
El cómic es un medio que, en sus mejores momentos, logra un equilibrio fascinante entre lo narrativo y visual, abriendo las puertas a mundos que desafían la lógica y juegan con nuestras percepciones. Ejemplo de ello es lo que hace Matt Kindt, autor conocido por su capacidad para combinar lo cerebral con lo extraño, en MIND MGMT: Edición Pirata («MIND MGMT: Bootleg»). Un tebeo que, a falta de un adjetivo mejor, es un carnaval de ideas excéntricas, estilos visuales diversos y conceptos que se sienten tan modernos como eternos. Publicada originalmente en 2022 en Estados por Dark Horse, con un total de cuatro números, esta obra aterriza ahora en España bajo el ala de Astiberri, en una cuidada edición en tapa dura de 160 páginas que promete cautivar a los amantes de lo impredecible.
Pero antes de sumergirnos en los detalles, planteémonos una pregunta clave: ¿Cuánto control tenemos realmente sobre nuestras propias mentes? Vivimos en una era donde nuestra atención se fragmenta entre notificaciones, vídeos cortos, memes y un sinfín de distracciones digitales. La influencia de estos elementos no es casual ni inocente; todo está diseñado para capturar nuestras mentes y moldearlas según intereses externos. Ahora bien, ¿Qué ocurriría si alguien decidiera llevar esta manipulación al extremo, creando un meme tan poderoso que pudiera borrar toda profundidad psicológica de la humanidad?

En el corazón de esta historia late una premisa tan delirante como fascinante: una organización en las sombras busca utilizar propaganda digital para alcanzar un vacío absoluto, una lobotomía colectiva que reduzca a la humanidad a una masa de mentes huecas y dóciles. Este grupo de personas, cuya identidad permanece envuelta en misterio, es una fuerza tan intangible como omnipresente, lo que lo convierte en una metáfora perfecta para nuestra época. En oposición está una organización de agentes con habilidades diferentes tan impresionantes como extrañas. En estos tebeos seguimos a un trío de jóvenes agentes recién reclutados, quienes se enfrentan a la difícil tarea de detener a la organización contraria. Donde tendremos una montaña rusa de giros inesperados, conspiraciones imposibles y un desfile de extravagancias que desafían las convenciones narrativas y formales del medio.
Uno de los aspectos más destacados de esta obra es su experimentación visual. Cada uno de los cuatro números que componen esta miniserie está ilustrado por un equipo artístico diferente, lo que le da a cada capítulo una personalidad única. El primer número, ilustrado y coloreado por Farel Dalrymple, establece el tono general del relato con formas realistas y texturas densas que parecen fluir de la página. Es un estilo peculiar pero magnético, perfecto para sumergirnos en el universo desquiciado de MIND MGMT. El segundo número, a cargo de Matt Lesniewski en el dibujo y Bill Crabtree en el color, adopta un enfoque más detallado y grotesco, con diseños que rozan lo surrealista. David Rubín, conocido por su estilo dinámico y expresivo, toma las riendas en el tercer número, aportando claridad narrativa y un toque de humor que se agradece en medio del caos conceptual. Su capacidad para equilibrar lo absurdo con lo emotivo brilla especialmente en este capítulo. Finalmente, Jill Thompson cierra la miniserie con un estilo más convencional pero no menos impactante, gracias a su trazo sólido y un uso del color absolutamente exquisito. Su contribución da un respiro visual sin perder la intensidad de los capítulos anteriores.

Más allá de su extravagancia formal, lo que hace a esta obra realmente relevante es su capacidad para abordar temas profundamente actuales. En una era donde las redes sociales moldean nuestra percepción de la realidad y nada es lo que parece hasta convertirlo en herramientas de propaganda. Kindt no ofrece respuestas fáciles, pero plantea preguntas con las que reflexionar mucho después de cerrar el libro. En este sentido, la obra es tanto una advertencia como un recordatorio de la importancia de preservar nuestra capacidad crítica y nuestra autonomía mental.
Es importante mencionar que esta obra no es un punto de partida habitual. Este tomo es, como su nombre indica, una continuación de la serie original MIND MGMT, publicada por Dark Horse entre 2012 y 2015.. Aquella serie de 36 números conquistó a un grupo de lectores devotos gracias a su tono subversivo y su capacidad para explorar los límites del medio. ¿Es posible disfrutar de este tebeo sin conocer a sus predecesores? La respuesta es ambigua. La narrativa se esfuerza por introducir elementos clave del universo para nuevos lectores, pero las constantes referencias a personajes y eventos pasados pueden resultar desconcertantes. Leer esta secuela sin el contexto adecuado es como entrar a mitad de una conversación fascinante pero confusa: captarás retazos de genialidad, pero sentirás que algo crucial se te escapa. Dicho esto, quienes estén dispuestos a aceptar el desafío encontrarán una obra rebosante de originalidad, con un apartado visual que es una auténtica exhibición de talento. En ese caso, «MIND MGMT: Edición pirata« es una apuesta segura.
