
Si alguna vez te has preguntado qué pasaría si un grupo de vampiros inadaptados intentara dar un golpe maestro contra sus propios superiores inmortales, en «Operación Amanecer volumen 2: Ya estamos muertos« («Operation Sunshine Volume 2: Already Dead«) obtendrías la respuesta que no sabías que necesitabas. Con un cóctel de terror, humor negro y personajes tan carismáticos como torpes, Henry Zebrowski y Marcus Parks, junto a los artistas David Rubín, K. J. Díaz y Xulia Pisón, nos entregan el final de una historia que es a la vez macabra y absolutamente hilarante.
Ya en su primer volumen, «Operación Amanecer» dejó claro que no estábamos ante la típica historia de vampiros. En lugar de figuras seductoras y elegantes, aquí tenemos chupasangres más bien disfuncionales que intentan sobrevivir en un mundo donde los ancianos vampíricos dominan con mano de hierro. En esta segunda entrega los protagonistas viajan a los pantanos de Florida en una misión casi suicida (o muy bien planificada según como se mire): infiltrarse en una legendaria fiesta de vampiros y ejecutar un plan maestro para robar un artefacto místico que podría cambiar sus destinos para siempre.

Lo primero que destaca en este cómic es su tono desenfadado y su capacidad de mezclar el horror con el humor. Zebrowski y Parks saben perfectamente cómo encontrar lo absurdo en lo macabro. Aquí no faltan situaciones grotescas que te hacen reír y estremecerte al mismo tiempo. Desde escenas de carnicería con un toque cómico hasta diálogos mordaces que convierten incluso los momentos más oscuros en una oportunidad para soltar una carcajada, el cómic se mueve con facilidad entre el miedo y la diversión. A diferencia de muchas historias de vampiros que siguen una estructura tradicional de caza y depredación, esta serie apuesta por el enfoque del antihéroe, donde los protagonistas no son héroes valientes ni villanos despiadados, sino seres que simplemente intentan sobrevivir en un mundo que les da la espalda. El grupo de vampiros protagonistas, a pesar de sus diferencias y defectos, tienen una dinámica como si el «Equipo A» se hubiera puesto hasta arriba de sangre del tipo 0. No son amigos perfectos ni un equipo bien organizado, sino un grupo de marginados que deben aprender a confiar los unos en los otros para lograr sus objetivos. Esto nos lleva a escenas llenas de tensión y comedia, donde los conflictos internos y las malas decisiones se convierten en motores de la historia.
En lo gráfico, el arte de David Rubín, junto con K. J. Díaz y Xulia Pisón, juega un papel fundamental en el tebeo. No solo le da una personalidad única a las viñetas, sino que también contribuye a la atmósfera del cómic de maneras que van más allá de la ilustración tradicional. Las expresiones faciales exageradas de los personajes refuerzan el tono humorístico, permitiendo que incluso los momentos más grotescos tengan un matiz de comedia. Al mismo tiempo, el uso de sombras y colores vibrantes ayuda a crear un contraste interesante entre lo oscuro y lo ilógico, reforzando la dualidad de la historia. Algo que me gustaría destacar es la forma en que se representa la violencia. En lugar de optar por un enfoque ultra realista o completamente caricaturesco, Rubín encuentra un equilibrio que permite que las escenas de acción sean contundentes sin perder el tono ligero del cómic. Como el juego del gato y el ratón, a medida que avanzas en las páginas aumenta ese efecto gracias a estas viñetas salvajes. Un efecto muy saludable para los parámetros en los que se desenvuelve este cómic.

Al igual que en su primer volumen, Astiberri Ediciones nos lo presenta en formato cartoné y traducción de Santiago García, quien logra captar a la perfección el tono irreverente y afilado de los diálogos. Y no es una tarea fácil trasladar el humor negro y la energía desenfrenada de Operación Amanecer a otro idioma sin perder su esencia, pero García hace un trabajo brillante al mantener el espíritu gamberro de la obra. Además, incluye las portadas originales de Rubín y las alternativas de Martin Simmonds, Tyler Jenkins, Tony Fleecs, Alice Darrow con Bill Crabtree, Martin Morazzo, Jim Mahfood, Scott Hepburn con Ian Herring, Eva Dorkin con Sarah Dyer y Jenna Cha.
Así que, si después de leer esta reseña de «Operación Amanecer» todavía no tienes este cómic en tus manos, quizás deberías preguntarte si realmente estás aprovechando tu inmortalidad como lector. ¿De qué sirve la eternidad si no puedes pasarla disfrutando de historias locas, sangrientas y desquiciadamente divertidas? Solo una advertencia final: no lo leas en un ataúd con la tapa cerrada, porque vas a querer reírte en voz alta y, bueno, nadie te escuchará.
