Carretera Fantasma volumen 2: una carga imposible

El segundo volumen de Carretera Fantasma (“Phantom Road”), escrito por Jeff Lemire e ilustrado por Gabriel Hernández Walta con colores de Jordie Bellaire, es una obra que expande y profundiza con la mezcla única de horror y lo sobrenatural que se introdujo en el primer volumen. Este volumen dos no solo continúa la historia de Dom y Birdie en su surrealista travesía, sino que también amplía el universo con nuevas amenazas y elementos que intensifican el misterio y el peligro. A lo largo de estas páginas, se exploran temas como el destino, la culpa, y el trauma psicológico, mientras que se plantean más preguntas sobre la naturaleza de los eventos que están experimentando los protagonistas.

En esta nueva entrega, Dom y Birdie tienen un objetivo claro: entregar una misteriosa carga en Gólgota, una locación que suena tanto bíblica como ominosa. En su viaje, sin embargo, se topan con un circo abandonado, lo cual marca un punto de inflexión importante en la trama. Este circo no es solo una parada física en su trayecto, sino una señal de que la realidad que habitan es más frágil y peligrosa de lo que parecen comprender. El circo en sí mismo es una representación del caos y la locura, y su introducción en la trama subraya el tono inquietante y surrealista que ha sido una marca distintiva de la serie hasta ahora. A medida que avanzan en su misión, Dom y Birdie se enfrentan a desafíos que no solo ponen a prueba su resistencia física, sino también su estabilidad mental. El hecho de que una mascota de una estación de servicio cobre vida y juegue un papel crucial en este volumen añade un elemento grotesco y perturbador. Este giro refuerza la idea de que la realidad que perciben está distorsionada y que cualquier cosa, por más mundana que parezca, puede transformarse en una amenaza. La naturaleza surrealista de este encuentro plantea preguntas importantes: ¿Es esta criatura real o una manifestación de las mentes fracturadas de los protagonistas? ¿Qué simboliza en el contexto más amplio de la historia?¿Qué relación tiene con los monstruos del camino?.

El vínculo entre Dom y Birdie sigue siendo el corazón de la historia. A lo largo de este tebeo, su conexión se fortalece, no necesariamente a través de palabras, sino a través de su mutua dependencia para sobrevivir en este entorno hostil. Ambos personajes están lidiando con un trauma personal, y su viaje en la carretera sirve como una metáfora para su lucha interna por confrontar esos demonios. Sirve esto como muestra de la habilidad especial de Lemire para desarrollar personajes complejos y dañados, y tanto Dom como Birdie encajan perfectamente en esta tendencia. Sus interacciones, aunque a menudo breves y cargadas de tensión, están llenas de significado y sugieren que hay mucho más detrás de su relación que lo que se ha revelado hasta ahora.

La historia paralela de la agente especial Theresa Weaver también toma mayor protagonismo. Weaver, quien está investigando el Proyecto Navaja, una posible conexión con los extraños sucesos que Dom y Birdie están experimentando, se enfrenta a obstáculos dentro de su propia organización. Su jefe, el director adjunto Wallis, la aparta del caso, lo que introduce una nueva intriga en la trama. A pesar de esto, Weaver no está dispuesta a dejar el caso, lo que demuestra su determinación y el misterio que rodea al Proyecto Navaja.

Uno de los temas centrales de este tebeo es el viaje, tanto físico como emocional. Dom y Birdie están literalmente viajando por una carretera que parece no tener fin, pero también están en un viaje personal de autodescubrimiento y confrontación con su pasado. Este viaje, sin embargo, está lleno de obstáculos sobrenaturales que reflejan sus miedos internos. Eso lo utiliza Lemire como una metáfora para el trauma, la culpa y la búsqueda de redención. Todo ello relacionado con un nuevo personaje que aparece en la páginas de este tebeo.

El estilo de dibujo de Walta y el color de Bellaire juegan un papel crucial en la belleza terrorífica de estas páginas. La paleta de colores de Bellaire, que usa tonos apagados y sombríos, crea una atmósfera constante de desasosiego. Los paisajes áridos y desolados por los que viajan los personajes refuerzan la sensación de aislamiento y desesperación. Como no podría ser de otra manera, Walta destaca con su lápiz. Como ejemplo están los momentos más surrealistas de la trama, como el circo y la mascota viviente, representados con un estilo visual que acentúa su naturaleza perturbadora. Walta tiene un talento especial para capturar el horror en lo cotidiano, y esto se refleja en cómo presenta estas escenas. Incluso en los momentos más tranquilos, hay una sensación subyacente de peligro y misterio.

Con su mezcla única de horror, surrealismo y drama psicológico, este volumen editado por Astiberri, con traducción de Santiago García, sigue desarrollando aspectos muy reales como, la culpa y la redención, pero también nos sumerge en otra realidad paralela. Si bien el ritmo pausado puede no ser para todos, la construcción meticulosa de esta trama nos recompensa a los lectores que disfrutamos de esta historia tan misteriosa. Con todo ello, esta serie sigue colmando las expectativas, prometiendo aún más revelaciones y espantos que están por venir en futuros volúmenes. Por ahora disfrutemos de “Carretera Fantasma Volumen 2” con el camino que recorren de Dom y Birdie, la investigación de la agente Weaver y el enigmático Proyecto Navaja.

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