Thanos: El retorno del Titán Loco. La eterna cruzada

Con el cómic Thanos: El Regreso del Titán LocoThanos Volume 4«), el escritor Christopher Cantwell enfrenta el desafío de devolver a Thanos al centro del escenario de un universo Marvel en constante cambio y evolución. Conocido por su búsqueda insaciable de poder y su obsesión por el concepto de la muerte, Thanos no solo ha sido el responsable de algunos de los momentos más devastadores en la historia del universo creado por la «casa de las ideas», sino que también ha alcanzado un lugar prominente en la cultura popular, especialmente después de los eventos del MCU.

El primer número abre con fuerza, planteando una premisa que genera expectativas elevadas. Thanos ha regresado, y su amenaza es tan apocalíptica como siempre. En su búsqueda por reunirse con su amada Muerte, está dispuesto a destruir todo. Los Illuminati, el grupo secreto compuesto por los héroes más inteligentes y poderosos del planeta, se ven obligados a actuar. El grupo incluye figuras icónicas como Doctor Extraño, Reed Richards, Maravilla Azul, Iron Man y Emma Frost, quienes inmediatamente se enfrentan a la difícil decisión de cómo detener a Thanos. La tensión entre los miembros de los Illuminati es palpable. El debate sobre si usar a Hulk como su arma secreta contra Thanos es el centro del conflicto inicial, y Cantwell plantea aquí un dilema moral que parece tener mucho potencial. La idea de liberar a Hulk, sabiendo que es una fuerza de destrucción incontrolable, añade un toque de tragedia a las decisiones del grupo secreto.

Cuando finalmente deciden desatar a Hulk, la promesa de una gran confrontación contra Thanos se vislumbra. Sin embargo, cuando la batalla comienza, el resultado es anticlimático. el Goliat esmeralda, en lugar de ser retratado como la amenaza incontrolable que es, se siente caricaturesco, casi como un «ogro tonto» que carece de la complejidad emocional que lo define. El gigante purpura, por su parte, se enfrenta a Hulk con una actitud extrañamente relajada, dirigiéndose a los héroes como si fueran viejos amigos, lo cual disminuye la tensión y amenaza del conflicto. Justo cuando el monstruo verde ha sido liberado, la batalla con Thanos se siente más como una distracción que como un punto culminante. Mientras los héroes luchan para detener la amenaza, Cantwell introduce una serie de flashbacks y reflexiones sobre la relación de el titan loco con la Muerte, lo que añade algo de profundidad al personaje. Esto es quizás donde más brilla la escritura de Cantwell, ya que logra explorar el complejo estado mental del «Titán loco«. Su amor por Muerte, su deseo de aniquilación y su percepción del equilibrio cósmico son temas recurrentes, y aquí se manejan de manera convincente. Sin embargo, los diálogos siguen siendo un problema para los Illuminati. En lugar de participar en una conversación intelectual significativa, los personajes siguen discutiendo sin mucho progreso, lo que frustra la tensión narrativa de la trama.

Por eso la caracterización de los Illuminati es uno de los problemas más evidentes. Estos personajes, conocidos por su intelecto superior y su habilidad para tomar decisiones difíciles, se ven reducidos aquí a figuras que simplemente discuten entre sí sin mostrar la profundidad que los ha definido en otras historias. Hulk, que debería haber sido una fuerza devastadora en esta historia, se percibe subutilizado y caricaturesco. Thanos, por su parte, parece más un villano secundario que el gran antagonista cósmico que debería ser.

En el aspecto gráfico, el arte de Luca Pizzari, Germán Peralta y Ruth Redmond juega un papel crucial en la construcción de la atmósfera épica y oscura de la historia. Luca Pizzari se encarga de los trazos principales, destacándose por su capacidad para capturar el dinamismo y la imponente presencia de los personajes. Su estilo detallado y su fluidez en las escenas de acción, especialmente en los enfrentamientos entre Hulk y Thanos, dan vida al tono físico y visceral de la narración. Pizzari muestra una gran destreza en la representación anatómica de los personajes: poderosos y corpulentos, con un uso del sombreado que añade profundidad y realismo a cada viñeta. Por su parte, Germán Peralta aporta con su enfoque con texturas más gruesas y detalladas que refuerzan el sentido de opresión y peligro en los ambientes. Sus fondos están llenos de elementos intrincados que enriquecen la narrativa visual, y su manejo de la luz y la sombra añade tensión dramática a las escenas. Finalmente, Ruth Redmond, como colorista, complementa el trabajo de ambos artistas con una paleta cromática que captura tanto la vastedad cósmica como la desesperación de la historia. Sus tonos fríos y oscuros refuerzan la conexión de Thanos con la muerte, mientras que los colores vibrantes en las escenas de acción intensifican el aspecto visual.

Este tebeo que edita Panini Comics incluye los cuatro números norteamericanos, con traducción de Uriel López y una introducción y epilogo de Lidia Castillo, además de las portadas alternativas de Inhyuk Lee, Kendrick “Kunkkla” Lim, Leinil Francis Yu, Sunny Cho, Phil Noto, Dave Wachter, Gabriele Dell´Otto, Doaly, George Pérez, Alex SinClair, Taurin Clarke, Justin Mason, Greg y Tim Hildebrandt. Aunque Thanos es el protagonista indiscutible de la historia, su desarrollo como personaje se siente limitado en comparación con sus apariciones en otros cómics. En lugar de profundizar en su psique o en sus motivaciones más complejas, el genocida universal aquí parece reducido a un villano genérico, un obstáculo a superar más que una figura trágica con sus propios dilemas. Esto es decepcionante, ya que Thanos es uno de los villanos más fascinantes del universo Marvel, y esta historia podría haber ofrecido una oportunidad para explorar nuevas facetas de su personalidad. Al final, “Thanos: El Regreso del Titán Loco” ofrece una mezcla de aspectos positivos y negativos que hacen de esta obra una experiencia desigual, pero con puntos destacables.

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