrew McGeary. Además del trauma evidente, la niña presenciará como los culpables quedan libres de cualquier condena, pues forman parte de los hombres del mayor terrateniente del pueblo. Un tipo que hace y deshace a su antojo, siendo éste el poder efectivo real de la zona. A falta de justicia, queda la venganza. Y Josephine no dudará en cobrársela…

Ese es el punto de partida de “Gunslingers”, de Mike Richardson y Jordi Armengol: un sólido western en viñetas que remite a clásicos cinematográficos del género como “Valor de Ley” (“True Grit”) o “Sin Perdón” (Unforgiven”). Una historia de venganza, pero también de huida, redención y salvación. No solo de la protagonista, Josephine, sino de su abuelo: un antiguo pistolero que vendrá en búsqueda de su nieta para alejarla de todo peligro. Pero el camino no será fácil. McGeary ha fijado la cabeza de la niña en 10.000 $. Además, las viejas heridas del pasado no han cicatrizado, sumándose al rencor y venganza que baña de plomo y sangre el polvo de los caminos.

Así galopa este tebeo, de forma sobria y bajo los cánones del género. Atrapando en cada página a quien lo lee, aumentando el interés de una trama, que cabalga con oficio por sus derroteros. Mike Richardson ha sabido conjugar un guion solvente, de los que nada más comenzar absorbe a quien lo lee. De firme trazado, y con un ritmo preciso, dejando el sabor de recorrer un western de una pieza.
A su lado, el dibujo de Jordi Armengol se encarga de dotar el empaque necesario en cada página. Jugando con las composiciones de página, maximizando el tempo de cada momento, Armengol brinda momentos en los que se siente el polvo del desierto y el frío de la noche. Pero también la desesperación de una niña que ha quedado huérfana, así como la voluntad de redención del viejo forajido – su abuelo – que la ayuda en su huida. Todo presentado gráficamente de forma notable, con escenas de duelos memorables y momentos de introspección bien presentados. Todo bañado por un color que hace el resto para que las viñetas de este western funcionen con precisión.

Tras su lectura, queda la sensación en el aire del sabor clásico del género. Ese que remite a las historias de frontera, donde la épica descreída cabalga en una huida llena de venganza y redención. Eso es “Gunslingers”. Editado originalmente por Dark Horse, Norma nos lo presenta en castellano, con traducción de David Domínguez, en un volumen en cartoné de 128 páginas que hará las delicias de los amantes del género. Por el oficio que atesora en sus viñetas, destilando en cada encuadre y escena muchos de los elementos que componen la esencia del western.

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