En estos tiempos que vivimos, donde lo políticamente correcto inunda casi todos los aspectos , hacer tebeos “underground” puede suponer un deporte de riesgo. Siempre habrá algún “macarra de la moral” dispuesto a poner el grito en el cielo, confundiendo velocidad con tocino. Todo por el buen gusto, por supuesto.

Por suerte, todo esto, a Johnny Ryan “se la pela”.

Solo así se puede entender “Fóllate a mi hijo”, (“A Tale of Terror #1: Fuck my son”), 44 páginas delirantes recién editadas en castellano por Autsaider y que saben a un ejercicio de libertad creativa sin igual. Un exceso en todos los sentidos, de los que deja huella por las múltiples transgresiones que albergan estas viñetas.

Aquí no hay espacio para moralejas ni moralinas. Solo una madre madura que va a hacer lo imposible para que su hijo tenga relaciones sexuales. Y lo imposible es secuestrar a una mujer de mediana edad junto a su hija. Ese es el punto de partida de este desquiciado tebeo. A partir de ahí, el delirio se va a suceder entre noir, sexo sórdido, agresiones corporales y lenguaje malsonante, en una trama en la que “el más bestia todavía” es una constante ascendente.

Sin concesiones, como digo. Pero con mucho humor. Negro, para ser exactos. Y eso hace de estas 44 páginas un tebeo de los que dejan huella. Ya sea por su ingenio cafre, por su irreverencia explícita. Puede que estas páginas despierten arcadas o carcajadas. O se combine la sensación de malestar e incomodidad con un ataque de risa. Ya sea por negación del dolor o por comprender lo hilarante de este exceso hecho tebeo. En todo caso, no dejará a nadie indiferente.

En su edición en inglés por “The Mansion Press” revela un prometedor #1 bajo el sobretítulo de “A Tale of Terror”. Ignoramos si se trata de una broma conceptual o el comienzo de algo muy grande (y bestia) que tendrá continuidad. Por lo pronto, Autsaider acaba de estrenar esta grapa «King Size» en castellano con traducción de Ata Lasalle. 44 páginas que hará las delicias de cualquier amante del tebeo underground.

Queda claro que “Fóllate a mi hijo” no es para cualquiera, pero si es ideal de quien guste de propuestas irreverentes, gamberras y bizarras. Dicho lo cual, celebramos que a Johnny Ryan “se la pele” las corrientes censoras actuales. Que dure muchos años y que haya más “historias de terror” como ésta.