Gone: creciendo en el espacio

De las últimas editoriales aparecidas en los Estados Unidos, quizá sea DSTLRY la que más haya ocupado los focos. A base de obras que dejan huella ha logrado hacerse un hueco y que cada nueva referencia sea objeto de curiosidad. Muestra de ello es la fresca “Somna” de Becky Cloonan y Tula Lotay o este “Gone” de Jock, recién editado en castellano por Norma. Un trabajo que, si bien no es redondo, merece ser objeto de atención.

“Gone” nace como una obra de autoría completa del dibujante escoces. Con una fuerte influencia de la ciencia ficción británica publicada en cómics en el periodo de finales de los ´70 y ´80, mucho más ácida que la norteamericana, tanto en crítica social como en mordacidad. Puede que quien lea estas líneas le venga a la mente 2000AD y la referencia no va desencaminada: en “Gone” nos encontramos ante un futuro distópico en el que los pobres habitantes de un plantea subsisten abasteciendo a cruceros estelares de potentados. Ese es el contexto donde Abi, una niña, intentará robar comida de una de esas naves para ayudar a su familia. Intento fallido (por causas que no desvelaremos) y que hace que la niña quede atrapada en la nave mientras esta continua su viaje espacial.

Bajo esa premisa, y con una soterrada crítica social en el contexto de la obra, comienza esta obra con tintes de odisea, abandono familiar y poso intimista. Una en la que una niña se convertirá en figura significativa de una rebelión en un escenario tan definido como es el de un crucero espacial. Donde serán polizones dispuestos a sabotear el viaje. Con el eterno deseo de volver en Abi, sabiéndose que para su madre ella está desparecida (“Gone”).


Con estos parámetros Jock (“Los perdedores”, “Wytches” o “Batman: un caballero oscuro) ha construido un relato funcional y ambicioso. Funcional en el sentido que captura la intensidad y espectacularidad de la trama con eficaz habilidad. Una en la que potencia la atmosfera de lo contado. Con diseños que, si bien beben del imaginario popular y cinemátografico, resultan frescos por como son presentados por el artista británico. El cómic se nutre así de un contexto gráfico potente. Tanto lo es que incluso suple algunas escenas poco claras a priori, que quedan diluidas en el espectacular tono gráfico general de la obra.

Ambicioso. Sobre todo en lo argumental. Si bien “Gone” se mueve en unos parámetros muy definidos, Jock compone un relato en el que muchos giros no son los esperables o los evidentes, incrementando el interés de esta odisea espacial. Así siembra los elementos de intereses esenciales para que sirvan de motor y catalizador del interés de quien lo lea y se quiera avanzar en la trama. Una que, como digo, está muy circunscrita a un género muy específico, pero resulta grata de recorrer en estas páginas, en su mayoría notables tanto en composición como en encuadres. Unas que atrapan y nos asoman al vacío del espacio y de la soledad que envuelve la obra, bañada emocionalmente por un uso muy efectivo del color, obra del mismo Jock y Lee Loughridge.

Desde estas líneas este tebeo nos deja la sensación de evolución artística. La de su autor. Queda, en ese sentido, camino por recorrer, siendo este cómic una escala del mismo. Si bien lo mostrado aquí arroja más luces que sombras. Unas “luces” gráficamente notables que hacen pensar que lo mejor está por venir. Aun manteniendo un estilo propio plenamente reconocible, Jock demuestra una voluntad artística por crecer como autor, lejos de quedarse en lo ya conseguido con anterioridad. Que no es poco.

Todo ello se puede comprobar en las 168 páginas de la edición en castellano a cargo de Norma, con una cuidada traducción y realización técnica por parte de El Torres. Presentadas en un solvente formato cartoné y unas dimensiones que potencian lo que contiene: las tres entregas de la serie más la historia aparecida en la revista “The Devil’s Cut” junto a jugosos extras como la galería de portadas de la edición estadunidense y el apartado que recoge bocetos, diseños y preliminares de Jock cuando llevó a cabo esta obra.

«Gone» se revela en su recorrido como un buen tebeo de ciencia ficción, que, si bien no es perfecto, tiene los suficientes elementos para ser una lectura más que eficaz. Un trabajo que demuestra que Jock es un artista inquieto y su voluntad de evolucionar sin perder su sello gráfico. “Gone” se debe entender así: como un paso más de ese camino. Convendrá mantenerse atento a los siguientes.

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