
Hay tebeos que llegan sin hacer ruido. Pero dejan huella creando una sacudida in crescendo mientras aumentan sus lectores. Es el caso de “Después de Medianoche” (“Minuit passé”) de Gaëlle Geniller, editado en castellano el pasado febrero por La Cúpula y, a fecha de hoy, con su primera edición prácticamente agotada.
Muchos ya conocían el savoir faire de Gaëlle Geniller con “Rosa”, si bien “Después de Medianoche” no solo supone un paso adelante como creadora. Es una obra destinada a perdurar, a crecer conforme las buenas sensaciones impregnan a sus lectores. Un target de un amplio espectro, porque lo que trata aquí Geniller es universal e intergeneracional.

Realizado con un lenguaje gráfico que seduce plenamente. Ese es «el guante de seda» que envuelve un concepto tan poético como rotundo. El de la historia que aguarda aquí y que nos lleva a la noche: el periodo de descanso por excelencia del ser humano. El momento del día en el que se cierran los ojos y, en ocasiones se sueña. Donde lo onírico se abre paso en el subconsciente. Al calor de la noche. Donde algunos duermen soñando. Donde otros sueñan sin dormir…
Ese es el terreno en el que se mueve “Después de Medianoche”. Un terreno envuelto en escenarios modernistas donde un padre vuelve a la casa que le vio nacer. Esta vez junto a su hijo pequeño. Ahí descubrirán viejas compañías, de un pasado quizá olvidado, pero todavía latente. Para esas noches en las que no se puede dormir. Para esos estados de vigilia, donde lo onírico se torna lúcido.

Entre lo tierno y lo inquietante se desarrolan estas páginas, con la belleza como constante. Tanto literaria como plástica. Una envuelve, seduce y empapa de sensibilidad cada una de las páginas. Con un trazo tan elegante como sugerente. A todas luces expresivo. Que juega los colores para potenciar lo que se cuenta. Pero también lo que hace sentir, subrayándolo. Dando énfasis a cada momento, sea sobrenatural o emocional.
Un relato tejido entre delicadas formas gráficas, donde la estética modernista encuentra acomodo en el terror gótico que en ocasiones se sugiere. Donde lo elegante y lo poético se combina entre detalles gráficos notables. Hecho que invita a una segunda lectura, pues este es un tebeo para volver a él más de una vez. Para asomarse a esos lugares llenos de magia, la que no sigue las leyes de la física, pero también la que anida en el terreno que despierta la sensitiva sensibilidad.

Editado en Francia por Delcourt, La Cúpula ha presentado en castellano esta obra en una cuidada edición de 220 páginas en rústica, traducido por Marina Borrás Ferrá, consiguiendo una gran aceptación del público lector. No es para menos: “Depúes de Medianoche” puede ser uno de los cómics a destacar de este año.
