
Justo antes de que de comienzo un nuevo día, cuando comienza a esclarecer, es cuando la noche es más negra y oscura. Es el momento de comenzar un nuevo ciclo con el alba. Usando esa analogía, en DC comics precisamente bautizaron así su nueva etapa creativa: “Amanecer de DC” (“Dawn of DC”). Pero antes de comenzarlo, los personajes del multiverso de la «Distinguida Competencia» debían pasar por el momento más oscuro, y ese no fue otro que la “Crisis Oscura en Tierras Infinitas” (“Dark Crisis on Infinite Earths”), el último evento de la editorial publicado durante la segunda mitad de 2022 en inglés, con fechas de portada entre agosto del 22 y febrero del 23.
Un evento que no tardó en ver la luz en castellano, pues ECC lo publicó en formato grapa entre febrero y agosto del 2023, junto a varias de las ramificaciones del mismo, y ha cerrado el pasado año compilando la serie principal en el volumen que hoy nos ocupa: “Crisis Oscura en Tierras Infinitas”, incluyendo el material de “Justice League # 75, Dark Crisis FCBD Special Edition, Dark Crisis on Infinite Earths #1-#7 y Dawn of DC Primer Special Edition #1.

Crisis. Esa es la palabra más utilizada en DC cómics cuando hay que llevar a cabo un evento que de nuevos bríos a sus héroes. Desde que la mítica “Crisis en Tierras Infinitas” de Marv Wolfman y George Pérez reordenara en la década de los ’80 aquel multiverso en uno más sencillo pero efectivo, la palabra se ha ido empleando en varios de los eventos más cruciales de la “Distinguida Competencia”: “Crisis de Identidad”, “Crisis Infinita” o “Crisis Final”. Desarrollados en su momento con mayor o menor fortuna, pero apelando siempre a la palabra que remite al quizá evento más solido jamás editado por DC. Nuevamente en 2022 lo hicieron y añadieron la “oscuridad” al título, publicitando que esta macro aventura iba se había estado cociendo desde hace largo tiempo.
Conforme se desarrolló la trama, “la sangre no llegó al río”. La publicidad había hecho su trabajo y puede ser que hubiera generado unas expectativas mayores a las que ofreció al final en sus páginas. Ahora bien, el guion y tramas preparado por Joshua Williamson ha resultado funcional en los parámetros que se espera de una aventura de este calibre. Con algún hecho que marque la diferencia de forma testimonial, como es el caso de que una vez acabado este relato estaremos ante un mundo sin la Liga de la Justicia.

Un mundo sin la Liga, pero no sin héroes, puesto que hasta los mismos miembros más icónicos del supergrupo de DC siguen y seguirán sus aventuras. Detalle menor pero que puede llevar a la “Distinguida Competencia” a pastos creativos aún fértiles, aunque ya se hayan recorrido en tiempos pasados. Hecha la aclaración, lo que este evento presenta es una nueva crisis que comienza con la aparente muerte de la Liga de la Justicia, en manos de Pariah.
El personaje creado como el testigo de la destrucción de universos en las clásicas crisis regresa aquí como el villano que quiere destruir el multiverso. Preso de su locura se enfrentará a la Liga, con resultados nefastos para el grupo de héroes. Un combate del que solo sobrevivirá, aparentemente, Black Adam, y dará el punto de partida para esta aventura en la que el concepto de legado tiene un peso específico. Es el momento pues de recoger el testigo y pasar a primera línea. Concepto que se verá refeflejado en personajes como Nightwing, Jon Kent, Damian y los Titanes en conjunto.

Cierto es que las primeras entregas la serie abusa de golpes de efecto. Tanto en Justice League #75 (con dibujo de Rafa Sandoval, tinta de Jordi Tarragona y color de Matt Herms) como en las tres primeras entregas propias de “Crisis Oscura” (con dibujo de Daniel Sampere y color de Alejandro Sánchez). Una sucesión de cliffhangers efectistas pero sin profundidad, si bien sirven para que Sampere se luzca en varias dobles páginas que serán del agrado de los aficionados, como la que se muestra como una legión del villanos asalta la Torre de los Titanes.
A partir de la cuarta entrega, el rumbo del guion de Williamson se mantiene pero aporta pequeños matices y detalles que le dan una pequeña profundidad. Y eso es lo que hace que la saga gane enteros. Es precisamente en esa cuarta entrega cuando Williamson siembra los elementos de interés de la aventura, dando una mayor cohesión a lo contado previamente. A partir de esas páginas, el evento gana un poco de altura y juega de forma efectiva con conceptos como el legado y la historia de algunos de los personajes principales. También sirve para indicar por donde van las ramificaciones de las series satélite y especiales que se publicaron a la vez, que no son imprescindibles para disfrutar de la trama principal.

Tras ese punto de inflexión, el blockbuster gana empaque y proporciona buenos momentos donde la épica, en ocasiones, aparece. Momentos que, sin duda, serán del agrado tanto del aficionado a DC comics, por las referencias y guiños que Williamson maneja con oficio, como para cualquiera que guste de los tebeos de superhéroes, dada la efectividad de Sampere con el Lápiz.
Ese es el rumbo ascendente que tienen estas “Crisis Oscuras en Tierras Infinitas”. Siete entregas (ocho si contamos el #75 de Justice League) en la que, si bien no se cuenta nada nuevo, el relato planteado gana enteros conforme se avanza y cumple como el blockbuster que es. Con el paso al frente de Nightwing y guiños al “bravo” Green Lantern y al “audaz” Flash (Barry Allen), entre otros.

También cabe destacar “¿Quiénes son la Liga de la Justicia?”, la aventura publicada en el “Dark Crisis FCBD 2022 Special Edition” con dibujo de Jim Cheung y color de Jay David, donde Williamson, además de preparar el evento, brinda todo un homenaje a la historia del grupo más importante del Universo DC.

Como corolario, el material de “Dawn of DC Primer Special Edition #1” incluido sirve como digno complemento que aporta recuerdos de un pasado glorioso (“la Historia del Mutiverso” de Joshua Williamson, Dennis Culver, Chris Burnham, Rafa Sandoval, Hi-Fi y Matt Herms) y pinceladas de por donde va a ir el futuro. Con todo ello queda conformadas las 288 páginas que comprende el volumen en cartoné de “Crisis Infinitas en Tierras Oscuras”, con traducción de Francisco San Rafael Simó. Una aventura efectiva, que juega con un pasado clásico y glorioso al que homenajea. Sirviendo, además, como punto final de una época y, a la vez, como el paso previo antes del “amanecer”.
