
“Caballeros, me queda un mes para terminar el mandato…
¡¿Y van a dejarme esta basura en la puerta como regalo de despedida?!”
Barack Obama lo tuvo claro. No podía ocultarse a la opinión general. Ni tampoco que se ocupasen de “este problema” una agencia secreta. Porque la cuestión a tratar es tan antigua como la propia Biblia y no es otra que los monstruos no son cosa de folclore y superstición, sino algo muy real que puede amenazar la humanidad. Dicho y hecho: antes de abandonar la Casa Blanca, no sin antes anunciar al mundo entero en una rueda de prensa que los monstruos realmente existen y, eliminar el departamento secreto para crear una unidad que combata esta amenaza: Grisly Unit.

Ese también es el título del tebeo que hoy centra nuestra atención, obra de Roger S. Lewis, David Daza y David Cobos: «Grisly Tales vol. 1 El sello de Baphomet«, punta de lanza de de este universo de ficción, “Grisly Tales”, cuyo primer volumen está editado en castellano por Aleta. Un universo que remite a la mejor ciencia ficción escapista, con elementos sobrenaturales, venidos del bestiario propio de la tradición cristiana. Tejiendo una trama entre una amalgama de acción sobrenatural, teorías conspirativas y conspiraciones gubernamentales en la sombra, Grisly Unit se rebela como un original blockbuster desarrollado con frescura.
La clave es entretener. Ni más ni menos. Quizá lo más básico y, a la vez, lo más esencial. Que no desaparezca la atención y el interés a lo largo de las páginas del tebeo. Y eso, precisamente, es lo que espera aquí. Facturado con solvente oficio. El que nace de un argumento que bebe de referencias ya conocidas en las que el enfoque tratado le da un punto adicional para mantener la atención. Una mirada en la que la alta política está presente, también la trastienda de la misma. De forma sencilla, pero eficaz, situar esta ficción en los terrenos coyunturales de quien ocupa la Casa Blanca (y lo que implica) solidifica la contextualización de la trama. Si a eso le añadimos la posibilidad de usar monstruos propios del folclore cristiano, la premisa gana enteros a cada viñeta.

Un argumento solvente el creado por Roger S. Lewis y David Daza, el cual ha podido aportar elementos esenciales en una trama que es puro “entertaiment”. Sin estridencias, haciendo fluir la aventura. Porque de eso se trata: de facturar en viñetas buenas aventuras para que quien las lea, disfrute con ello. Y ahí se demuestra el efectivo resultado de la sinergia entre Lewis y Daza. Mientras Lewis consigue trasladar los elementos del argumento a un guion solvente, Daza, curtido en franquicias como Transformers o Star Wars (Cualquier fan de la fuerza debería hacerse con su genial Sketchbook dedicado a la saga de George Lucas), maximiza el potencial del relato con su trazo a través de composiciones de página y encuadres que hacen fluir la historia de forma orgánica metiéndote de lleno en la aventura.
Los grises, a cargo de David Cobos, dan las sombras y volumen de masas de negros que precisan este tebeo editado en blanco y negro para que en cada página no echemos en falta el color. Aunque quizá esta será una historia que ganaría coloreada, lo vertido aquí es más que solvente.

Así “Grizly Unit” se forja. Con el sabor de los mejores blockbusters escapistas y la originalidad de incluir en la fórmula mitologías menos manidas. Junto a eso, conspiraciones y seres sobrenaturales se encontraran en estas páginas, mientras se construye un universo que ciertamente tiene mucho potencial por desarrollar, dados los parámetros que se mueve la propuesta.
De momento en castellano, podemos disfrutar del primer volumen, que incluye las tres primeras entregas de la serie que le da título junto a tres especiales («Grisly Unit: Executive Order», «Grisly Unit; Frosty Night» y «Grisly Unit: Family Ties«) que dan mayor contexto a este universo, y fichas y personajes. Editado por Aleta en formato cartoné, cuenta con traducción de Alberto Díaz. Grisly Unit se revela como una efectiva sorpresa para entretenerse con un buen relato ciencia ficción. Tan escapista como efectiva. Esa es la estampa que deja «El sello de Baphomet«. Por ello estaremos atentos a los próximos pasos de esta «unidad espeluznante».
