
Si hay un autor en Marvel Comics que en los últimos años ha conseguido fijar su nombre en «la Casa de las Ideas» ese es Al Ewing. No hay duda. Su trayectoria ha sido un desfile de genialidades, desde el terrorífico y filosófico «El Inmortal Hulk» hasta su espectacular trabajo con «Los Defensores«. De nuevo lo tenemos en este integral, en un dulce momento cuando se subió a la nave de los «Guardianes de la Galaxia» para llevarnos a una odisea entre el crimen, el caos y la metafísica intergaláctica.
Pero espera, antes de lanzarnos al hiperespacio con los Guardianes, hagamos una parada en la mini serie «Mapache Cohete» («Rocket«). Ésta se aleja de las aventuras convencionales de los Guardianes de la Galaxia para centrarse en el mapache pistolero en una historia de crimen y redención. Desde el principio, Ewing establece aquí un tono más oscuro de lo que estamos habituados en Marvel, donde Rocket, marcado por su pasado y por una reputación que no deja de perseguirlo, se ve envuelto en un golpe imposible con un grupo de criminales intergalácticos. La trama es un homenaje a las clásicas historias de cine negro, con diálogos afilados, traiciones y personajes de moral ambigua. Este pequeño mamífero aquí es más que un simple alivio cómico: es elpersonaje complejo, cínico, pero con un código de honor retorcido. Su pasado pesa sobre él, y su sentido de pertenencia se tambalea mientras intenta llevar a cabo un último trabajo que podría redimirlo o condenarlo.

En el aspecto gráfico, el arte de Adam Gorham es clave para reforzar la atmósfera de la historia. Con un trazo detallado y expresivo, Gorham capta perfectamente la estética de un universo criminal decadente, lleno de luces de neón y sombras amenazantes. Sus composiciones dinámicas, sumadas a la paleta de colores de Michael Garland, evocan tanto el cine negro clásico como la ciencia ficción más estilizada. La serie no solo funciona como una gran historia independiente, sino que también expande la mitología de Mapache Cohete de manera inteligente. Ewing aprovecha la oportunidad para profundizar en su trauma y en su deseo de encontrar un propósito más allá de los tiroteos y los atracos.
Después de Mapache Cohete, Al Ewing tomó las riendas de Guardianes de la galaxia con la misión de revitalizar el equipo y darles una nueva dirección. Su enfoque se siente fresco y ambicioso, trayendo consigo una escala cósmica impresionante y un desarrollo de personajes profundo. El primer arco de la serie se titula «Then It’s Us«, y desde el inicio establece un nuevo status quo para los Guardianes. Ya no son solo un grupo de mercenarios intergalácticos, sino que Ewing los posiciona como héroes en un sentido más amplio, casi como los Vengadores del espacio. Esta idea se refuerza con la inclusión de personajes como Nova y Marvel Boy, quienes añaden nuevas dinámicas al equipo tradicional. Ewing juega con la estructura de los equipos, dividiéndolos en distintas misiones y explorando relaciones complejas entre los miembros. Star-Lord, Gamora, Mapache Cohete, Groot, Nova, Drax o Dragón Lunar enfrentan luchas tanto internas como externas, con conflictos que van desde la reconstrucción de su identidad como grupo hasta amenazas cósmicas de proporciones épicas. Uno de los mayores aciertos de la serie es su villano: el Dios Olímpico Zeus y su panteón, quienes buscan imponer su dominio en la galaxia. La forma en que Ewing reinterpreta a estos personajes mitológicos dentro del universo Marvel es brillante, convirtiéndolos en antagonistas temibles y, al mismo tiempo, dotándolos de una personalidad que los hace memorables. Este movimiento refresca la franquicia, alejándola de los villanos habituales como Thanos o la Iglesia Universal de la Verdad y dándonos una amenaza que mezcla lo divino con la ciencia ficción. En estos números el arte corre principalmente a cargo de Juann Cabal con un estilo casi cinemático que le da a la acción un sentido de velocidad y dinamismo casi perfectos para la historia. Además, en el tercer comic de la serie de Guardianes colabora junto con Nina Vakueva, Chris Sprouse y Belén Ortega consiguiendo que ese número en concreto sea de los mejores que se pueden ver en este integral.

Este primer tomo de Marvel Deluxe, publicado por Panini Comics, recopila la miniserie Rocket #1 a #6 y los primeros cinco números de Guardians of the Galaxy, dejando el terreno listo para lo que está por venir. Con un total de 256 páginas, este volumen con traducción de Gonzalo Quesada llega en este formato con multitud de extras como las portadas alternativas realizadas por Joe Jusko, Tim Bradstreet, Pepe Larraz junto a Marte Gracia, Mike McKone o Ron Lim entre otros. Por todo eso, este volumen es solo el inicio de una etapa que promete ser épica, con un Star-Lord que se reinventa más allá de lo que se espera de el. Con una alineación que mezcla lo clásico con lo inesperado y una trama que combina locura cósmica con la profundidad emocional que Ewing ha sabido imprimir en todas sus obras. Así que, si aún no te has embarcado en esta aventura, hazlo ya. Porque el espacio es peligroso, absurdo y absolutamente maravilloso cuando los Guardianes de la Galaxia están al mando. Y con Ewing al timón, lo único seguro es que el viaje valdrá la pena.
