
Pocos personajes son tan únicos y veletas como Masacre (“Deadpool”). Con su carisma excéntrico y su habilidad para romper la cuarta pared, Wade Wilson ha encandilado a muchos lectores con su enfoque irreverente del mundo de los superhéroes. Muestra reciente de ello es la etapa bajo la dirección de Skottie Young, acompañado por los artistas Nic Klein, Scott Hepburn e Ian Herring. Marvel Comics devolvió a este personaje a sus raíces más básicas como «mercenario bocazas«. Con su traje rojo, su amor por las chimichangas, y su insaciable necesidad de romper la cuarta pared como si fuera un trabajo de tiempo completo (spoiler: lo es), ha hecho que sus cómics sean menos un pasatiempo y más una experiencia psicodélica y trepidante.
Cuando Skottie Young tomó las riendas del personaje, las expectativas estaban por las nubes. Después de todo, Young tiene la energía y la creatividad para lidiar con el tornado humano que es Masacre. Siendo sinceros desde el principio, la trama no es precisamente lo que llamaríamos un ejercicio de narrativa compleja o de desarrollo de personajes profundo. De hecho, es más bien una mezcla de caos, con un poco de tramas salpicadas aquí y allá, como si alguien hubiera echado salsa picante encima de unas patatas. Pero eso es parte del encanto, ¿no? Porque, vamos, ¿quién necesita una trama coherente cuando tienes a Wade lanzando bombas, vistiendo camisetas que ponen «Magneto tenía razón«, y hablando más rápido de lo que puedes leer?.

Este integral empieza con Wade haciendo lo que mejor sabe hacer: ser un mercenario. Pero esta vez, hay una diferencia notable, el pobre tipo está en bancarrota. Sí, parece que el negocio de matar gente y hacer chistes no se paga tan bien como antes. Así que Wade tiene que volver al ruedo, aceptando trabajos para mantener a flote su humilde negocio. Pero, como es típico en el universo Marvel, no pasa mucho tiempo antes de que las cosas se salgan de control de manera espectacular. Una amenaza catastrófica, del tipo que hace que te preguntes por qué nadie ha llamado a los Vengadores todavía, se cierne sobre la Tierra. ¿Y adivina quién es el único que puede detenerla? Exactamente. Masacre. Lo interesante aquí, si es que podemos llamarlo así, es que la trama realmente no importa tanto. Quiero decir, sí, hay una historia general que impulsa las cosas hacia adelante, pero seamos sinceros: nadie lee Masacre por la trama. Lo leemos para ver a Wade siendo absolutamente desquiciado, y en eso, Skottie Young cumple con creces. Es un cómic que no se toma a sí mismo demasiado en serio, y eso se nota. Desde las batallas ridículas hasta las conversaciones absurdas, todo está diseñado para entretener y hacer reír, incluso si eso significa en ocasiones sacrificar la coherencia narrativa en el camino.
El siguiente arco de Young nos lleva en una versión completamente retorcida de la clásica figura navideña: Santa Claus. Aquí, Santa no es el alegre anciano que reparte regalos, sino una fuerza peligrosa con un lado oscuro que haría temblar a cualquier niño. Este arco es una mezcla perfecta de acción, comedia negra y pura locura navideña. Masacre, con su inagotable verborrea y su capacidad para hacer que incluso las situaciones más serias parezcan ridículas, se enfrenta a un Santa que no está dispuesto a irse sin luchar. El resultado es una batalla épica y surrealista, llena de momentos que te harán reír y a la vez cuestionarte cuán lejos puede llegar este cómic en su afán de romper todas las reglas. Y así continua la etapa de Young, desde enfrentarse a un Santa Claus letal hasta navegar por un parque de diversiones mortal, pasando por la contratación de Jessica Jones para resolver un misterio bizarro.

También el mercenario bocazas se ve atrapado en la épica Guerra de Reinos (”War of the Realms”), uno de los eventos más ambiciosos del universo Marvel. Este crossover envuelve a todos los héroes de la Tierra en una guerra de proporciones cósmicas, enfrentándolos contra las fuerzas de Malekith, el Elfo Oscuro. Como era de esperar, Wade encuentra su propio rincón especial de esta guerra: ¡Australia! Pero no es el destino turístico que todos conocemos; es una Australia infestada de trolls. A pesar de la constante comedia y la aparente falta de seriedad, estas historias logran explorar temas más profundos, como la culpa, la venganza y la redención. Eso si,, con la verborrea clásica del personaje.
Si bien la escritura de Young es llamativa, no se puede negar que este integral es un espectáculo visual. Aquí es donde Nic Klein y Scott Hepburn realmente brillan, y honestamente, son los que a menudo salvan muchas veces la trama. Nic Klein tiene un estilo que es detallado y dinámico. Sus páginas están llenas de acción, y cuando se trata de las grandes escenas de lucha o las secuencias de acción, no decepciona. Hay un momento en particular que se destaca, una secuencia donde un Celestial vomita (sí, leíste bien) sobre una moto cósmica. Ese es el tipo de locura visual que solo puede existir en un cómic de Masacre, y Klein lo maneja con maestría.

Por otro lado, Scott Hepburn, junto con Ian Herring, traen un estilo más suelto y caricaturesco que complementa perfectamente el tono de los arcos que se ocupan. Sus personajes son exagerados, las escenas están llenas de vida y movimiento, y hay una cantidad insana de detalles que hacen que cada página valga la pena revisitar varias veces. Hepburn tiene una habilidad especial para insertar pequeños chistes visuales en el fondo, lo que añade otra capa de humor al cómic. Sin embargo, su estilo también tiene sus desventajas. A veces, sus páginas pueden volverse demasiado caóticas, y puede ser difícil seguir lo que está sucediendo en medio de todo esa vorágine de dibujos.
Publicada en castellano en 2018 en formato grapa ya por Panini Comics, y ahora se recopila en un tomo en el formato Marvel Deluxe. En una nueva edición que incluyen los 15 números escritos por Young y traducida por Uriel López. Además de una introducción escrita por Bruno Orive y las portadas alternativas realizadas por varios autores como Mike Deodato Jr, Rob Liefeld, Greg Horn, Jerome Opeña o el mismo Skotty Young, entre otros. Al final, “Masacre de Skottie Young y Nic Klein“ es un cómic que hará las delicias de los más devotos del mercenario bocazas, aquellos que buscan una dosis rápida de locura y humor desenfrenado. Para aquellos que esperan algo más, algo que explore las capas más profundas de Wade Wilson, este volumen puede dejar un sabor un poco agrio. Entonces, ¿vale la pena leerlo? Absolutamente, pero con la advertencia de que lo tomes por lo que es: un viaje salvaje, sin mucha dirección, pero con suficiente caos, humor y diversión para mantenerte enganchado mientras lo lees.
