Elixir: vieja magia contra tecnología

Siempre es estimulante encontrarse con un nuevo trabajo de Víctor Santos (“Polar”, “Sukeban Turbo”, o, entre una ya basta trayectoria de otros títulos, la adaptación al cómic del “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury). No por nada su personal estilo le ha consagrado como uno de los dibujantes españoles a tener en cuenta. Con un estilo en el que las composiciones y encuadres frescos potencian cada momento plasmado, del mismo modo que cuando asume tareas al guion sabe sacar un fresco jugo a arquetipos y elementos en cada género que escribe.

Si a eso le sumamos que, en los guiones se encuentran, junto a Ricky Mammone, el escritor con el que Santos dibujó el colosal “Violent Love” (además de “Black Market”, todavía inédito por estas latitudes), Frank Barbiere, el interés aumenta de forma exponencial. Todo eso desprende, a priori, “Elixir”, editado en castellano por Norma Editorial.

Este es un tebeo en el que la diatriba entre lo viejo y nuevo sirve de telón de fondo para una aventura de crecimiento y despertar. La de su protagonista, Mara. Hija de una líder druida, su mundo está envuelto en el conflicto entre lo mágico y lo tecnológico. Pasado y legado contra un presente amenazador, que bien pudiera exterminar todo lo sobrenatural para siempre. Queda una reliquia, llamada “el Elixir”, cuyo poder puede restablecer el equilibrio perdido. Y esa será la misión en la que se verá envuelta Mara. Una misión en la que se cruzará con el que fuera su antiguo mentor, hecho que hará que la protagonista se cuestione hasta lo más esencial de sus creencias.

Bajo estos parámetros se desenvuelve este relato, plagado de entretenimiento asegurado en sus páginas. Unas en las que Frank Barbiere y Ricky Mammone dosifican con oficio elementos de interés y acción, con un pie en la fantasía y otro en la ciencia ficción. Una que no es especialmente novedosa, pero si funcional y efectiva gracias a los misterios sembrados en su recorrido y algún que otro giro argumental efectivo. Aumentando el potencial del relato mientras crece a cada página. Un potencial que quizá no culmina en su desenlace, pero que deja buen sabor de boca en su conjunto.


En lo gráfico, el arte de Víctor Santos despliega sus encantos a cada página, en una narración gráfica que simplemente atrapa por lo bien ejecutada y secuenciada. De forma que cada elemento dibujado cuenta por si solo, sugiere y aumenta el efecto de lo contado. Con un acertado bitono que predomina en la mayoría de las páginas, “Elixir” va creciendo en intensidad mientras se desarrolla, haciendo que este combate entre fe y ciencia convenga leerlo solo por ver la narrativa gráfica que encierra. Una que no esconde sus influencias gráficas, bien asimiladas y conjugadas en una visión fresca y personal. Con Frank Miller, Mike Mignola o Darwyn Cooke planeando en muchas páginas en las formas de resolver las composiciones y trazo, pero sintetizadas en la voz gráfica propia del lápiz de Santos. Uno que sigue perfilando frescura en cada trabajo que lleva a cabo. Que tiene ya un sello personal e inconfundible, el de un narrador gráfico notable, donde predomina una elegante voz propia.

Todo eso se destila en las 136 páginas que componen «Elixir”. Editado en Estados Unidos en formato unitario por Dark Horse, Norma nos lo presenta con traducción de Raúl Sastre en una edición en cartoné. Donde el eterno conflicto entre la magia y la tecnología que cuenta sirve de base para que el magnético estilo de Víctor Santos vuele muy alto.

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