
Si creciste en los 2000, seguro recuerdas a ese niño rubio con cara de bicho raro que fue descubierto por Seitaro Takamine en un bosque en Inglaterra te suena. Ese niño es Zatch Bell y hoy vamos a hablar del manga que le dio vida: «Zatch Bell«( 金色のガッシュ!! Konjiki no Gash!!). Una obra de Makoto Raiku que combina acción, comedia, drama y unos momentos que te destrozan el alma.
La historia nos presenta a Kiyomaro Takamine, un chico inteligente pero arrogante y bastante antisocial que, debido a su actitud, se ha ganado el desprecio de sus compañeros de clase. Un día, su vida cambia cuando aparece ese niño rubio que llega con un libro rojo y un mensaje de su padre. Resulta que no es un simple niño: es un «mamodo» (o demonio, según la traducción) que ha venido a la Tierra a participar en un torneo mortal. El objetivo: que esos seres y su compañero humano derroten a los demás y quemen sus libros, hasta que solo quede uno, quien se convertirá en el rey del su mundo. Simple, ¿no? Pues no tanto. Cada mamodo tiene un libro de hechizos que sólo puede ser activado por su compañero humano. Cada hechizo desbloqueado hace que se vuelva más fuerte, lo que convierte cada batalla en un juego de estrategia y desarrollo de poderes. Pero aquí no se trata sólo de lanzar rayos y explosión, sino de los lazos entre los personajes, el desarrollo de sus historias y la crudeza de perder a tus amigos en el campo de batalla. Literalmente, porque si queman tu libro, di adiós para siempre.

Una vez situados en ese escenario, ahora tenemos disponible el volumen 6 de la serie editada por Kitsune Manga. Raiku sabe cómo sorprender a los lectores y esta saga es prueba de ello. Justo cuando creemos que la historia se enfocará únicamente en combates cada vez más serios, aparece ella: una misteriosa muchacha con una actitud dulce y una vendetta personal contra Zatch. El conflicto no es por el trono, ni por una rivalidad de poder… sino porque Zatch la olvidó por completo, a pesar de que, según ella, fueron supuestamente novios. Nuestro pequeño protagonista, con su clásica inocencia y torpeza, no tiene ni idea de quién es, lo que solo empeora la situación. La pequeña princesa (cuyo diseño mezcla elegancia y agresividad) no tarda en lanzar su primer ataque con una furia digna de un huracán. La pelea que sigue es una joya porque, además de ser intensa, está cargada de comedia. Kiyomaro intenta entender qué demonios está pasando mientras Zatch grita excusas ridículas en medio de los ataques mágicos. A partir de este momento, se desarrolla toda la trama de este manga que es mejor no desvelar para que su lectura sea más disfrutable.
A nivel de guion, Makoto Raiku es un maestro en balancear el drama y la comedia y estos capítulos son prueba de ello. Por un lado, la historia nos ofrece momentos de tensión absoluta, con batallas donde cada hechizo puede ser la diferencia entre la victoria y la muerte. Pero, al mismo tiempo, este manga nunca pierde su esencia desenfadada, con momentos absurdamente graciosos que alivian la tensión sin sentirse forzados. Un punto clave de este arco es el desarrollo de Kiyo y Zatch como equipo. Kiyo ya no es solo el chico inteligente que usa su ingenio para compensar la inexperiencia de Zatch. Ahora, su vínculo con él es más fuerte que nunca, y la confianza mutua se refleja en la fluidez con la que pelean. Zatch, por su parte, ha madurado. Ya no es solo el niño torpe, sino un guerrero en crecimiento que empieza a comprender el peso de la batalla por el trono. Otro aspecto fascinante es cómo la historia juega con la moralidad. Algunos enemigos dejan de ser meros villanos unidimensionales y comienzan a mostrar motivaciones más profundas. Enfrentamientos que parecían simples «bueno contra malo» se transforman en dilemas más complejos, donde los protagonistas deben cuestionarse si realmente quieren ganar a cualquier coste.

En lo gráfico, lo primero que salta a la vista es la fluidez y dinamismo con que se ejecutan los combates. Cada pelea tiene un ritmo que se transmite a través de las viñetas con transiciones rápidas y movimientos bien definidos que hacen sentir la energía de cada ataque. En las batallas, los personajes parecen moverse a una velocidad vertiginosa, y Raiku lo transmite a través de líneas de acción que salen disparadas de los personajes, lo que aumenta la sensación de velocidad y potencia. Cuando Zatch y su «novia olvidada» se enfrentan, por ejemplo, la acción está tan bien orquestada que cada hechizo parece cobrar vida. Las ondas de choque, los rayos de energía y las explosiones mágicas no solo son perfectos sino, que según pasas las páginas casi se pueden «escuchar» esos efectos.
Publicada por Kitsune Books en España y originalmente por Shōgakukan en Japón, la serie ha logrado mantenerse vigente y relevante en el género Shōnen . Con los episodios 100 a 119 incluidos en esta sexta entrega que lleva a los lectores a un ritmo frenético, mientras las batallas entre los seres sobrenaturales alcanzan nuevas alturas. La obra, editada en formato kanzenban, se presenta en rústica de tapa blanda con sobrecubierta y cuenta con 380 páginas en blanco y negro. Además de todo esto, se añade un extra llamado «Un café con Zatch 6«, que ofrece una pausa encantadora entre los enfrentamientos, brindando un toque ligero y cómico que permite a los lectores ver a los personajes en un ambiente más relajado, lejos de la tensión de la batalla. El volumen 6 de ¡Zatch Bell! es solo un paso más en un viaje que promete mantenernos en vilo hasta el último momento. Mientras tanto, disfrutemos de ese pequeño olvido de un niño que no recuerda a su primer amor loco.
