Violent Flowers: Frutos vampíricamente sensuales

Degustamos los frutos de la última obra de

En torno a lo vampírico siempre ha existido, de forma latente y soterrada, un erotismo implícito. Huyendo de lo evidente y asociado lo prohibido. Latiendo en cada mordisco de un cuello, en un ritual en el que la presa cae subyugada ante quien la caza, que la hace suya con sus colmillos.

Esa es una de las fuerzas que hacen que el mito del vampiro permanezca inalterable ante el paso del tiempo, con una simbología cargada de carga erótica. Puede que ésta sea sutil, pero es a todas luces seductora. Cautivando adhesiones a este subgénero en cada nueva generación que se asoma a sus entrañas. Bien descubriendo clásicos inmortales, bien recorriendo nuevas propuestas que beben de un legado tan sangriento como atrayente. Tanto por lo sobrenatural como por lo sensual. Es el caso de “Violent Flowers”, la última obra de María Llovet editada por Norma.


Estrenada en Estados Unidos por Image, estas “flores violentas” se componen de cuatro grapas que han visto la luz en castellano en una edición en formato cartoné. Una presentación que ofrece ya compilada toda la obra. Elección acertada pues esta es una de las lecturas que se disfruta más y mejor si se aborda de forma integral.

En primer lugar por el sensual trazo de Llovet (“Crave”, “Luna” o, entre otras, “Porcelain”) que baña de una elegante carnalidad todas y cada una de las páginas de la obra. Una en la que lo vampírico despliega todos sus encantos y hechizos. Cautivando desde la belleza inmortal de los cuerpos de los no muertos que protagonizan la obra. Seduciendo con todas las artes disponibles que ofrecen los elementos de esta temática. Tanto los fantásticos como los que anidan en ese erotismo soterrado que envuelve a los mordiscos en el cuello…

Con esos mimbres, Llovet teje un relato sólido, propio de esta temática. Aprovechando todo lo reconocible de los vampiros y maximizando, con una elegancia de trazo, toda la sensualidad que desprenden estas criaturas. Así elabora una trama, que si bien no es en esencia novedosa, si es fresca en su recorrido. Tanto por el ritmo y tiempos de la historia, como por la eficacia elegante de cada viñeta. Como si fuese una clase de refinamiento personal, distinguible tanto por trazo y estilo como por los colores empleados. Es lo que le otorga un sello personal haciendo que, en definitiva, esta obra sea destacable entre las muchas de vampiros que se publican con regularidad.

Así son estas “Violent Flowers”. Unas “flores” que más que violentas son sensuales, que rezuman en su fragancia un estilo propio que embriaga, seduce e invita a olerlas y contemplarlas varias veces. Quien quiera probarlo tiene a su disposición la edición en cartoné de Norma. Ideal para sumergirse en esta historia de venganza, sangre y pasiones. De formas ligeras, pero con una profundidad tan certera como sensual. Como el mordisco de un vampiro…

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