Nuestros cuerpos alquímicos: Lisérgica transformación

“El mercurio.
El azufre.
La sal.”

Verter varios elementos, Soldarlos y que confluyan en uno solo. En una suerte de transformación que los transustancie, llevándolos a otro nivel. Es en esencia lo que buscó la alquimia a lo largo de la historia, intentando comprender el cosmos para lograr el objetivo de perfeccionar la materia imperfecta. En definitiva, elevarla en un sentido amplio.

Eso es lo que va a proponer Camille a Sarah y Aniss. Un trio de amigos cuyos lazos han soportado el tiempo, aun llevando cada cual dentro de sí heridas y recuerdos de sus relaciones. Mitificados para alguna parte, cargados de resentimiento para otra. De cualquier modo, ambos acudirán a la cita y serán, literalmente, la materia prima para que comience la transformación que supone el viaje de “Nuestros cuerpos alquímicos” (“Nos corps alchimiques”), de Thomas Gilbert, editado en castellano por Nuevo Nueve.

Entrelazando lo psicológico y lo metafísico, Thomas Gilbert (La voz de las bestias, el ansia de los hombres”, “Luz Negra” o, entre otros, “Mujeres de Salem”) nos propone en estas páginas un viaje lisérgico. El que van a experimentar sus personajes. Más allá de lo fantástico, Gilbert despliega una poética gráfica para la transustanciación que van a experimentar los cuerpos de de los protagonistas. Desde lo físico a lo más íntimo de cada cual, los tres devendrán uno. Y en consecuencia, se elevaran hacia un todo.

Sin duda, son conceptos complejos los que maneja Thomas Gilbert en esta propuesta. Si bien, los hace accesibles en estas páginas, que suponen una catarsis conceptual, mientras muchos conceptos de la “new age” planean en sus viñetas. De forma orgánica asistimos a un tebeo que tiene que ver más con la experiencia sensorial que con un mero relato de escapismo, aunque obviamente su finalidad primordial es entretener. Y lo hace de forma efectiva, dando, además, elementos psicológicos y metafísicos que enriquecen este “viaje” hecho viñetas.

Un camino no apto para cualquiera, pero muy recomendable para quienes busquen lecturas que vayan más allá de los terrenos cómodos. Un campo más fértil, en lo conceptual, que más que exigir, propone que quien lo lea se deje llevar por las emociones que componen la alegoría que, en esencia, es el argumento. Todo llevado por un camino ambicioso, el que desarrolla Gilbert mientras seduce con unas páginas narrativamente efectivas, que fluyen entre lo místico y lo fantástico. Una transformación en la que el dolor estará presente, tanto el emocional como el físico más evidente. Porque Gilbert juega duro en estas páginas, potenciando las sensaciones extremas sembradas en la obra.

En lo gráfico estamos ante un tebeo magnético, por el personal estilo que desprende el trazo de Gilbert. Unido a un acertado sentido del color, que potencia cada elemento de la catarsis que es, en esencia, el guion. Un guion valiente y complejo, por los conceptos que maneja. Ambicioso en origen y que, a la hora de plasmarlo en viñetas y páginas, fluye entre lo onírico y lo metafísico. Transmitiendo, en definitiva, sensaciones y emociones de todo tipo.

Editado en Francia por Dargaud, Nuevo Nueve lo presenta en castellano en un cuidado formato cartoné con traducción de Lorenzo F. Díaz. 240 páginas donde se desarrolla esta propuesta valiente, alejada de lo simple y, paradójicamente, narrada con una aparente sencillez que hace que fluya cada elemento complejo que aparece en su desarrollo. Por lo que maneja y por la forma en qué lo hace, “Nuestros cuerpos alquímicos” es ideal para quien busque tebeos valientes que asuman riesgos. Para quien vaya más allá de lo esperable o lo evidente. Para quien sepa que el objetivo es tanto el camino como el destino. Este cómic puede ser una lectura, cuanto menos, estimulante. Quizá ahí esté su razón de ser.

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