
En este año 2024 que a punto estamos de despedir la producción de Marvel comics ha sido, como suele ser habitual en una major de esas dimensiones, irregular. Abarcando con más de una centenar de títulos las estanterías de las comics shops cada mes, es imposible que todo tenga un nivel sobresaliente. Tampoco todo lo editado está destinado al mismo target. Entre otras cosas porque no hay presupuesto mortal que pueda soportar tremenda avalancha constante. Además, el ruido que constantemente producen los eventos de turno en ocasiones consigue centrar en exceso la atención del grueso del fandom, alejando de su radar obras más notables por lo que abarcan y cuentan, aunque sean ajenas a los crossovers de temporada. Es en ese espacio donde a menudo suelen darse los mejores frutos, las mejores cosechas donde los artistas pueden aportar un mayor peso y personalidad a lo que hacen. Es el caso de la serie con la que Marvel inauguró este 2024: “Vengadores Crepúsculo”(“Avengers Twilight”), de Chip Zdarsky y Daniel Acuña. Serie que ya ha editado Panini en castellano en formato grapa en cuatro entregas (dos dobles), que nos remiten a los mejores momentos épicos de los Vengadores y al personaje que asume el protagonismo: el Capitán América.
Durante estos últimos años Chip Zdarsky se ha ido haciendo un hueco en el cómic superheroico. Méritos para ello no le han faltado: construyendo historias con un punto de frescura argumental pero sin descuidar la base conceptual de cada personaje que toca (aunque los lleve al límite como es el caso del Diablo de “la Cocina del Infierno”). A base de un trabajo efectivo ha demostrado ser uno de los guionistas a tener en cuenta. Así ocurre en DC y Marvel, donde ha brindado de los mejores momentos que se han podido leer en ambas editoriales estos últimos años.

A esos momentos se le ha de sumar este “Crépusculo” de los Vengadores, donde Zdarsky sitúa la acción en un futuro distópico en el que los miembros icónicos de los Vengadores están retirados. Un mundo donde prima más la seguridad que la libertad del ciudadano. Donde los rumores y patrañas pueden alcanzar más notoriedad que la verdad contrastada. Una sociedad en la que la manipulación de las masas es una constante que alienta el miedo y la resignación.
En ese contexto, Steve Rogers, ya anciano, va a despertar de un letargo producido por el trauma que supuso tener que dejar el uniforme. Tras años de resignación, llega la epifanía de redescubrir lo que implica y representa ser el Capitán América. Es momento de reunir a los Vengadores, de defender la libertad ….

De esa premisa parte la obra. Una premisa que guarda paralelismos con grandes clásicos del género (“Batman: El Regreso del Caballero Oscuro”, “Civil War”, o “La última historia de los Vengadores”, por citar los más evidentes). Confluyen así las constantes de un futuro distópico, la diatriba de sacrificar libertad por mayor seguridad o los personajes cuyo momento de gloria pertenece al pasado. Junto a esos elementos, las similitudes con la realidad social se hacen patentes en un guion que utiliza todo eso para construir una gran aventura en la que, por el contexto planteado invita a reflexionar; y por otro lado, nos remite a la mejor épica superheroica en su desarrollo.
Cierto que Zdarsky no presenta aquí nada nuevo, pero construye una propuesta argumental interesante y solvente. Un guion que se va beneficiar de las manos que lo van a dibujar, que no son otras que las de Daniel Acuña, quizá el español más en forma de los que trabajan regularmente en Marvel Comics.

A Acuña le ha llevado algo más de tres años realizar esta serie, en la que se ha encargado (como suele ser habitual en él) de toda la labor artística: desde el diseño conceptual de ese futuro crepuscular, las versiones maduras que aparecen de los Vengadores y las de sus antagonistas, a la vez que de dotarles vida en unas páginas tan poderosas como gráficamente aditivas. ¿Su secreto? Unas combinaciones de colores donde es capaz de mantener su identidad gráfica y mantener fresco el resultado final. Un trazo tan personal como resolutivo, donde cada personaje que dibuja “cuenta algo” porque aporta. Un sentido de la composición de página que hace que todo fluya de forma orgánica, que se lea y se disfrute con el ritmo que precisa cada momento argumental. Y todo ello con un estilo propio, el que le ha hecho reconocible en todo el mundo. Todo eso lo ha vertido Acuña en este “Crepúsculo” que más que un ocaso, sabe a comienzo de algo grande. A continuación de una carrera artística que solo ha hecho que ganar enteros artísticos a cada encargo asumido. El eficaz guion de Zdarsky, lleno de oficio, se engrandece así con el arte de Acuña. Ganando altura con las miradas, gestos y poses dibujadas, con el magnífico sentido de la iluminación y del color del dibujante aguileño. Así cada una de estas páginas se convierten, bajo la opinión del arriba firmante, en lo más destacado de la cosecha de Marvel de 2024.
Editado en España con las portadas principales de la serie en grapa, a cargo de Alex Ross, en el interior de cada entrega se pueden disfrutar además de las algunas variant covers que realizó Acuña para cada entrega de las múltiples ediciones variantes que llevó a cabo Marvel. Portadas que, con permiso del gran Alex Ross, que recogen mejor el espíritu gráfico de la obra, al ser realizadas por el mismo autor que se hace cargo del cómic, capturando de forma rotunda en cada ilustración (hasta en las que son pin ups), la identidad de la serie. Por eso, esta reseña tiene como imagen destacada la ilustración del teaser de la serie, utilizada después por Marvel para la segunda edición en grapa, que creemos resume mejor el concepto y esencia del tebeo.

En el fondo esta aventura no deja de ser un blockbuster. Una “hamburguesa superheroica” ideada por Chip Zdarsky con eficacia, que, al cocinarla un autentico “Chef gráfico” como Daniel Acuña, llega a una sofisticación estética digna de la alta cocina. Lo dicho: lo mejor de la cosecha Marvel de este 2024 que hoy acaba.
