Los Últimos días de Martillo Negro: La renuncia del héroe

Jeff Lemire ha cimentado su reputación como uno de los narradores más destacados en el medio del cómic contemporáneo, siendo la saga de «Black Hammer» la piedra angular de su obra. Con Los Últimos días de Martillo NegroThe Last Days of Black Hammer«), Lemire, junto a Stefano Simeone, nos lleva al corazón de uno de los momentos más fundamentales de este universo: los días finales de Joe Weber, el héroe original conocido como Martillo Negro, y su enfrentamiento junto a sus compañeros contra el villano cósmico Anti-Dios. Esta historia no solo explora los eventos que llevaron a la catástrofe conocida como «el Cataclismo«, sino que también ofrece una mirada profunda a los personajes y sus motivaciones en esos momentos cruciales.

La historia comienza con una impresionante batalla en la que los héroes derrotan una invasión alienígena. Sin embargo, durante la batalla, Joe Weber tiene una visión perturbadora: ve su propio cadáver flotando en la Para-Zona, un reino extradimensional que juega un papel crucial en el universo de Black Hammer. Este presagio es confirmado más tarde cuando Randall Weird, uno de los personajes más enigmáticos y trágicos de la serie, lleva a Joe a la Para-Zona y le muestra su destino. La visión de su propia muerte plantea una cuestión filosófica importante: ¿se puede evitar el destino, o está todo predestinado? En el caso de Joe, la respuesta es desalentadora. Como ya sabemos los lectores de las series anteriores de Black Hammer, Joe está destinado a morir, y su lucha contra este destino se convierte en una de las líneas argumentales más emotivas de la historia.

Este enfoque sobre la inevitabilidad del destino es un tema recurrente en la obra de Lemire y en este volumen se explora a fondo. Después de la batalla contra los alienígenas, dos de los héroes más veteranos, Abraham y Gail, deciden retirarse. Inspirado por sus compañeros, Joe también intenta retirarse, con la esperanza de pasar más tiempo con su familia y quizás escapar de su destino fatal. Sin embargo, su mentor cósmico, no acepta su renuncia. El que le otorgó a Joe sus poderes insiste en que es el destino de Joe continuar luchando como Martillo, una responsabilidad de la que no puede huir. En un acto de desafío, Joe decide entregar su arma y el nombre de Martillo Negro a un sucesor. Esta decisión subraya la lucha interna de Joe entre su deseo de vivir una vida normal y la carga de ser un héroe. Pero también plantea una pregunta crucial: ¿puede realmente alguien escapar de su destino simplemente renunciando a su poder? A medida que la historia avanza, queda claro que el destino de Joe está sellado, independientemente de sus esfuerzos por cambiarlo.

Uno de los aspectos más interesantes de este tebeo es cómo Lemire estructura la historia. Cada capítulo se presenta como si fuera parte de una serie ficticia de cómics, con muchos recuerdos a grandes tebeos de las dos editoriales americanas más grandes. Estos números ficticios, etiquetados como los números 234 a 237, están diseñados para parecerse a los cómics de la época, incluyendo el logotipo clásico de la editorial. Este recurso no solo sirve como un guiño nostálgico a la era dorada de los cómics, sino que también refuerza la sensación de que esta historia es una parte integral de un universo más amplio. El uso de este formato también plantea una pregunta fascinante: ¿cómo habría sido recibir esta historia en 1986, sin el conocimiento de los eventos posteriores en el universo Black Hammer? Para los lectores actuales, que ya conocen el desenlace de estos personajes, la historia adquiere un tono trágico y melancólico. Sin embargo, si se hubiera leído en 1986, el final de esta historia podría haber parecido el verdadero final de la saga.

La relación entre escritor y artista es fundamental en cualquier cómic, y estos tebeos no son una excepción. Lemire ha trabajado con varios artistas talentosos en sus anteriores proyectos de Black Hammer, y cada uno ha aportado su propio estilo único a las viñetas. En esta ocasión, su socio gráfico ha sido Stefano Simeone. Este artista se destaca por su capacidad para complementar la escritura de Lemire de una manera que es a la vez visualmente impresionante y con toques emocionales muy llamativos. Simeone logra equilibrar escenas de acción épica con momentos de introspección emocional, lo que permite que la historia fluya de manera cohesiva. Uno de los desafíos al ilustrar una historia como esta es la necesidad de capturar la intensidad de la batalla final sin perder de vista las emociones de los personajes. Simeone maneja esto con habilidad, utilizando el color, la luz y la composición para destacar la desesperación, el coraje y la resolución de los héroes en sus momentos más oscuros. Además, su capacidad para retratar tanto los aspectos cósmicos como los más humanos de la historia es una prueba de su versatilidad como artista.

Editado en castellano Astiberri «Los Últimos días de Martillo Negro» se presenta en formato cartoné y con traducción de Santiago García, en un volumen de 136 páginas. Un relato que, sin duda, es esencial dentro de la saga de Black Hammer, centrando la atención en el personaje y momento esencial de esta saga y dando mayor profundidad, si cabe, al conjunto de la saga. haciéndolo más grande todavía.

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