La Venus del espejo: un año en Roma

Julio de 1649, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, bautizado el 6 de junio de 1599-Madrid, 6 de agosto de 1660), conocido universalmente como Diego Velázquez, parte hacia Roma por encargo del rey Felipe V. Su misión: comprar obras de arte para el monarca español. Acompañado por su criado, Juan de Pareja, Velázquez no solo cumplirá con lo encomendado, sino que logrará por fin realizar un cuadro que no podría haber sido posible en la España de la Inquisición: “La Venus del espejo”.

Ese es el título del tebeo que hoy reseñamos: “La Venus del espejo” (“Venus à son miroir”). Una obra de Jean-Luc Cornette y Matteo, que acaba de editar en castellano Norma y donde se especula sobre la génesis de una de las obras más destacadas de Velázquez. De “La Venus del espejo” no se sabe con exactitud cuando fue pintado aunque muchos especialistas lo datan en torno a su segundo viaje a Italia, cuando da comienzo el periodo de madurez del pintor, principalmente por el uso de la luz y el color. Otro elemento más contextual apunta en la misma dirección y es que en la España de aquel entonces no era fácil pintar desnudos, debido a la influencia de la Inquisición Española en todos los ámbitos de la vida de los españoles. Cosa que en la Italia de entonces no era tan problemático.


De esto parte Jean-Luc Cornette para construir un relato muy bien contextualizado, en el que el segundo viaje de Velázquez a Italia sirve de telón para un camino de descubrimiento, Una senda en la que no faltan los que posiblemente serían elementos que influyeron en la génesis de “la venus”: tanto el cuadro “El matrimonio Arnolfini” de Jan Van Eyck como la estatua de la “Hermafrodita durmiente”. Pieza de la cual Velázquez encargó un molde para el rey de España y cuyo contorno presenta analogías con la silueta de su “Venus”. Del mismo modo, la doble perspectiva que aporta el juego del espejo del cuadro de Van Eyck presenta una evidente conexión con el espejo pintado en el cuadro de Velázquez.

Cornette dispone de estos elementos artísticos como base para su guion. No obstante también hace buen uso de los personajes históricos que confluyeron en esos días en Roma. Tanto los más cercanos al genial pintor, como Juan de Pareja, como otras personalidades históricas. Siempre planteando un guion que se mueve dentro de lo posible se atreve, con gran acierto, a sugerir quién fue la modelo de “la venus” de forma muy natural. Como también lo es la caracterización de un Diego Velázquez humano y cercano, sensible a los afectos y pasiones.

Todo lo expuesto cobra vida en las manos de Matteo, que brinda unas páginas soberbias que trasladaran de lleno al lector al siglo XVII italiano, sumergiéndole en una Roma llena de arte. Matteo aprovecha el cómic para recrear algunas de las obras de arte antes citadas, mientras que dota de una humanidad corpórea a los personajes históricos en sus viñetas. De las que conviene, tras leer el cómic, volver a ellas para degustarlas con más calmas. Como ejemplo, el más evidente: la doble página donde se está llevando a cabo la gestación de “La Venus en el espejo”.

Mención aparte merece la portada, donde vemos a Velázquez en pleno proceso de creación de “la venus” en una disposición de elementos que homenajea de forma implícita a una de sus obras cumbres: “Las meninas”.

Publicado en Francia por Futuropolis, Norma lo acaba de editar en castellano en una cuidada edición de 88 páginas en cartoné con traducción de Xisca Mas. “La Venus del espejo” no solo es un tebeo ideal para amantes del arte, es un relato que disfrutará cualquiera que guste de buenas historias y que sienta querencia y curiosidad por saber más sobre uno de los cuadros más enigmáticos y fascinantes del genial pintor español. Pues “el año en Roma” de Velázquez dio mucho juego, tanto en lo humano como en lo artístico.

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