What If: ¿Y si Donald fuera Lobezno? Entre garras y plumas

¡Por fin ha ocurrido! Han pasado más de quince años desde que Disney compró Marvel por una cifra que hizo temblar la Tierra (y que haría llorar de envidia al Tío Gilito), y aunque hemos tenido guiños, cameos y portadas alternativas, nunca, se había dado el paso definitivo: convertir a los personajes clásicos de Disney en superhéroes de la Casa de las Ideas. Pero ahora, en este maravilloso, excéntrico y gloriosamente absurdo tomo recopilatorio llamado «What If: ¿Y si Donald fuera Lobezno?» ha reventado la cuarta pared multiversal para ofrecernos la triple locura de Donald Lobezno, Thor Donald y Capitana Marvel Minnie. Y lo mejor es que… ¡funciona!. Esto no es solo un cómic, es una celebración, un carnaval de identidad, una carta de amor a dos legados centenarios. Si creciste leyendo Don Miki, adorando a Lobezno y soñando con el martillo de Thor, este tebeo es como abrir una cápsula del tiempo interdimensional donde la infancia se abraza con la edad adulta y se ríen juntas.

Empezamos por el plato fuerte. El título lo deja todo claro: «¿Qué pasaría si Donald fuera Lobezno?» La premisa es tan absurda como irresistible. El pato más cascarrabias del universo Disney se convierte en la versión con plumas del mutante más rudo de la Patrulla X. ¿Y sabéis qué? Es tan maravilloso como suena. La historia de Luca Barbieri no trata de contarte una nueva saga épica de los mutantes, ni mucho menos. Esto es más bien una comedia de sketches, un torrente de referencias y guiños al universo creado por gente como Stan Lee o Jack Kirby. Y el resultado es una bomba de plumas y adamantium. Desde la parodia del proyecto Arma X (donde no hay tortura, solo pruebas de ira) hasta las escenas en que Donald-Lobezno repasa sus «épicas» batallas vestido con los distintos uniformes de Lobezno. Y no lo olvidemos: ¡Goofy es Hulk! Pasando de Gris y a Verde. No hay palabras para describir lo que se siente al ver a estos dos héroes reunidos haciendo los homenajes a sus encuentros iniciales. Asi como ese villano tan malvado que Pete Cráneo (una fusión gloriosa entre Pete y Cráneo Rojo). Todo ello llevado de la mano, o en este caso de las fechas por un Mickey Mouse-Ojo de Halcón. El dibujo de Giada Perissinotto con Lucio Ruvidotti es sensacional. Su trazo combina a la perfección la estética Disney con detalles del universo Marvel. Donald se ve amenazante (¡de verdad!) cuando saca sus garras, pero sigue teniendo esa redondez adorable que impide que lo tomes totalmente en serio. Eso es justo lo que hace especial este cómic: no se toma en serio, pero tampoco es una broma.

En la segunda historia, Riccardo Secchi junto con Steve Behling se divierten aún más. Aquí, Donald no es un mutante, sino un elegido. Un indignado elegido, por supuesto, porque esta versión de Thor sigue siendo un pato con muy mal genio. ¿Pero qué pasa si el más torpe de los patos encuentra el Mjolnir y resulta ser digno? Lo que pasa es que los rayos empiezan a caer sobre Patoburgo, claro. En esta historia, más que acción o drama superheroico, lo que tenemos es una exploración de la heroicidad desde el prisma cómico. Donald se convierte en un Thor incontrolable, pero también en uno que quiere hacer las cosas bien… aunque todo le salga mal. De nuevo, el arte brilla. El trabajo de Perissinotto con las escenas con rayos, martillos mágicos y truenos están impregnadas de una energía sorprendente. La paleta de colores que maneja Lucio Ruvidotti es explosiva, chillona, deliciosa. Todo es brillante, todo parece una pantalla de consola de los 90, todo grita “¡esto es para pasarlo bien!”.

Finalmente, tenemos la historia de Minnie convirtiéndose en Carol Danvers. Esta es la más seria (dentro de lo que cabe) de las tres. Behling y Barbieri construyen una trama que, aunque con el habitual tono amable, sigue muy de cerca las líneas de la Capitana Marvel clásica: entrenamiento espacial, lucha por la identidad, poder, responsabilidad… ¡y el Escorpión como villano!. Sí, Minnie se pone seria, y lo hace bien. No hay parodia aquí: hay respeto. Su versión de Capitana Marvel vuela, se transforma en un ser poderoso y salva a la gente, y aunque hay un tono dulce, la historia transmite valores claros. Esta es la típica historia que puedes regalarle a una niña de seis años y le va a flipar. A nivel gráfico, este especial es un festival galáctico. Perissinotto y Ruvidotti se lucen con la forma en que Minnie obtiene sus poderes, consiguiendo un personaje que rebosa estilo.

Con 88 páginas repletas de color, acción blandita y guiños por doquier, esta edición de Panini Comics, con traducción de Alfons Moliné, recoge tres one-shots memorables: What If…? Donald Duck Became Wolverine, What If…? Donald Became Thor y What If…? Minnie Became Captain Marvel. Tres historias independientes pero conectadas por un espíritu común: la celebración de personajes icónicos a través del filtro del universo Marvel. Además, incluye las portadas alternativas realizadas por Phil Noto, Ron Lim o Walter Simonson entre otras, así como una contraportada dibujada por Peach Momoko. Al final, este tomo llamado «What If: ¿Y si Donald fuera Lobezno? y otras historias» no necesita solemnidad ni continuidad: solo ganas de pasarlo bien, dejarse sorprender y recordar que el multiverso, a veces, también tiene plumas y cola.

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