
Lo siniestro se encuentra normalmente asociado a esos lugares que parecen confortables pero que esconden en sus entrañas reversos tenebrosos. A priori un parque de atracciones puede ser un espacio de confort, donde se da rienda suelta a la diversión. Sin embargo, el parque que hoy visitaremos alberga en sus adentros la esencia del horror, cubierta de sangre… Porque ese parque es “Gremoryland”, el tebeo de A. Rasen, recién editado en papel por Norma Editorial, con una cuidada presentación.
Más de 24 millones de visitas en webtoon puso en el mapa internacional a Alberto Ramírez, cuyo pseudónimo, A. Rasen ya es conocido en todo el mundo. Consecuencia sin duda del savoir faire que le imprimió a este slasher, cuya traslación está en proceso, con la participación de una productora de la talla de Vertigo Entertainment.

“Gremoryland” supuso todo un fenómeno digital para los amantes del género, sacudiendo las redes desde webtoom. ¿Las razones? Las que esconde en la trama este aparente slasher de manual, donde un grupo de viejos amigos se encontraran con el terror sangriento en su visita al parque. Ese es el punto de partida que enganchó a muchos lectores en todo el mundo. Sin embargo, Rasen escondió mucho más en el recorrido de su relato: pues no solo el peligro de muerte es lo que se van a enfrentar los protagonistas, sino también a sí mismos, entre ellos. Pues esta pesadilla va hacer aflorar lo peor que tiene cada uno de ellos, reflotando viejos traumas, secretos y mentiras mientras la sangre se derrama.
Como escenario, un parque de atracciones tan siniestro como efectivo. De fondo, en el primer volumen, un personaje ausente que se nos presenta al final de la trama, esencial para el conjunto de la obra. Todo manejado con una efectiva habilidad para provocar miedo y desasosiego. Con la oscuridad predominando en los momentos más terroríficos mientras la luz ilumina los recuerdos de ese pasado tortuoso plagado de dolor. El que llevan sobre sus espaldas los visitantes del parque, pesándoles como una losa…

Eso es el comienzo de “Gremoryland”, cuya traslación al papel gana enteros al haberse realizado con efectivas composiciones de página que refuerzan el ritmo del relato. Uno que atrapa, entretiene con los estándares de género y sobrecoge con los ases en la manga que va sembrando Rasen en la trama. Sirva de ejemplo el efectivo cliffhanger de manual con que se cierra el primer volumen. Señal de que el camino trazado es notable, con esa mezcla de influencias bien asimiladas y una sólida caracterización de los personajes, siendo esta característica el sólido pilar sobre el que se sostiene de forma robusta el relato.
En lo artístico Rasen ha contado con la asistencia de Diana Mercolini, Dr. Closure, Alakotilia, Ichsan Ansori, Isabella Am, Ivan L. Negrell e Ivana Nedic, dado el contundente ritmo de producción con que funciona webtoon. Un solvente equipo que arropa al autor para conseguir el personal sello que tiene el tebeo. Un sello donde se advierte esa influencia bien asimilada del manga, tanto en trazo como en encuadres, más que efectiva para que la trama discurra de forma certera y fluida.

Sin duda, este es un cómic que merecía saltar de las pantallas del móvil al papel. Así lo hizo la propia Webtoon y así lo ha hecho Norma, que ha materializado una cuidada edición en cartoné con traducción al castellano de Diego de los Santos. Donde además del cómic podemos adentrarnos en el dossier gráfico que le acompaña. Tras la lectura de la efectiva edición física del primer volumen en castellano, solo queda decir que conviene reserven ticket para la segunda visita a “Gremoryland”.
