Action Comics #1: El comienzo de una era

“And so begins the startling adventures of the most sensacional strip caracter of all time:
Superman!”


¿Fue un pájaro? ¿Fue un avión? Fue y es Superman. Aquel 18 de abril de 1938, con fecha de portada junio, llegaba a los quioscos estadounidenses, en «Action Comics #1«, el primer superhéroe, el que inauguró un género. Quizá uno de los más inherentes desde entonces al cómic, no solo al estadounidense. Con un pie el la literatura pulp y otro en la ciencia ficción, implicaba en su concepción una revisión de la mitología que ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia: un campeón, un dios protector, dispuesto a defender a la humanidad de cualquier amenaza. Símbolo del bienhechor por excelencia, se ocultaba en la ciudad como un ciudadano más, bajo la identidad de Clark Kent.

Natural del planeta Krypton, es, en origen, un alien. Hecho que, en contacto con nuestro sol le dota sus conocidos superpoderes. Su educación en Smallville donde los Kent lo criaron le dota de esa humanidad que da sentido al nombre por el que es conocido universalmente desde entonces. Una popularidad que hoy, ochenta y siete años después, no ha dejado de crecer a lo largo y ancho del planeta.


Levantando un coche con sus manos. Así se presentaba Superman en la ya histórica portada de «Action Comics #1», quedando inaugurada la “Golden Age” de los cómics de superhéroes. Una era en la que le siguieron muchos de los iconos de esta mitología pop que son los héroes con poderes y que deben mucho a la creación de Jerry Siegel y Joe Shuster, los creadores de Superman. Con la primera historia publicada en este cómic, ellos vendieron la propiedad intelectual del personaje por apenas 130 dólares, a National Publications, la actual DC Comics, convirtiéndose el personaje no solo en uno de los más reconocibles de la editorial como del noveno arte, sino en un activo cuya sólida rentabilidad ha sido evidente a lo largo de más de ochenta décadas. No así para sus creadores, que hasta finales de los ´70 no pudieron percibir ningún beneficio de ello. Fue en esa época cuando la editorial reconoció el mérito de Siegel y Shuster llegando a un acuerdo económico con ellos, para no empañar el estreno de la película de Richard Lester. Dicho acuerdo les permitió desde entonces aparecer como creadores del personaje en cualquiera de sus publicaciones, así como de tener una pensión vitalicia. Llegó tarde, cuatro décadas, pero por fin la justicia que aparecía implícita en los cómics de Superman se hizo con sus creadores. Una reivindicación que comenzó con la campaña llevada a cabo por muchos autores, y liderada por Neal Adams y Jerry Robinson, reclamando la justa consideración con los padres de la criatura.

Criatura que sin duda ha trascendido época y lugar. Que es, en esencia puro siglo XX y que, a día de hoy, mantiene una salud editorial envidiable. Ahí está la esperada próxima película del personaje que se estrenará en breve, sumándose a una larga serie de adaptaciones radiofónicas, cinemátográficas, televesivas y animadas con las que ha contado Kal-El. Si bien, donde el personaje ha experimentado sus mejores vivencias ha sido en las viñetas, donde ha contado con una legión de creadores de primera fila que han alimentado su mitología: Alan Moore, Curt Swan, Jack Kirby, John Byrne, José Luis García-López, Neal Adams, Dave Gibbons, Dick Giordano, George Pérez, Marv Wolfman, Jerry Ordway, Grant Morrison, Frank Quitely, Leo Nowak, Otto Binder, Dick Sprang, Jerry Coleman, Joe Kelly, Roger Stern, Carlos Pacheco, Jesús Merino, Kurt Busiek, Struart Immonen, Geoff Johns, Louise Simonson, Walter Simonson, Dan Jurgens, Ben Oliver, Jim Lee, Klaus Janson, J.H. Williams III, Bill Sienkiewicz, Tim Sale, Frank Miller, John Romita Jr., Brian Azzarello, Lee Bermejo, Pasqual Ferry, Tony Harris, Alex Ross, Dave Bullock, Duncan Rouleau, Gerard Jones, Roger Stern, Louise Simonson, Karl Kesel, Dennis Janke, Jon Bogdanove, Jackson Guice, Tom Grummett, Brett Breeding, Mark D. Bright, Ed McGuiness, Bob McLeod, Kilian Plunkett, Javier Rodríguez y Jorge Jiménez, entre muchos otros, han dejado su impronta en la historia editorial de Clark Kent.


Pero todo esto no habría sido posible sin esas trece páginas con las que comenzó el mito. Donde muchos de los elementos característicos del personaje ya estaban ahí. Donde la estética de forzudo de circo que dotaron al Superman se transformó en un icono inmutable para la eternidad. Faltara que volara, pero no su carisma ni la base de ciencia (ficción) que hacía creíble el prodigio hecho carne que era y es el primer superhéroe de todos.


Por todo ello hoy es un día de celebración. Un día que conviene desempolvar el “Action Comics #1” y disfrutar de sus añejas páginas y apreciar todo lo que comenzó hay. Las modas y gustos estéticos sin duda han evolucionado a lo largo de las décadas. Pero la esencia, lo que sigue haciendo a Superman uno de los personajes más atractivos y queridos de varias generaciones ya lo forjaron en esas páginas Jerry Siegel y Joe Shuster. Así comenzaron sus sorprendentes aventuras…

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